El narguile o pipa de agua, de origen árabe ha sido utilizada durante siglos en el Norte de África, el Oriente Medio, Asia Central y del Sur, como elemento cultural de la idiosincrasia de esas naciones, y recientemente se ha popularizado su uso entre los jóvenes de Estados Unidos, así como en países de Europa y Brasil.
El narguile se emplea para fumar tabaco aromático, pero de forma distinta al tradicional cigarrillo. Este primer instrumento filtra el humo con agua y esencias naturales, lo que crea la ilusión de un consumo inofensivo.
El Observatorio Venezolano de Drogas (OVD), en su reciente análisis toxicológico y documental de esta pipa de agua, define que, “la Organización Mundial de la Salud (OMS), ha advertido que el uso de narguile para fumar tabaco, expone a las personas a más humo, por un período mayor de tiempo, representando los mismos peligros de los cigarros y otros riesgos propios de la pipa”.
Las características de las pipas de agua y de las picaduras utilizadas, hacen factible su uso con drogas ilícitas como el Cannabis (marihuana), lo que implica riesgos para la salud de las personas que la utilizan; así lo refiere el informe de análisis toxicológico de la OVD, realizado en conjunto por el grupo de investigación en toxicología analítica y estudios farmacológicos de la Universidad de Los Andes.
El análisis toxicológico realizado permitió concluir que las muestras analizadas contienen altas concentraciones de nicotina, -cinco veces mayor a la encontrada en un cigarro-, y es perjudicial a la salud humana.
El Gobierno Bolivariano en respuesta a esta problemática de salud pública, prohibió la venta de esta pipa, al referir que su uso es dañino para el bienestar de la población en general, especialmente en edades vulnerables como la adolescencia.
En este sentido, Fundaribas, ente adscrito al Ministerio del Poder Popular para la Salud (MPPS), mediante su dirección de Prevención y Comunicación, realiza una serie de charlas, talleres y campañas de difusión en contra del uso de esta sustancia tóxica.
Asimismo, la intervención de organismos como el Observatorio Venezolano de Drogas y la Oficina Nacional Antidrogas, buscan en sus diversos ámbitos implementar estilos de vida saludables para los venezolanos.
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