27-F: Venezuela marcó el rumbo de la lucha contra el capitalismo

Caracas.- Acaparamiento y desabastecimiento de los principales alimentos de la cesta básica, especulación en los precios de productos y bienes; así como grandes deficiencias en servicios públicos como el transporte, la salud y la educación, eran parte de la situación crítica en la que vivían los venezolanos a finales de la década de los ochenta, agravada apenas fue proclamado Presidente de la República, por segunda  ocasión, el adeco Carlos Andrés Pérez (CAP) en diciembre de 1988.

Grandes productores e industriales del país decidieron esconder rubros como el arroz, la leche, el café, la sal, el aceite (la carne era un verdadero lujo en aquella época) y hasta el papel higiénico, para venderlos mucho más caros, luego de que el gobierno de Pérez anunciara el paquetazo económico previsto para el 16 de febrero.

CAP, quien ganó las elecciones presidenciales prometiendo a los venezolanos el regreso de la bonanza petrolera, de la Venezuela Saudita de su primer mandato (1974-1979), apenas obtuvo el triunfo comenzó a hablar de la necesidad de apretarse el cinturón ante la difícil situación económica heredada. Mas no concilió la práctica con la prédica, pues asumió la Presidencia en una suntuosa ceremonia, celebrada en el teatro Teresa Carreño, el dos de febrero de 1989, evento que aumentó el descontento de la población.

Apretados los cinturones

Sólo pasaron 14 días para el anuncio de las medidas de ajuste macroeconómico (algunas de aplicación inmediata y otras de aplicación gradual), dictadas desde el Fondo Monetario Internacional a cambio de prestarle a la nación 453 millones de dólares.

Como esperaban los industriales y banqueros, fue anunciada la liberación de los precios y de las tasas de interés, así como la privatización de empresas del Estado. Las importaciones fueron restringidas, las tarifas telefónicas y de electricidad aumentaron 50 por ciento. Además, fueron eliminados otros subsidios y el control de cambio de la moneda.

Pero fue el aumento de 100 por ciento en el precio de la gasolina, que entró en vigor el domingo 26 de febrero de 1989, el que propició el levantamiento del pueblo, cuando al día siguiente (lunes 27 de febrero) los transportistas de las líneas Caracas- Guarenas- Guatire decidieron aumentar el pasaje en igual proporción al del combustible, pues consideraban que el 30 por ciento previsto por el gobierno para ellos, era insuficiente para compensar las pérdidas que ya tenían por el incremento del costo de los repuestos.

La protesta se originó en los terminales tanto de Guarenas (estado Miranda) como en el Nuevo Circo (Caracas), donde se sumaron los usuarios de la línea Caracas-La Guaira víctimas también del desmedido aumento de las tarifas.

Pero esto fue solo el detonante de un estallido social latente tras décadas de abuso de poder, exclusión, discriminación y corrupción por parte de los gobiernos del binomio AD – COPEI, que fomentaban la llamada democracia representativa.

Casi inadvertido para la TV

La televisión mostró muy poco de lo que acontecía, pero la gran manifestación, conocida como el Caracazo o el Sacudón, se propagó de las avenidas Lecuna y Bolívar, en el centro de la capital, a parroquias emblemáticas en la lucha y organización popular como el 23 de Enero, El Valle, Petare, San Agustín, y llegó a sectores del este caraqueño.

En el interior del país, además de Guarenas las fuertes protestas se desencadenaron en  La Guaira, Maracay, Valencia y Mérida. La ola de saqueos fue la máxima expresión de la frustración, el dolor y la impotencia de un pueblo oprimido y víctima del neoliberalismo.

Para los medios de comunicación no se trataba de protestas por reivindicaciones vitales, eran “los marginales” que bajaron de los cerros a saquear y a destruir la propiedad privada.

Contrario a quienes la ubican al caer la tarde del martes 28 de febrero, la represión del gobierno de Carlos Andrés Pérez contra los manifestantes se inició la madrugada de ese mismo día.

La familia Morales Mijares, residenciada en el piso 3 del edificio Don José (ubicado detrás de la plaza de toros de Nuevo Circo) fue  testigo de que esa madrugada tanquetas del Ejército venezolano recorrieron  la avenida Lecuna y dispararon con sus Fusiles Automáticos Livianos (FAL) estadounidenses contra quienes osaron asomarse a los balcones para ver lo que estaba ocurriendo.

En 1994, en una entrevista realizada en su casa-cárcel (La Ahumada), cuya publicación no fue autorizada, el entonces expresidente Carlos Andrés Pérez responsabilizó a la Policía Metropolitana de haber permitido que se desataran los saqueos, porque estaban en huelga para exigir sus reivindicaciones salariales. Con este argumento justificó el uso de la fuerza militar.

