Venezuela impulsa el Parto Humanizado como derecho de la mujer

Cuando se habla de Parto Humanizado se hace referencia a una gestación y a un alumbramiento dados en condiciones armoniosas, respetuosas de los derechos humanos de la madre, la familia y el nuevo ser.

Como lo explica el obstetra venezolano Beltrán Lares, practicante del Parto Humanizado (PH) desde hace dos décadas, uno de los principales postulados es que la madre tiene derecho a ser debidamente informada sobre todo lo relacionado al embarazo y al parto, y sobre todo, tiene la libertad de decidir cómo desea llevar su proceso teniendo toda la información que necesita.

Dr. Beltrán Lares. Foto: Luis Laya

“El PH tiene que ver con los derechos de la mujer de ser informada de los procedimientos que se van a realizar sobre su cuerpo, esa información que debe ser veraz y no manipulada, y tomar decisiones en conjunto, asesorada por las personas que técnicamente la apoyan”, comenta Lares en entrevista para prensa digital del Ministerio del Poder Popular para la Comunicación e Información. 

Este derecho a la información pasa por cambiar el paradigma que sitúa al personal médico como poseedor de la verdad, y reconocer a los verdaderos protagonistas del hecho que son la mujer y la familia, capaces de entender y decidir sobre las mejores opciones para abordar la llegada de su bebé.

 

Pilar Maestri, doula. Foto: Miguel Moya

“Se trata de regresarles el protagonismo a la mujer y a la familia que van a tener un nuevo bebé y darle una acogida más amorosa y armónica a todos los niños y niñas, nuevos ciudadanos. No es solamente la moda de parir en agua, es que la mujer se sienta respetada y respaldada durante todo ese proceso del embarazo, el parto, el puerperio, la lactancia e incluso la crianza en los primeros años”, comenta la facilitadora de nacimientos, o doula, Pilar Maestri, quien es profesora en el programa de Gestión en Salud Pública de la Universidad Bolivariana de Venezuela, y posee una larga experiencia como acompañante de embarazadas.

«La idea es que primero la maternidad sea liberadora para las mujeres y no castrante ni obligatoria, y que cada vez tengamos personas que se sientan amadas, respetadas, oídas, desde su nacimiento», agrega.

¿Por qué?

Hay dos factores que se presentan como alarmantes cuando nos referimos al proceso de traer al mundo una nueva vida: el alto índice de cesáreas innecesarias y los repetitivos relatos de violencia obstétrica.

Aunque la Organización Mundial de la Salud (OMS) no ha llegado a una delimitación de lo que es la violencia obstétrica, puesto que se trata de un concepto que representa múltiples formas de vejación psicológica, física y moral, ya en 1985 alertaba sobre la importancia de privilegiar los partos naturales ante la operación cesárea, y la necesidad de que las mujeres estén informadas acerca de sus derechos en ambos procedimientos.

Las Naciones Unidas definen la violencia hacia la mujer como “todo acto de violencia de género que resulte, o pueda tener como resultado un daño físico, sexual o psicológico para la mujer, inclusive las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la privada”.

Por su parte, la legislación venezolana contempla en el artículo 51 de la Ley Orgánica del Derecho de las Mujeres a una vida Libre de violencia, que la violencia obstétrica, bajo pena de multas de entre 250 y 500 U.T., constituye todos aquellos actos ejecutados por el personal de salud relacionados con la atención no oportuna, la imposición de parir en posición supina,  impedir el apego precoz, inducir el parto y practicar cesárea cuando es viable el parto natural.

Es repetitiva la historia de la mujer que, tanto en centros públicos como privados, se ha sentido desatendida al momento de dar a luz, obligada a parir en forma horizontal, poco informada sobre la justificación de realizar una cesárea, violentada en sus deseos de estar con su hijo o tener cerca a un familiar en un momento tan importante para su vida.

«El maltrato, la ofensa y la vejación, la falta de privacidad e intimidad, el trato despótico que abunda en muchos de nuestros centros de salud públicos y privados, te hacen ver que humanizar el parto tiene un elemento de derechos humanos muy importante», argumenta Lares.

En este sentido, un estudio realizado por la Escuela Nacional de Enfermería y Obstetricia de la Universidad Nacional Autónoma de México en 2016, reveló que en ese país al menos 25% de las mujeres embarazadas padece este maltrato. Dicha cifra puede ser mayor puesto que no existen registros oficiales sobre este tipo de violencia, además de que, señalan, algunas lo consideran normal y piensan que mientras menos se quejen, las atenderán mejor.

Por su parte la doula Maritza Torres, con 20 años de experiencia en el área, considera que no se trata de una cruzada contra la cesárea o la medicina convencional, que ha disminuido la mortalidad materna e infantil, sino de promover un trato más acorde con el reconocimiento de las capacidades de la mujer y los derechos humanos.

