El 25 de julio de 1976, durante el primer gobierno de Carlos Andrés Pérez, el entonces ministro del Interior, Octavio Lepage, anunció al país la muerte «repentina» y en «su calabozo», del dirigente revolucionario Jorge Rodríguez. Investigaciones posteriores demostrarían que el político y luchador social, para entonces con apenas 34 años, había sido apresado ilegalmente y torturado por el gobierno adeco.
Jorge Rodríguez nació en Carora el 16 de febrero de 1942 y tuvo dos hijos, los dirigentes revolucionarios Delcy Rodríguez y Jorge Rodríguez. En su corta vida estuvo vinculado con múltiples luchas reivindicativas del pueblo venezolano, militando en diversas organizaciones como el Movimiento Estudiantil de Unidad con el Pueblo, la Liga Socialista, la Organización de Revolucionarios, el Movimiento de Izquierda Revolucionaria, entre otras.
Su compromiso con las causas justas quedó demostrado con su participación en los planes de alfabetización de sectores rurales, con su apoyo a las luchas estudiantiles contra el cierre de la Universidad Central de Venezuela planeado por el entonces presidente Rafael Caldera, por su determinación con el proyecto socialista y, más tarde, con su participación en las luchas por la causa palestina.
Oficialmente Rodríguez fue apresado por el secuestro del vicepresidente de la Owens Illinois, Williams Frank Niehous, a quien las organizaciones guerrilleras asociaban con la CIA y con el golpe de Estado perpetrado en 1973 contra el socialista chileno Salvador Allende, aunque su persecución, secuestro, tortura y asesinato estuvo indudablemente ligado con su activismo político y para frenar la avanzada revolucionaria.
Este sería tan solo un caso de los más de 3 mil ejecutados durante la Cuarta República contra estudiantes, luchadores sociales, militantes socialistas y comunistas, activistas y campesinos. Los nombres de Carlos Andrés Pérez, Octavio Lepage, y los directores de la Digepol Braudio Gudiño La Cruz, Guillermo Zambrano Salazar, Itamar Ramírez y Juan Álvarez Díaz, son hoy tristemente recordados como los autores intelectuales y materiales de este asesinato.
Prensa MippCI