Toque de queda, patente de corso

Ese martes, 28 de febrero, CAP decretó el estado de emergencia previsto en el artículo 240 de la Constitución de 1961. Durante 10 días estuvieron suspendidos los derechos a la libertad y seguridad personal, a la inviolabilidad del hogar doméstico, a transitar libremente por el territorio nacional, a la libertad de expresión, a reunirse en público y a manifestar pacíficamente.

Los venezolanos que vivieron esa situación saben el absoluto estado de indefensión que significa la suspensión de las garantías civiles, algo que nunca ha pasado en los 14 años de revolución bolivariana, pese a un golpe de Estado, un sabotaje de la industria petrolera, guarimbas y la toma de plaza Altamira, entre otras estrategias desestabilizadoras.

Se activó el toque de queda desde las 6:00 p.m. Quien debía salir luego de esta hora tenía que poseer un salvoconducto. Durante los seis días que duró este toque de queda el pueblo fue perseguido  y masacrado, los cadáveres fueron desechados en nichos del Cementerio General del Sur. Aún se desconoce la cifra real de víctimas.

El ejemplo que Caracas dio

Venezuela, siempre marcando el rumbo de la emancipación, vivió con más de una década de anticipación la revuelta que también se dio en otras naciones de América Latina como Argentina, Bolivia y Ecuador: la sublevación de los pueblos a la opresión, a la explotación, al hambre, al abandono; todas expresiones del capitalismo, actualmente en una crisis terminal, que en el 2010 vivieron otros países del mundo como Estados Unidos, Túnez, Egipto, Bahrein y Yemen y que en la actualidad arrastra a pueblos europeos entre los que destacan los españoles, los italianos, y los portugueses. Quienes analizan lo contrario pretenden ignorar la historia e insultan a los venezolanos y al mundo

En febrero y los primeros días de marzo de 1989, Caracas dio el ejemplo de sublevación. La represión del gobierno de CAP sólo postergó la legítima aspiración popular de cambiar su dura realidad. Los opresores volvieron a ser sorprendidos tres años más tarde, también en febrero, por la rebelión de los jóvenes militares liderados por el comandante Hugo Chávez Frías.

Una nueva rebelión militar, en noviembre de 1992, el enjuiciamiento de Pérez por corrupto, un gobierno de transición y la mala gestión de quien supo montarse en la ola de la rebelión de Chávez, Rafael Caldera, siguieron abriendo el camino hacia la refundación de la República y estos 14 años de Gobierno Bolivariano.

Yeneiza Delgado Mijares

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Revolución  Garantista

El gobierno de Carlos Andrés Pérez informó que los muertos entre el 27F y los primeros días de marzo de 1989 fueron 276, mentira develada con el hallazgo de por lo menos 70 cadáveres más sepultados en fosas comunes cavadas en el sector La Peste del Cementerio General del Sur. Nada concreto se anunció sobre el número de desaparecidos o de heridos.

El escándalo obligó al régimen de CAP a comprometerse a indemnizar a los familiares, algo que por supuesto no cumplió.

Todavía hoy no hay cifras definitivas de las muertes ocurridas durante el 27 y 28 de febrero y los primeros tres días del mes de marzo. Algunas organizaciones no gubernamentales hablaron de dos mil y hasta tres mil muertos.

Fue el Gobierno Bolivariano, poco tiempo después de instalarse, el que inició una investigación seria sobre la masacre. Habían pasado 11 años y tres gobiernos sin que nada se hiciera.

Garante del respeto a los derechos fundamentales, el Estado revolucionario acató un fallo de la Corte Interamericana de los Derechos Humanos e indemnizó a los familiares de 45 personas asesinadas durante la revuelta social, representadas por Cofavic. Y pese a que todo ocurrió mucho antes de su mandato, en el 2006, el Gobierno del presidente Hugo Chávez, admitió la responsabilidad del Estado venezolano por lo que anunció mecanismos, evaluados bajo la coordinación de la Vicepresidencia, para indemnizar a los familiares de las víctimas que no tuvieron acceso a la Corte Interamericana.

La investigación de los sucesos de 1989 ya cuenta con cinco acusados, todos funcionarios del gobierno de CAP: Italo del Valle Alliegro (Ministro de la Defensa); Manuel Heinz Azpúrua (Jefe del Comando Estratégico del Ejército y Comandante de Operaciones del Plan Ávila), José Rafael León Orsini (Director de la PM), Freddy Maya Cardona (comandante del Core 5 de la GN), y Luis Fuentes Serra (segundo comandante de la PM).

El Ministerio Público los acusó a todos por el delito de homicidio intencional en grado de complicidad necesaria y por el de quebrantamiento de pactos y convenios internacionales, debido a su presunta participación en la muerte de las 71 víctimas hasta ahora reconocidas. Heinz Azpúrua falleció el año pasado, por tal motivo debe dictarse un sobreseimiento de la causa.

