ESPECIAL | Reseña de un golpe de Estado fracasado

El 11 de abril de 2002, se produjo un golpe de Estado orquestado por la oposición venezolana contra el entonces Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Comandante Hugo Chávez.

Al tercer día del paro convocado por Fedecámaras, acompañado de protestas y manifestaciones en la ciudad capital, la marcha opositora que se había concentrado en la antigua sede de Petróleos de Venezuela (Pdvsa) en Chuao, estado Miranda, fue desviada al palacio de Miraflores.

En el camino, la marcha fue interceptada en la avenida Baralt, en el Centro de Caracas, por un grupo de francotiradores que los esperaba en Puente Llaguno, quienes les dispararon a los manifestantes, resultando muertas y heridas cientos de personas.

Yuri Pimentel, viceministro para África, exministro para la Comunicación y la Información, también expresidente de Venezolana de Televisión, explicó que el golpe de Estado de abril de 2002, fue perpetrado por los factores políticos, “articulados fundamentalmente con los medios de comunicación“.

“Usaron una gran mentira para lanzarla al mundo y justificar lo que estaba sucediendo, una supuesta masacre que ocurrió en los alrededores del palacio de Miraflores y donde fueron culpados unos ciudadanos de disparar desde Puente Llaguno“.

“Esa imagen que logró confundir a muchos” fue desmentida, tras las investigaciones detalladas y minuciosas “con las que se desarmó la mentira articulada desde los medios de comunicación”.

Después de la masacre de Puente Llaguno, el 11 de abril, el general en jefe Lucas Rincón, en nombre del Alto Mando Militar venezolano, anunció que le habían solicitado la renuncia a Chávez, y afirmó que éste había aceptado, lo cual fue desmentido posteriormente.

«Los miembros del Alto Mando Militar de la República Bolivariana de Venezuela deploran los lamentables acontecimientos sucedidos en la ciudad capital en el día de ayer. Ante tales hechos, se le solicitó al señor Presidente de la República la renuncia de su cargo, la cual aceptó. Los integrantes del Alto Mando ponen sus cargos a la orden, los cuales entregaremos a los oficiales que sean designados por las nuevas autoridades», declaró Rincón

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Al respecto, no se le presentó al país alguna prueba o documento firmado de la supuesta renuncia del Presidente Chávez, sencillamente porque esta nunca se produjo.

Paralelamente, un grupo de militares y civiles golpistas, empresarios y medios fascistas – proimperialistas, secuestraron a Líder de la Revolución Bolivariana y lo trasladaron primero al Fuerte Tiuna, en Caracas y luego a la Base de Turiamo, estado Aragua. Su objetivo era llevarlo hasta la isla de La Orchila, desde donde sería trasladado al exterior del país.

Mientras tanto, los medios de comunicación privados celebraron abiertamente la caída del Gobierno Bolivariano, democráticamente elegido, y mantuvieron varios días seguidos en sus transmisiones de manera permanente, dibujos animados.

Pedro Carmona Estanga, el entonces presidente de la Federación de Cámaras y Asociaciones de Comercio y Producción de Venezuela (Fedecámaras), asumió el liderazgo del golpe de Estado ante el país, en un acto público donde apareció junto a políticos de la ultraderecha y representantes de la alta jerarquía de la Iglesia Católica.

Ipso facto, en tan solo minutos, Estanga se autojuramentó como el nuevo Presidente de Venezuela. Inmediatamente después, disolvió todos los poderes públicos y anuló las garantías constitucionales, a través del llamado Decreto Carmona, que derogó la Constitución de 1999.

Seguidamente, los medios privados continuaron aplicando su continuada estrategia de silencio informativo durante varios días en todo el país, a fin de mantener a la población desinformada y al margen del decisivos acontecimientos políticos que estaba en pleno desarrollo: un golpe de Estado empresarial y mediático, que pretendió derrocar el gobierno del Comandante Chávez e imponer una dictadura de extrema derecha en el país.

Paralelamente, representantes de la ultraderecha, entre ellos Henrique Capriles Randosky, entonces alcalde del municipio Baruta, realizaron allanamientos y agredieron a funcionarios del Gobierno por todo el país. Así, detuvieron sin orden judicial al entonces diputado Tarek William Saab y al ministro de Interior y Justicia, Ramón Rodríguez Chacín.

