En defensa al derecho a vivir en paz el presidente de la República, Nicolás Maduro, invitó al pueblo patriota a firmar el Acuerdo de Convivencia Democrática por Venezuela, durante una jornada especial que se realizará en todo el país entre este 17 y 18 de febrero.
Luego que el diálogo venezolano entrara «en una especie de receso indefinido«, debido a que no se firmó el acuerdo de paz, pese a la disposición de la delegación gubernamental, el Jefe de Estado exhortó a los ciudadanos a «reflexionar sobre el derecho de vivir por y para la felicidad. No hay felicidad sin paz, por eso convocamos a todos los sectores sociales y políticos a suscribir el acuerdo de paz y convivencia política”, escribió en su cuenta de Twitter el pasado 9 de febrero.
Para Efraín Valenzuela, escritor y docente, esta nueva convocatoria, en la que el pueblo será el principal protagonista, ha sido «una excelente iniciativa» por parte de Maduro.
«Creo que esa será la mejor prueba que le vamos a dar (a la derecha), demostrándole que estábamos de acuerdo con la mesa de diálogo y las reuniones que se hicieron. Me parece que el Presidente sigue dando muestras de buenas decisiones políticas, ahora llama al pueblo a que firme, y ahora será ese pueblo lleno de esperanzas el que va a avalar ese acuerdo», expresó.
Valenzuela piensa que el diálogo entre el Gobierno Nacional y la oposición se «proyectaba como algo positivo para el país».
«Todos nosotros, todo el país y en particular todos los sectores populares, sentían en el diálogo aspiraciones y muchas esperanzas».
Lamentó que en Venezuela exista una oposición que «parece miope, sorda y manca, que no entiende que es necesario conversar y sentarse, no para llegar a acuerdos en términos filosóficos y conceptuales, porque ellos (oposición) tienen una manera de ver la vida y de concebir el mundo muy distinta a la de los sectores populares, quienes tiene otra visión».
Sin embargo, consideró que se pudo haber llegado a un acuerdo, si la oposición no se hubiese «levantado de la mesa, luego de recibir sospechosamente una llamada que se produce de otro país. Eso me parece un acto vil y poco elegante, poco político y lleno de asperezas».
Ante lo sucedido estima necesario que los sectores populares retomen la discusión, «con las críticas que haya que hacerle a la gestión, al Gobierno o al proceso, pero a su vez reivindicando todos los logros históricos que hemos alcanzado y proyectando todo lo que tenemos que desarrollar para consolidar y conquistar el Socialismo«.
Por su parte, Victoria Gómez, joven estudiante, opinó que ambas partes debieron llegar a un consenso a favor del pueblo.
«En realidad los más afectados ante una falta de acuerdo es el ciudadano de a pie. El país está en una situación que amerita soluciones y si ambas partes hubiesen llegado a un acuerdo hoy día, tal vez, estuviésemos enrumbándonos hacia un mejor futuro».
A la joven le hubiese gustado que el Gobierno y la oposición firmaran el acuerdo, «para ver si vemos frutos en un corto plazo luego de tantas reuniones, pero lamentablemente no se llegó a nada», puntualizó.
El camino del diálogo en Venezuela
2014: Luego de los hechos violentos promovidos por la derecha en febrero de 2014, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, invita a la oposición a establecer un diálogo y de esta manera resolver la tensión política del país; la coalición opositora autodenominada Mesa de la Unidad Democrática (MUD) anuncia que no asistirá.
En abril de ese mismo año, la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) envía una comisión de cancilleres. El Vaticano consigna un representante apostólico. La oposición aceptó y se entablaron las negociaciones.
Octubre de 2015: La MUD rechaza nuevamente el diálogo. Luego de las elecciones parlamentarias, que se realizaron en diciembre, el presidente Nicolás Maduro insiste en el diálogo, pero los dirigentes opositores se negaron a entablar conversaciones.
Marzo de 2016: Se celebró la primera reunión en República Dominicana para que representantes del Gobierno y oposición iniciaran las conversaciones.
Estuvieron acompañados de la Unasur y los expresidentes José Luis Rodríguez Zapatero (España), Martín Torrijo (Panamá) y Leonel Fernández (República Dominicana), quienes sirvieron como intermediarios.
30 de octubre de 2016: Se restablece nuevamente el debate para pactar la paz, en este momento el comisionado elegido por el Vaticano fue Emil Paul Tscherrig.
13 septiembre de 2017: Representantes del Gobierno y de la oposición inician una reunión de dos días en Santo Domingo para explorar un proceso de diálogo que ayude a superar la crisis venezolana.