Maritza Torres, Trabajadora Social. Foto: Luis Laya

«No es que estamos en contra de los médicos, todo lo contrario. Lo que queremos es que la mujer, llena de conciencia, llena de su poder, pueda ir a parir en el espacio que le corresponda, segura de sí, sabiendo lo que quiere y lo que tiene que hacer para actuar a favor de ella, de su salud y la de su bebé”, afirma Torres.

¿Cesárea innecesaria?

Según la OMS, el índice ideal de cesáreas por región debe oscilar entre 10% y 15% de los nacimientos. Estudios revelan que cuándo la tasa de cesárea se acerca a 10%, disminuye el número de defunciones maternas y de los recién nacidos, pero cuando la frecuencia va por encima del 10%, no hay indicios de que mejoran las tasas de mortalidad.

Click aquí para ver la Declaración de la OMS sobre tasas de cesárea, 2015.

Sin embargo, en América Latina este índice rebasa por mucho lo recomendado con un promedio de 42%, lo que representa 4 de cada 10 partos. Brasil, República Dominicana y Venezuela lideran las tasas de cesárea con más de 50%.

En este sentido, el obstetra Beltrán Lares considera que la cesárea se ha convertido en un problema de toda la sociedad; debido a una variedad de factores entre los que ya no predomina el interés económico de los proveedores de salud, pues actualmente el costo de un parto natural en un centro privado es similar al de la intervención quirúrgica.

«Hay otros elementos como el miedo, la comodidad (del personal médico), la presión de grupo, la presión de los otros profesionales (de salud), la disponibilidad del recurso humano, la falta de un conocimiento del proceso y de las complicaciones, que hacen que la cesárea sea prácticamente un problema de salud pública, administrativo, porque genera un gasto que pudiera ser utilizado dónde hace falta», considera.

¿Por qué la cesárea no?

Alrededor de los años 70, las cesáreas comenzaron a realizarse con más frecuencia. Los avances tecnológicos y de las ciencias médicas permitieron que se convirtiera en una operación confiable, en la que complicaciones inmediatas como la mayor pérdida de sangre pueden ser solventadas con seguridad.

“La cesárea hoy en día es una de las intervenciones más seguras que hay por la técnica, por el uso de los antibióticos, por la disponibilidad de la sangre, por todo lo que ha avanzado la ciencia médica, es una operación segura. Casi nadie se muere por una cesárea. Entonces eso ha sido favorecedor al hecho de que se hagan muchas”, afirma Lares.

No obstante, se pueden presentar complicaciones a mediano o largo plazo entre las que se encuentra la difícil recuperación y otras afecciones.

“Las complicaciones no solo son inmediatas, como la de que puede haber más pérdida sanguínea, sino que indudablemente tiene más dolor (durante la recuperación), porque es una mujer que se va a su casa con una herida de 10 centímetros en el abdomen y en el útero, le duele cuando camina y cuando tose, y no se va a descansar, se va a atender a un bebé que se levanta cada dos horas”, explica Lares.

El médico subraya que las complicaciones más graves pueden presentarse a largo plazo o al momento de tener otro parto y pueden ser mortales para la madre. Entre ellas menciona el acretismo placentario, cuyo factor de riesgo más importante es la operación de cesárea previa, y sucede cuando la placenta se inserta de manera anormal en el útero. Amerita hospitalización.

Aunque la OMS advierte que actualmente los efectos que tienen las tasas de cesárea sobre el bienestar psicológico o social de los nuevos seres y de su vínculo con su madre y la sociedad no se han comprobado, Lares ejemplifica que hay mamíferos superiores que rechazan a sus crías cuando se les realiza este tipo de intervención.

«Hay animalitos bebés que si otros los tocan sus madres no los crían (…) Hay experimentos con otros mamíferos superiores, en vacas, monas, que cuando tú anestesias a la madre, al momento del parto, no atiende al bebé después, porque no activó las hormonas que tienen que ver con el vínculo sensorial, de ver, oler, de sentir, saborear a su cachorro», describe.

Plan Nacional

El presidente Nicolás Maduro, durante el acto con motivo de la incorporación al Panteón Nacional de los restos simbólicos de las heroínas Hipólita, Matea y Apacuana, el pasado 8 de marzo, instruyó la realización de una campaña nacional a favor del PH como parte de las políticas para el empoderamiento y protección de la mujer. Posteriormente, el 27 de junio anunció el lanzamiento del Plan, que llamó para el «parto sin dolor».

«Voy a lanzar el plan nacional del parto humanizado, parto sin dolor, para todas las barrigonas, para apoyarlas y ayudarlas. Que tengan un parto feliz, una gestación sana, feliz, humana. Por eso hay que constitucionalizar todas las misiones para que nunca nadie pueda privatizar los derechos de los venezolanos», dijo en aquella ocasión desde el Poliedro de Caracas.

