A 119 años del Sismo de San Narciso el Gobierno Bolivariano promueve una cultura sísmica en comunidades y escuelas

La madrugada del lunes 29 octubre del año 1900, habitantes de la ciudad de Caracas y el Litoral fueron despertados por la furia y sacudida de un poderoso temblor a las 4:42 am. Esta acometida sísmica conocida como el Terremoto de San Narciso, por ser ese día su santoral, fue de magnitud 8,0, lo que registró un saldo de 21 muertos y más de 50 heridos.

Así inicia la nota de prensa especial que envía el ministerio del Poder Popular para Relaciones Interiores, Justicia y Paz (Mpprijp), ente que recuerda que el país “para el siglo XIX, no contaba con instrumentos sismológicos.

Hace 119 años, “la tierra se estremecía como consecuencia de los fuertes movimientos de las placas tectónicas, que fueron suficientes para derrumbar y causar destrucción en numerosos edificios públicos, iglesias y casas particulares. También decenas de avisos luminosos se cayeron y varias paredes que se derrumbaron y destruyeron parcialmente vehículos que se encontraban estacionados”.

Las iglesias Catedral, San Francisco, San José del Ávila, La Divina Pastora, Nuestra Señora de Las Mercedes, Santa Rosalía; así como también la Basílica de Santa Teresa, Basílica Menor Santa Capilla y Santísima Trinidad, actualmente Panteón Nacional, se movían en forma de onda causando daños significativos en estos recintos.

Una grieta de 300 metros de largo se originó en el suelo del sector Camurí, en el Litoral Central, mientras que en las zonas de Naiguatá y Macuto presentaron un fuerte oleaje. También cayeron los tendidos del telégrafo y hubo muchos derrumbes que afectaron las vías del antiguo tren que cubría la ruta Caracas-La Guaira.

El choque de las placas tectónicas derribó 237 casas en Guatire y 72 en Guarenas, estado Miranda. También se reportaron efectos geológicos como: deslizamientos, caídas de rocas, y otros daños en Carabobo, Aragua, Anzoátegui (Barcelona, Puerto Píritu), Bolívar (Upata, El Callao, Ciudad Bolívar) y Amazonas (San Fernando de Atabapo).

En la videoteca de Venezolana de Televisión (VTV) del año 1967, se logra apreciar el testimonio de un sobreviviente a los eventos sísmicos de 1900 y de 1967, Valentín Guzmán Liendo, quien refirió que “geológicamente el terremoto más fuerte para él ha sido el del año 1900”, no hubo tanta afectación, debido a que para la época había sólo 50 mil habitantes en la Capital caraqueña y no existían tantas edificaciones. Mientras que el último movimiento telúrico (1967) que sacudió el Distrito Capital y el estado Miranda si hubo mayores consecuencias; para ese año ya habitaban la ciudad unos 4 millones de personas y había muchas más infraestructuras; “los destrozos de los edificios impactaron muchas almas (…) los caraqueños pernoctaron por mucho tiempo en plazas, tras las más de 250 réplicas que se reportaron”.

Para el siglo XIX Venezuela no contaba con instrumentos sismológicos. Fue el encargado del Observatorio Juan Manuel Cagigal el responsable de solicitar estos equipos que incluían termómetros de temperatura de la capa terrestre, sismómetros y un sismógrafo. Lamentablemente no llegaron para medir el movimiento telúrico de 1900, pero la acción marcó un hito en el avance de la ciencia sismológica en el país. Un año después fueron instalados en los espacios de la colina Cagigal.

En 27 de Julio de 1972 se crea la Fundación Venezolana de Investigaciones Sismológicas (Funvisis), mediante decreto presidencial No. 1053, publicado en la Gaceta Oficial número 29.864, en el cual responsabiliza al organismo de ejecutar y promover, e investigar estudios sismológicos, así como la encargada de la operación y mantenimiento de las estaciones del servicio sismológico de Venezuela, desde donde se registra y monitorea toda la actividad sismológica nacional.

En Gobierno Socialista

En la actualidad, la Gran Misión Cuadrantes de Paz (GMCP), en su vértice 5 establece el desarrollo de políticas de Estado vinculadas a la gestión integral de riesgo, la protección civil y administración de desastres, con el propósito de atender fenómenos naturales y antrópicos desde el abordaje territorial en los Cuadrantes de Paz.

Están incluidas en sus líneas estratégicas 1, que abarca la inclusión de la gestión de riesgo de desastres como eje trasversal de la seguridad integral; 4, representa la consolidación de las Redan y Zoedan de la Protección Civil y Administración de Desastre en el abordaje integral de eventos adverso naturales, y la 6; que incluye el adelanto de una cultura preventiva comunitaria ante emergencias en los cuadrantes de paz.

En este sentido, esta Gran Misión ha incorporado la formación preventiva en comunidades y escuelas para contrarrestar los factores de riesgo en esos espacios y promover una cultura sísmica en la población, desde un enfoque formativo-educativo.

Funvisis inauguró este año la exhibición “¡Habla Tierra! Venezuela: un país sísmico”, ubicada en el Museo de Ciencias, en Caracas, donde niños, jóvenes y adultos logran apreciar de una manera interactiva el origen de los terremotos y tsunamis, así como la forma en que se traducen estos movimientos.

En el recinto, los usuarios pueden observar el mapa de amenaza sísmica del país y conocer la iconografía completa que resume cómo actuar en el trabajo, la escuela o el hogar ante la ocurrencia de sismos. A la par, se exhiben los equipamientos que utiliza Funvisis para computar los terremotos, a través de sofisticados instrumentos y sistemas de comunicaciones satelitales que permiten la transmisión de datos en tiempo real.

Funvisis ofrece a los visitantes contenidos que recuerdan que por razones geológicas Venezuela es un país sísmico y que la preparación y concientización de la población es fundamental para hacer frente a estas calamidades.

Prensa Digital MippCI / Daniel Liendo / Mpprijp

Send this to a friend