ESPECIAL | La Semana Santa de los venezolanos

Venezuela, pueblo mestizo y de fe, se caracteriza por ser un pueblo con alto arraigo manifestado entre lo sagrado y lo profano.

En la Semana Mayor, nos vemos representados por el hijo de Dios, quien murió por todos nosotros y enseñó por medio de la fe, la importancia de encontrar la paz, el perdón, la sanación espiritual y el reconcilio entre los habitantes de la tierra.

¿Qué día cae Semana Santa?

Siguiendo el cálculo de una fórmula establecida por el emperador romano Constantino el Grande, en el primer Concilio de Nicea, en el año 325 d.C; debemos hallar el equinoccio vernal o primer día de primavera en un calendario que incluya las fases lunares. Luego buscamos a que día le corresponde la primera luna llena después de la entrada de la primavera. Esta fecha será justo el domingo siguiente.

Para entenderlo mejor, cuarenta días después del Miércoles de Cenizas -tiempo del Carnaval- donde la familias venezolanas dan cita a estos solemnes actos santos, propios de esta semana. Los creyentes participan y evocan rituales de fe, gastronomías, juegos, ceremonias que identifican nuestro modo tradicional de honrar la Semana Mayor.

¿Cómo comienza todo?

Foto: Héctor Terán

Ocho días antes del Domingo de Resurrección, los feligreses acuden a la misa para el retiro de la Palma, acto que evoca la cita bíblica que menciona la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén; en esta ceremonia se bendice y se entrega la Palma que en forma de cruz es utilizada como amuleto protector, convencidos de la protección de la familia, el hogar y el trabajo, colocándola en la cabecera de la cama, dentro de bolsos, carteras o en la parte superior de la puerta principal del hogar.

Un grupo conformado por más de 150 personas, mantienen desde muy niños, hasta personas de la tercera edad, una tradición que cuenta con más de doscientos años la cual se lleva a cabo en el municipio Chacao de Caracas, exactamente en el parque Warairarepano, denominado Los Palmeros de Chacao. En gran parte del Distrito Capital, se distribuyen estas palmas, quedando en  vigencia esta tradición.

Otro de los tantos lugares que podemos mencionar se encuentra en Caripito, estado Monagas, donde la población celebra la entrada de Jesús a Jerusalén, hasta la iglesia donde se bendice y entrega las palmas a los asistentes. En otras poblaciones del país, se suele entregar una rama de olivo.

¿Teatro, pasión o Arte?

La participación masiva de la población en cada uno de estos actos religiosos, por lo general se manifiesta en representaciones teatrales como la Pasión de Cristo. Las comunidades se apropian de calles, avenidas, plazas, conchas acústicas o teatros y en algunos poblados suele reservarse el área donde se escenificará la actuación.

Sin formación actoral, los personajes son seleccionados por la comunidad , según sus atributos físicos y sus habilidades de interpretativas, cuidando los detalles de indumentarias, maquillajes y demás.

Desde el miércoles, hasta el domingo

Foto: Héctor Terán

La procesión del Nazareno, se lleva a cabo el día Miércoles Santo, cuenta con una concurrencia masiva de los devotos que suelen recorren largas distancias como pago de alguna promesa o penitencia y lo hacen vestidos de túnicas moradas por lo general.

En Caracas, la Basílica Santa Teresa, está el Nazareno de San Pablo, llamado así, ya que reposa la escultura del artista plástico Felipe de Ribas, quien realizó la obra escultórica del siglo XVIIl, el cual representa a Jesucristo cargando la Cruz.

Foto: Héctor Terán

Este figura también es conocida como “El Limonero de San Pablo”, y fue debido al acontecimiento que cuenta cómo este Santo en procesión, se enredó con un árbol de limones, cayendo este fruto al suelo, el cual fue recogido por los asistentes y posteriormente tomaron su jugo; esto trajo como consecuencia sanar una epidemia de vómito negro y escorbuto en el año 1579.

El Jueves Santo, por lo general la iglesia católica participa en la vía pública de algunos poblados con la realización del “Lavado de los Pies” a los creyentes, como una demostración de humildad; acto simbólico que representa la purificación. Este mismo día se hace la consagración de los óleos regularmente extraída del olivo y combinada con perfumes, que luego son untados en la frente de los feligreses.

El Vía Crucis se realiza el Viernes Santo, acompañado del Santo Sepulcro, que evoca el amargo y dramático momentos de la crucifixión de Jesús, donde se escenifica según la cita bíblica.

Sábado de Gloria, tiempo en que Jesús pasó sepultado, la iglesia en compañía de la comunidad realiza antes de la medianoche, la bendición del agua y el fuego.  Acuden multitudes de feligreses con la gran devoción de que el agua y las velas sean bendecidas ese día y adquieran el especial don de sanación.

El día de júbilo, es el Domingo de Resurrección, ya que Jesús, vuelve entre los muertos. Este día es también realizado en cada rincón venezolano la quema de Judas, tradición de fuerte raíz hispánica. Se trata de un muñeco de trapo relleno de periódico viejo y algún material combustible que haga fácil la quema, a la que se agregan algunos explosivos controlados.

Este personaje de reprochable figura, adquiere el rostro de algún personaje real o imaginario, como símbolo de rechazo y crítica pública. También se hace lectura del Testamento, esperado por niños y adultos quienes se congregan en espera de la graciosa narración.

Arraigo cultural

De esta manera, se aprecia a través de las diferentes ceremonias, la fidelidad religiosa, así mismo se manifiesta nuestra cultura gastronómica con la gran variedad de platos.

Es difícil no recordar de nuestras abuelas y madres la costumbre de no comer durante toda la semana, carnes y pollo, siendo el pescado en sus diversas presentaciones los que abunda en la mesas o comedores de las casas, o establecimientos; pescados salados, en los llanos el pisillo de venado o chigüire, los dulces como el cabello de ángel, arroz con coco, dulce de lechosa, conserva de coco, majaretes y muchos otros platos que conforman la gastronomía venezolana.

Foto: Héctor Terán

Es imposible recorrer las calles del país durante esta semana y no encontrar un ambiente que nos sumerja en los aromas del incienso, largas colas de feligreses que visitan  los templos de las Iglesias, mujeres y hombres, niños, jóvenes y personas de la tercera edad con vestimentas alusivas al Nazareno (color morado). La fe no distingue color de piel, peso o postura política.

Prensa MippCI / Héctor Terán

 

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