Vencer con amor el odio, tal parece ser el precepto de quienes conducen la Revolución Bolivariana en las calles y desde las instituciones del Estado. Y es que semanas antes de la llamada “Toma de Caracas”, actividad de calle realizada el pasado 1° de septiembre, por los diferentes grupos que integran la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), el país entero había experimentado una creciente zozobra ante la “expectativa de violencia” generada por sus propios organizadores, tal como señaló el diputado a la Asamblea Nacional por el Psuv, Elías Jaua.
Ahora, con el pasar de los días y que el país continúa su ritmo habitual, surge la pregunta de si era infundada aquella inquietud, como han declarado voceros de la oposición.
Tras la información revelada por el ministro del Poder Popular para Interiores, Justicia y Paz, Néstor Reverol, el viernes pasado, vista más de cerca y con detenimiento, la paz que hoy gozan los venezolanos no es producto, como podría suponerse, del sano ejercicio de los derechos democráticos de factores que se oponen políticamente al Gobierno Nacional, sino de un colosal esfuerzo de inteligencia y contrainteligencia desplegado por organismos del Estado.
Y es que según informó el titular de Interior, Justicia y Paz en rueda de prensa, las autoridades lograron desmantelar los planes de violencia que se diseñaron para la jornada del 1° septiembre y que iban encaminados a desatar un golpe de Estado y no al simple “cambio de cronograma del CNE” para activar extemporáneamente un hipotético referendo revocatorio contra el presidente Nicolás Maduro.
Campamentos y armas de guerra: Evidencias de golpismo
En el sector Tacagua de la parroquia Sucre en la ciudad de Caracas, muy cerca del Palacio de Miraflores, las autoridades desmantelaron un campamento con características paramilitares. El lugar albergaba armas de alto calibre, explosivos, municiones y prendas de estilo militar. Un mapa con la ubicación de otros campamentos y la constatación de su existencia en zonas montañosas dieron otra envergadura a la investigación.
Entre los más tenebrosos hallazgos de las autoridades se encuentra un fusil 5-56 con una mira telescópica de alta precisión, de largo alcance y con silenciador, usado habitualmente por francotiradores. El dato inevitablemente recuerda los sucesos de aquella tarde de abril de 2002 en la capital venezolana.
Los focos de violencia en algunas zonas de la ciudad tras finalizar la marcha, con presencia de encapuchados, recordaron “La Salida” ensayada en 2014, y constituían la cara civil del plan golpista. Piedras, guallas y cadenas reverberaron las intenciones violentas del plan y su afán de generar confusión entre la población.
El incendio de la sede de Acción Democrática en el estado Cojedes, ocurrida dos días antes de la “toma” fue inmediatamente adjudicada a militantes del Frente Francisco de Miranda y a la acción de “colectivos”, suerte de ente abstracto fabricado mediaticamente para incriminar a simpatizantes de la Revolución con acciones violentas. La apresurada acusación fue desmentida cuando se verificó que la quema de las instalaciones adecas se produjo mientras se prefabricaban en su interior cocteles molotov que iban ser usados en Caracas durante la marcha.
Las autoridades lograron desmantelar anticipadamente estas acciones gracias a labores de inteligencia, en las que tomaron especial importancia la incautación de dispositivos electrónicos a dirigentes de la oposición, en los que almacenaban información sobre aspectos logísticos de la jornada. Fue así como una vez más al exalcalde de San Cristobal, Daniel Ceballos, y los dirigentes Yon Goicochea y Carlos Melo quedaron vinculados con planes de desestabilización.
Los encapuchados del 1° de septiembre: Daniel Ceballos, Yon Goicochea y Carlos Melo
El diputado y vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv), Diosdado Cabello Rondón confirmó que el Sebin detuvo a Yon Goicochea por poseer elementos explosivos en su poder.
“Hoy fue detenido Yon Goicoechea y en su poder encontraron cordones detonantes para explosivos”, dijo Cabello Rondón en un contacto informativo a través de Venezolana de Televisión durante una concentración en apoyo a la Revolución Bolivariana desde el estado Barinas.
El diputado manifestó que los elementos explosivos que tenía el dirigente opositor en su poder, serían usados en la marcha convocada por la derecha para este jueves 1° de septiembre.
Asimismo señaló que Goicoechea, recibió órdenes del gobierno estadounidense, para buscar sangre, ya que fue entrenado por el imperio norteamericano durante años.
Destacó además, “nosotros preferimos un millón de veces encarcelar con tiempo un asesino que una gota de sangre de un venezolano vaya a correr en las calles de Venezuela”.
En su afán de seguir confundiendo al pueblo a través de maniobras desestabilizadoras, diferentes actores políticos de la derecha fascista, publicaron a través de las redes sociales un sin fin de mensajes falsos, donde aseguraban que el dirigente opositor había sido secuestrado por grupos armados.
El pasado 02 de septiembre el tribunal de control imputó al dirigente opositor Yon Goicoechea y decidió mantenerlo bajo prisión preventiva, según anunció su abogado Nizar El Fakih.
El día 30 de agosto otras de las detenciones que se realizaron fue la del dirigente del partido Avanzada Progresista, Carlos Melo, tras incautársele un cinturón de presunto material explosivo. Para el momento del procedimiento el dirigente estaba en las puertas del Centro Plaza, lugar donde está ubicada la sede del partido naranja, Voluntad Popular.
La información se conoció por la red social Twitter a través de la cuenta del concejal Luis Somaza, miembro de Voluntad Popular.
Igualmente la oposición a través de estrategias comunicacionales, buscaron posicionar el caso de Melo, en las redes sociales y en los medios de comunicación, tratando de impulsar que era parte de una persecución política.
Al dirigente de Avanzada Progresista, Carlos Melo le fue otorgada una medida cautelar de presentación cada ocho días en tribunales. Según informó Joel García, abogado defensor de Melo, deberán presentar dos fiadores y comprometerse a que el dirigente no abandonará el país para poder liberarlo.
Melo permanecerá detenido en la sede del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin), hasta que cumpla con los requerimientos exigidos por la ley.
Tras la detención de Yon Goicoechea y Carlos Melo, se activó la búsqueda del dirigente opositor y miembro del Voluntad Popular, Lester Toledo por terrorismo.
El ministro de Relaciones Interiores, Justicia y Paz, Néstor Reverol, informó que las autoridades venezolanas están tras la búsqueda de Lester Toledo, integrante de la organización de derecha, Voluntad Popular, en el estado Zulia, por terrorismo y asociación para delinquir.
Sobre este sujeto recae una “orden de aprehensión por el juzgado Décimo de Control de Maracaibo por el delito de financiamiento al terrorismo y asociación para delinquir”, precisó el funcionario en una transmisión televisiva.
Sin embargo lo que impulsó la derecha venezolana a través de los medios de comunicación y redes sociales, es que el Gobierno nacional tiene una persecución contra Toledo, esto con el objetivo de continuar sembrando el odio y seguir en su plan de derrocar al presidente Nicolás Maduro.
Actualmente Toledo junto con Yorman Barillas, quien es dirigente de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), se encuentran en Colombia, prófugos de la justicia y el Gobierno venezolano los solicita por terrorismo.
Prensa MippCI
