Era un 20 de noviembre de 1910 cuando un resplandor revolucionario se posó sobre la República Mexicana, uno de los grandes países latinoamericanos de siempre, con el fervor de un pueblo y la dirección de unos líderes que siempre tuvieron el apoyo popular.
Fue así como los antecedentes del conflicto nos remontan a como vivían en la nación norteamericana bajo la dictadura conocida como el porfiriato. Porfirio Díaz ejerció el poder en el país de manera dictatorial desde 1876 hasta 1911, en los que ese país «experimentó» un notable crecimiento económico y cierta estabilidad política, pero estos logros se realizaron con altos costos sociales, que pagaron los estratos menos favorecidos de la sociedad y la oposición política al régimen de Díaz.
Cuando Díaz aseguró en una entrevista que se retiraría al finalizar su mandato sin buscar la reelección, la situación política comenzó a agitarse. La oposición al Gobierno cobró relevancia ante la postura manifestada por Díaz.
Díaz lanzó una nueva candidatura a la presidencia y Madero fue arrestado en San Luis Potosí por sedición. Durante su estancia en la cárcel se llevaron a cabo las elecciones que dieron el triunfo a Díaz.
Madero logró escapar de la prisión estatal y huyó a los Estados Unidos.
Desde San Antonio (Texas), el 20 de noviembre de 1910, proclamó el Plan de San Luis, que llamaba a tomar las armas contra el Gobierno de Díaz. El conflicto armado se inició en el norte del país y posteriormente se expandió a otras partes del territorio nacional. Una vez que los sublevados ocuparon Ciudad Juárez (Chihuahua), Porfirio Díaz presentó su renuncia y se exilió en Francia.
Otras elecciones
En 1911 se realizaron nuevas elecciones en las cuales resultó electo Madero. Desde el comienzo de su mandato tuvo diferencias con otros líderes revolucionarios, que provocaron el levantamiento de Emiliano Zapata y Pascual Orozco contra el Gobierno maderista. En 1913 un movimiento contrarrevolucionario, encabezado por Félix Díaz, Bernardo Reyes y Victoriano Huerta, dio un Golpe de Estado.
El levantamiento militar, conocido como Decena Trágica, terminó con el asesinato de Madero, su hermano Gustavo y el vicepresidente Pino Suárez. Huerta asumió la presidencia, lo que ocasionó la reacción de varios jefes revolucionarios como Venustiano Carranza y Francisco Pancho Villa.
Tras poco más de un año de lucha, y después de la ocupación estadounidense de Veracruz, Huerta renunció a la presidencia y huyó del país.
Actualmente no existe un consenso sobre cuándo terminó el proceso revolucionario. Algunas fuentes lo sitúan en 1917, con la proclamación de la Constitución mexicana, algunas otras en 1920 con la presidencia de Adolfo de la Huerta o en 1924 con la de Plutarco Elías Calles. Incluso hay algunas que aseguran que el proceso se extendió hasta los años 1940.
PRI-PAN entregados al Capital
Es así como 80 años o más dominaron en México el Partido Revolucionario Institucional y el Partido Acción Nacional, que fueron entreguistas con los designios de Washington y el capital reinante en la Bolsa de Wall Street y la City de Londres.
Llegaron a entregar los grandes recursos económicos a las transnacionales europeas y estadounidenses, además de entregarles el gran mercado interno mexicano sin ninguna retribución para los productores locales, lo que hizo que quebraran ante los alimentos modificados genéticamente por EEUU, teniendo como gran estandarte a Monsanto.
México, que era una gran potencia exportadora de maíz, empezó a importar ese mismo alimento, mientras los campesinos sin tierras se sumaban de a miles y los terratenientes tenían cada vez más cantidad de extensiones agrícolas bajo su poder.
López Obrador y la 4T
El año pasado y tras mucho tiempo de desgaste de la derecha demagógica y la socialdemocracia mexicana en el pder, es cuando emerge el veterano política de izquierda Andrés Manuel López Obrador y con el ideario de campaña en transformar el país a través de una nuevo revolución pacífica y con grandes cambios sociales, denominada la «Cuarta Transformación».
López Obrador llega al poder y empieza a hacer cambios que de una vez los grandes medios como Televisa o TV Azteca ven como algo que afecta sus intereses y empieza el ataque mediático al estilo de Venezuela u otras naciones progresistas.
Incluso, Estados Unidos ya ha empezado a atacar de varias maneras al Ejecutivo mexicano para buscar un derrocamiento de López Obrador, por lo cual este Mandatario debe saber mover muy bien sus piezas políticas, debido a la enorme dependencia de la economía local de EEUU.
Otro punto positivo que tiene la Cuarta Transformación con López Obrador a la cabeza es realzar el papel de México como líder regional y ayudar con el asilo político a Evo Morales y propiciar el diálogo en Venezuela, incluso es un gobierno que reconoce la legalidad de Nicolás Maduro como Presidente. ¡Viva la 4T!