De esta manera, se llevó a cabo el ataque contra la Embajada de Cuba en Venezuela, a la que se le cortó ilegalmente el suministro de agua, electricidad y teléfono, secuestrando a los funcionarios que se encontraban en la sede diplomática, y violando los convenios internacionales que establecen la inmunidad de estas instalaciones.

El silencio se impuso de manera abrumadora en todo el país, durante todo el día del 12 de abril, hasta que el pueblo fue reaccionando poco a poco y comenzó a salir a la calle y preguntar abiertamente por el paradero del Presidente.

El 13 de abril, el Comandante Chávez fue rescatado por un grupo de militares, luego de que unas horas antes, en el puesto de enfermería de la base de Turiamo, le notificó al guardia que lo custodiaba, el valiente cabo Juan Bautista Rodríguez, que no renunció a la Presidencia de la República:

“Yo, Hugo Chávez Frías, venezolano, Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, declaro: No he renunciado al poder legítimo que el pueblo venezolano me dio. ¡¡Para siempre!! Hugo Chávez Frías”, logró escribir en una hoja blanca.

 

Rodríguez llevó la misiva hasta la Brigada de Paracaidistas de Maracay, que organizó la Operación Rescate de la Dignidad Nacional, que logró liberar al Comandante Chávez, quien había sido llevado a La Orchila.

Simultáneamente, los golpistas se vieron obligados a enfrentar la presión internacional, dado que diferentes gobiernos de la región no reconocieron el gobierno de facto de Carmona.

Así, una multitud de venezolanos, provenientes de los sectores populares, llenaron espontáneamente las calles y exigieron ver al Comandante: «Chávez, amigo, el pueblo está contigo», «Chávez no renunció, lo tienen secuestrado».

Cerca de 1 millón y medio de personas se concentró a las puertas del palacio de Miraflores, exigiendo el regreso del Comandante Chávez y que se respetara la Constitución. La Guardia de Honor, se sumó al pueblo en el rescate de las instalaciones del palacio de gobierno. Los golpistas huyeron apresuradamente del lugar.

Finalmente, el Comandante Chávez, fue trasladado al palacio de Miraflores, donde se dirigió de manera muy emotiva a la multitud:

“Retorno cargado espiritualmente de un gran amor, si hace dos días yo los amaba a ustedes, hoy más (…) Esta imagen del Cristo crucificado me la regaló, cuando iba saliendo prisionero en la madrugada de hace dos días, hace 47 horas exactamente en este momento, un buen amigo, el general Jacinto Pérez Arcay, que me dijo: ‘Hijo, llévate a Cristo’. Me lo llevé y aquí está de nuevo. Pues invoquemos a Cristo, a Dios nuestro señor y llenémonos de paz, hace falta mucha paz espiritual en este momento para todo el país”.

En este sentido, Elías Jaua, actual ministro para la Educación, enfatizó que la unión cívico militar, una de las bases fundamentales de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), fue la pieza clave que derrotó el golpe de Estado de abril de 2002:

«El comandante Chávez se hizo Presidente en el año 1998 por dos razones: una porque el pueblo lo eligió mayoritariamente, pero la segunda es porque ese pueblo que lo eligió ya tenía una unión con el pueblo uniformado militar y, por eso, no pudieron desconocer las elecciones de 1998. Si ellos hubiesen tenido una fuerza militar para desconocer las elecciones, lo hubiesen hecho y nos hubiesen masacrado».

Vale la pena citar una reflexión de Jaua al respecto, cuando afirmó que «la unión cívico militar es la mejor vacuna contra el golpe fascista, contra los viejos golpes militares y las élites económicas y políticas de América Latina».

“Es necesario abonar, con el mejor fertilizante, la memoria; porque, allí siguen el Imperio, la burguesía y los medios (con otros rostros, pero son los mismos), siguen allí, llamando al golpe: siguen tratando de dividir, siguen conspirando para desestabilizar el país, siguen saboteando, manipulando. La batalla no ha terminado. Es una historia que está viva; sigue palpitando”.
Comandante Hugo Chávez. Discurso del Acto de Conmemoración del 13 de Abril, Caracas, 2010.

Prensa Digital MippCI

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