En el caso del ex gobernador del entonces Distrito Federal, Virgilio Ávila Vivas, está acusado por la presunta comisión de los delitos de homicidio intencional, en grado de complicidad correspectiva, y quebrantamiento de pactos y convenios internacionales. Se espera concretar la fecha para la realización de la audiencia preliminar en las próximas semanas.

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>EL PUEBLO TIENE MEMORIA

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Carlos Ramírez

“El pueblo bajó de los cerros para decirle al Gobierno ‘hasta aquí llegó’”

Venezuela vivía una situación muy crítica. El atropello a los derechos humanos, la privatización y la corrupción reinaban en el gobierno de Carlos Andrés Pérez. Ese día yo estaba en San Martín y vi cómo la Guardia y la Polícía le disparaban a las personas. Me tocó caminar por encima de los muertos y de la sangre. Fue horroroso, una experiencia que todavía recuerdo y que me eriza la piel porque yo me salvé de milagro, no era mi hora.

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Juan Carlos Rodríguez Vielma

“El día que despertó el pueblo”

Yo era estudiante universitario y me gradué con muchos estudiantes que desaparecieron ese día y en la masacre de Cantaura. Recuerdo que Carlos Andrés Pérez quiso implementar su paquetazo económico y el pueblo despertó. Fue grandioso, todo empezó en Guarenas y parece que le hubiesen avisado a todo el pueblo porque éste se rebeló. Más de 3 mil venezolanos murieron ese día. Gracias Dios apareció Noel Rodríguez, pero esas  muertes no quedarán impunes, la verdad castiga.

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Vicente Aníbal Cisneros

“Hoy vemos con esperanza a nuestra patria”

Nosotros le debemos mucho a nuestro presidente Chávez, porque yo soy pensionado y somos más de 2 millones y medio de abuelos y abuelas que estamos cobrando nuestra pensión. En la Cuarta República no existía nada de eso, por culpa del paquetazo que nos quería implementar Carlos Andrés Pérez se produjo el estallido social. Hoy vemos con esperanza a nuestra patria, y estoy seguro que este país va a seguir pa’lante con nuestro Comandante.

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Ana Francisca de Linares

“La Guardia le disparó al pueblo”

En aquella época yo vivía en El Junquito y el fin de semana antes iba a salir de viaje con mi esposo e  hijos y se me ocurrió hacer mercado ese viernes para no tener esa presión cuando regresara. Me llevé una sorpresa cuando vi que ese lunes se prendió El Caracazo. Hubo  saqueos, la Polícia Metropolitana abría los candados y luego venía la Guardia a dispararle al pueblo. Eso fue una desgracia, aquello fue espantoso.

 

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Reynaldo Linares

“El 27 de febrero no volverá”

Lo que vivimos los venezolanos el 27 de febrero de 1989 fue un despertar, un aprendizaje. Con el presidente Hugo Chávez tenemos la seguridad de que esos horribles sucesos no se repetirán. Definitivamente el 27 de febrero no volverá.

 

 

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Ramiro Aranguren

“Nos cansamos del hambre y la miseria”

El 27 de febrero hubo una masacre, hubo muchos muertos en Caracas y en el interior del país. Todo eso pasó porque la gente tenía hambre, el costo de la vida era muy alto y los comerciantes tenían todo acaparado. Yo también salí a las calles y junto al pueblo enardecido fuimos a recuperar lo que considerábamos nuestro, a decirle a Carlos Andrés Pérez que ya no lo queríamos más, que estábamos hartos de sus paquetes y de tanta miseria.

 

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Josefina Gil

“El paquetazo de CAP fue un desastre”

Recuerdo que hubo muchos muertos, creo que hasta hoy no sabemos cuántas personas perdieron la vida. Yo vi pasar un camión que llevaba los cuerpos apilados. También recuerdo a una amiga que murió por una bala que entró por la ventana de su casa y la mató. Todo esto fue culpa de Carlos Ándres Pérez, porque con su paquetazo quiso hacer una gracia y le salió una morisqueta, lo que hizo fue un desastre.

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Adriano Rodríguez

“Recuerdo con dolor a las personas que murieron injustificadamente en la Cuarta República”

El 27 de febrero ocurrió una tragedia que enlutó a Venezuela. El pueblo se conmovió como nunca con aquella masacre. Recuerdo con mucha tristeza y dolor la cantidad de personas que perdieron la vida injustificadamente en la Cuarta República. Doy gracias a Dios por poner a un hombre con una gran sensibilidad humana como el presidente Chávez a cargo de todos los venezolanos.

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Prensa MinCI

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