Finalmente, el 11 de julio el Presidente aprobó 12 mil millones de bolívares para la ejecución del Plan Nacional de Parto Humanizado, que contempla la formación de 10 mil promotoras del PH en una primera etapa, las cuales irán a sus comunidades a difundir la información sobre los derechos de la mujer y la familia, así como a acompañar y orientar a las gestantes en el conocimiento de su proceso de embarazo y de parto.

Logo Plan de Parto Humanizado. Foto: Luis Laya

Esta política gubernamental –que es llevada adelante por el Ministerio de la Mujer, el Instituto Nacional de la Mujer (Inamujer) en articulación con otras carteras, principalmente el Ministerio de Salud– se corresponde con el artículo 76 de la Constitución vigente, que consagra la obligación del Estado de garantizar asistencia y protección a la maternidad desde la concepción, durante el embarazo y el parto.

Promotoras del PH y la sororidad

Actualmente las promotoras comunales del Parto Humanizado se están formando en más de 30 espacios habilitados en todo el territorio nacional.

«No para que se vuelvan expertas necesariamente sino para que tengan conocimientos básicos sobre estos temas, no solo para su consumo personal sino para replicarlo en las comunidades, que puedan servir con estas nociones básicas a las mujeres de nuestras comunidades que están por preñarse o están preñadas, o a las adolescentes porque también hay que hacer prevención»,  explica Gabriela Malaguera, directora general de Formación e Investigación del Ministerio de la Mujer.

La formación comprende tres módulos: el primero destinado al autoreconocimiento como mujeres y los derechos que han alcanzado como género; el segundo, sobre el proceso de la gestación, el nacimiento, el posparto, la lactancia materna y la crianza respetuosa; y el tercero, acerca de herramientas organizativas para construir los círculos de apoyo de mujeres y madres lactantes en las comunidades, y articular con las 598 áreas de salud integral comunitaria en todo el país.

Gabriela Malaguera, psicóloga. Foto: Luis Laya

«El perfil que queremos de nuestras promotoras comunales es un perfil territorial, no es para estar dentro de los centros de salud, sino para estar en el territorio, cuidando a las preñadas, velando por que ellas tengan una alimentación adecuada, estar pendientes de los signos de alarma, como la fatiga constante o las infecciones urinarias, y que las acompañen en el proceso del embarazo, dándoles información», desarrolla.

La Viceministra de Igualdad de Género y no Discriminación, Asia Villegas, hace énfasis en que el diseño de la política encierra el concepto de la cooperación entre las mujeres, que es una alianza fuerte para impulsar cualquier programa social.

Asia Villegas, Doctora en Ciencias Médicas. Foto: Luis Laya

Este es un plan muy hermoso porque está basado en un hecho, que es subjetivo pero muy concreto, que es que las mujeres entre nosotras nos cuidamos. Antes de tocar la puerta de un médico, nos comunicamos entre las mujeres e intercambiamos sobre los acontecimientos de la vida. Basado en ese acto de sororidad, nosotros hemos diseñado este plan de formación porque estamos seguros de que una mujer empoderada acompaña a otra en su proceso de empoderamiento, y el primer empoderamiento tiene que ser el derecho a decidir”, argumenta Villegas.

Legislación para el Parto Humanizado

El gobierno de Argentina promulgó en el año 2004 la Ley número 25929, que rescata los Derechos de Padres e Hijos durante el Proceso de Nacimiento; en Uruguay está vigente desde 2008 la Ley número 18.426 , en Defensa del derecho a la salud sexual y reproductiva, que aborda los aspectos del Parto Humanizado más la promoción de este en las escuelas y programas gubernamentales; y México finalizó el 2016 con la Norma Oficial NOM-007-SSA2-2016, que desaconseja prácticas agresivas como los enemas, tactos vaginales repetitivos, rasurado y episiotomía.

Otros países como Ecuador, Colombia, Brasil y Chile cuentan también con iniciativas y propuestas de organizaciones médicas y sociales que buscan garantizar el derecho y respeto de la madre y sus hijos, apoyándose en las recomendaciones que hace la OMS y la Organización Panamericana de la Salud.

Villegas prevé que en Venezuela la Ley de Parto Humanizado, aprobada en primera discusión durante el anterior periodo legislativo, vea su materialización durante la gestión de la Asamblea Nacional Constituyente, donde la luchadora feminista María León preside la comisión de Familias.

Registro nacional

Todas las gestantes del país están convocadas a inscribirse en el Registro Nacional de Parto Humanizado, que permitirá crear una base de datos y gestionar la atención.

 

 

Prensa Digital Mippci

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