14 septiembre: El presidente dominicano, Danilo Medina, anuncia que México, Chile, Bolivia y Nicaragua integrarán una comisión de seguimiento a dichas conversaciones, y fija la siguiente reunión para el 27 de septiembre.
27 septiembre: La oposición no acude a la reunión en Santo Domingo fijada con el Gobierno venezolano y anuncia que continuarán con la «fase exploratoria» del diálogo político con el Gobierno de Nicolás Maduro una vez que «sean removidos los obstáculos», que según señalan, ha colocado el Ejecutivo de su país.
16 noviembre: Los cancilleres de los países acompañantes del diálogo de Venezuela se reúnen en Santo Domingo para definir la agenda que se discutirá en la cita pautada para el 1 y el 2 de diciembre.
1 diciembre: El Gobierno y la oposición inician formalmente en Santo Domingo la nueva ronda de diálogo con el acompañamiento de México y Chile, a solicitud de la derecha; y Bolivia, Nicaragua y San Vicente y Granadinas, a instancia del Gobierno venezolano.
2 diciembre: Las partes acuerdan continuar el diálogo el 15 de diciembre, tras dos días de negociaciones en Santo Domingo que concluyeron con «significativos avances», según el presidente dominicano, Danilo Medina.
15 diciembre: El Gobierno y la oposición se reúnen y acuerdan otro encuentro para el 11 y 12 de enero tras lograr avances notables, de acuerdo con el presidente Medina.
23 diciembre: La Comisión de la Verdad de Venezuela recomienda excarcelar a más de 80 personas que fueron detenidas durante las protestas violentas de grupos radicales de la oposición. Esta era una de las solicitudes de la oposición.
11, 12 y 13 enero de 2018: El Gobierno y la oposición se reúnen nuevamente y acuerdan otro encuentro para el 18 de enero en Santo Domingo porque tras «importantes avances» aún quedan asuntos pendientes.
18 enero: La nueva ronda de conversaciones entre el Gobierno y la oposición en Santo Domingo quedó aplazada tras la decisión de la derecha de no viajar a la República Dominicana bajo el argumento de que el Gobierno de Nicolás Maduro pone «nudos» al proceso de diálogo. El vocero de la delegación gubernamental, Jorge Rodríguez, explicó que la ausencia de la oposición se debió a presiones de EE.UU. para que no se alcance un acuerdo de paz.
23 enero: El canciller de México, Luis Videgaray, anuncia que su país abandona el papel de observador en el diálogo tras la convocatoria de elecciones presidenciales por parte de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), para el primer trimestre del año.
29 enero: El Gobierno venezolano y una dividida oposición reanudan en Santo Domingo el diálogo.
31 enero: Las partes acuerdan, tras tres días de conversaciones, realizar consultas en los próximos días en Caracas (capital) para poder reanudar el diálogo el 5 de febrero en Santo Domingo.
31 enero: Chile advierte que suspenderá su participación como acompañante del diálogo «si no se concretan a la brevedad las condiciones» entre las partes para unas elecciones «presidenciales democráticas, transparentes y conforme a estándares internacionales».
5 febrero: La reunión entre el Gobierno venezolano y la oposición que estaba prevista en la capital dominicana quedó suspendida después de que las partes no asistieran a la cita.
6 febrero: Las partes se encuentran en Santo Domingo y solo se espera la firma del acuerdo, que es suscrito por la delegación del Ejecutivo, sin embargo, la oposición opta por no hacer lo mismo. En declaraciones a la prensa Rodríguez especificó que el secretario de Estado de Estados Unidos, Tillerson —quien se encuentra en Bogotá como parte de una gira para incrementar la injerencia sobre Venezuela— llamó a Julio Borges, jefe de la delegación de la oposición que participa en las conversaciones, para que no firmara el texto final, que contiene los puntos previamente acordados el 31 de enero en el país caribeño, más los pactados entre las partes en reuniones en Caracas.
7 febrero: Maduro suscribió el acuerdo de paz y de convivencia pacífica al tiempo que manifestó su disposición en continuar el diálogo con la oposición y llegar a un acuerdo final; horas después de que Medina informara que el diálogo entró en receso indefinido luego de que la delegación opositora desconociera el acuerdo. Aunque ya estaban consensuados los puntos de ese documento, la oposición presentó otra propuesta al alegar que «no estaba obligada a firmar» lo que ya estaba pactado en las conversaciones, indicó. Por su parte, Zapatero pidió a la MUD mediante una misiva que suscriba lo pactado, «una vez que el Gobierno se ha comprometido a respetar escrupulosamente lo acordado».
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