Un punto diminuto sobre el Sol acaparó la atención en la Tierra

Desde las 7:15 de la mañana, un círculo casi perfecto, minúsculo y oscuro apareció sobre el Sol. El punto impreso en el lado izquierdo del disco solar fue la forma como Mercurio se vislumbró desde la Tierra, mientras realizaba su recorrido frente al astro rey.

La observación del fenómeno astronómico se realizó desde las instalaciones del observatorio Juan Manual Cagigal, ubicado en la parroquia 23 de Enero de Caracas, que ofrece una visual franca hacia el este sin obstáculos como montañas, grandes árboles o edificios.

Las condiciones climáticas y atmosféricas permitieron la visualización, durante la mayor parte del evento, con el apoyo del personal de la Unidad de Divulgación y Socialización de la Física del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC).

A la actividad, asistieron estudiantes de Educación Básica y de bachillerato de diversas instituciones educativas de Caracas, así como interesados y aficionados del estudio del Universo.

Cuatro telescopios especializados estuvieron dispuestos durante las siete horas del recorrido del llamado planeta “veloz” frente al Sol.

“Observamos y registramos el evento astronómico más importante del año. Además de los equipos especiales para que el público pudiera apreciarlo, contamos con un monitor que trasmitió en directo, a través de una cámara astronómica, lo que estaba sucediendo”, explicó el coordinador de la unidad del IVIC, Enrique Torres.

Con el paso de las horas, el círculo oscuro conquistaba nuevas zonas de su máxima estrella. La visualización de este suceso es posible 13 veces cada 100 años cuando el Sol, Mercurio y la Tierra se encuentran perfectamente alineados. En esta oportunidad, el tránsito del planeta más cercano al astro rey fue visible en Sur América, el este de Norte América, gran parte de Europa y el extremo oeste de África.

El próximo fenómeno de este tipo

Antes de 2016, la última vez que ocurrió esta alineación fue en noviembre de 2006 y se espera que dentro de tres años se vuelva a observar en los cielos.

“Este tipo de fenómenos son una buena oportunidad para precisar la exactitud de la distancia existente entre la Tierra y el Sol y entre la Tierra y Mercurio. De igual manera, permite acercar a los niños y jóvenes a la Astronomía e impulsarlos a observar el cielo”, destacó el divulgador del IVIC, Salomón Gómez.

La aproximación al conocimiento científico desde temprana edad es indispensable para garantizar generaciones de relevo capaces de hacer ciencia, según afirmó el jefe del Área de Astronomía y Hora Legal de Venezuela del observatorio Juan Manuel Cagigal, Jesús Escalona.

“Me impresionó ver que Mercurio se observa tan pequeño desde la Tierra. En realidad, es más grande, pero nosotros lo vemos chiquito desde aquí”, indicó Kleiber Duarte, estudiante de sexto grado de Educación Básica del colegio Refugio de la Infancia, ubicado en la parroquia Antímano.

La forma en la que el planeta “rodaba” sobre la estrella luminosa llamó la atención de su compañera de clases, Scarlett Acevedo, quien también prestó atención a las manchas solares que se observaron a través del lente del telescopio.

Retratos desde Venezuela

Además de la observación a través de los equipos especializados, el personal de la Unidad de Divulgación de la Física y la Astronomía del IVIC se encargó de tomar fotografías completas del Sol, con la intención de registrar hora por hora la posición de Mercurio.

Para ello, retrataron cada 10 minutos el astro rey a través de una cámara de alta resolución. Estos registros serán evaluados y comparados con los obtenidos en Alemania, Colombia, Chile y Argentina para ser usados por los estudiantes de bachillerato venezolanos y de los mencionados países en la medición de la distancia entre la Tierra y el Sol, empleando el método de paralaje trigonométrica.

La actividad forma parte del proyecto “Eratóstenes”, impulsado localmente por la unidad y con el apoyo internacional de enseñanza de la Astronomía “Conciencia Universo”, auspiciado por la Unión Astronómica Internacional y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).

“También, estamos usando un telescopio solar para fotografiar el Sol en la línea Hidrógeno alfa, que nos permite apreciar las capas más visibles del astro rey y ver cuál es el comportamiento de la zona con el paso de Mercurio”, indicó el coordinador de la unidad del IVIC, Enrique Torres.

El recorrido del planeta “veloz” frente al Sol es aprovechado para calibrar y optimizar los métodos para monitorizar el cambio de luminosidad de la estrella cuando Mercurio se interpone frente a ella. A través de estas metodologías, los científicos mejoran las técnicas para detectar planetas extrasolares con posibilidades de albergar vida.

La primera observación de un tránsito de Mercurio fue predicha por el astrónomo alemán Johannes Kepler y luego observada el 7 de noviembre de 1631 por el astrónomo y matemático, Pierre Gassendi.

Prensa Mppeuct/Ivic

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