“Ahí está el futuro, ahí está el más grande potencial para el desarrollo del país, a través de la agricultura, y no solo para producir alimentos, sino para producir”.
Hugo Chávez Frías (2009)
Mensaje Anual ante la Asamblea Nacional
Como un visionario, el Comandante Hugo Chávez auguró un futuro productivo para la nación. Era hora de que en Venezuela se cosechara patria. Era hora de que en Venezuela se impulsara la producción nacional, para que la economía floreciera y dejara de depender de los ingresos que genera la venta del petróleo.
Con la frase que pronunciara en el programa dominical Aló Presidente N° 320: “Venezuela va a ser una potencia agrícola”, instó –tal vez sin saberlo o, al contrario, con conocimiento de causa- a la masa bolivariana a emprender el hermoso camino de la agricultura, que esta vez no solo se quedaría en los campos, sino que trascendería a la metrópoli.
Si Venezuela ha de convertirse en potencia con el proyecto Manos a la siembra, comenzó con buen pie su camino. Esta consigna -que hoy más que nunca cobra vigencia- desencadenó el emprendimiento de héroes y heroínas que, con trabajo y mucho esfuerzo, levantaron un lugar dedicado a asegurar –por medio de la agricultura urbana- el futuro de las próximas generaciones venezolanas.
El nuevo sistema productivo inició el 6 de enero de 2016 con la creación del Ministerio del Poder Popular para la Agricultura Urbana (Minppau), ente orientado a la coordinación, el diseño y ejecución de políticas públicas de atención exclusiva de la agricultura urbana y periurbana.
El órgano ejecutivo responde al desarrollo del Motor Agroalimentario de la Agenda Económica Bolivariana, instrumento creado en el contexto del Decreto de Emergencia Económica, para el impulso de la soberanía alimentaria desde la producción en los campos, el desarrollo de la agricultura urbana y la industria agropecuaria, a fin de resolver la baja disponibilidad, acceso y control de los alimentos para la población.
El Minppau está dirigido por la ministra Lorena Freitez y prevé aprovechar la capacidad productiva instalada en el país, para superar la dependencia petrolera que durante años afectó a la nación.
¿Qué es la agricultura urbana?
El Presidente de la República, Nicolás Maduro, definió la agricultura urbana como “una nueva visión productiva para quienes viven en las ciudades” y su concepto no se aleja de la realidad.
De acuerdo con la página web del Minppau, “es un sistema económico y ecológico del ámbito urbano-local donde se integran actividades de producción de alimentos, agrícolas, pecuarias, acuícolas, forestales y de procesamiento”.
La agricultura urbana es un vértice complementario de un sistema agrícola más amplio que persigue el autoconsumo familiar y comunal mediante un circuito de distribución, comercialización y otras formas de intercambio para satisfacer necesidades alimentarias y medicinales de la población.
“Hay que construir una cultura productiva urbana, absolutamente nueva, para eso es la agricultura urbana”, indicó el Mandatario durante la activación de la segunda fase del Plan semestral de Agricultura Urbana.
Actualmente, 83% de los habitantes en Venezuela residen en zonas urbanas y solo 17%, en el campo. Es por ello que el Gobierno Bolivariano ha intensificado esfuerzos y asignado recursos financieros para la prosecución de un proyecto que se presenta como “salvador” en momentos difíciles para la economía venezolana.
Esta visión se basa más que en la extensión, en el rendimiento, es decir, producir más con poco espacio y recursos limitados. En este aspecto, la cultura productiva cobra aún más relevancia, puesto que será la capacidad del pueblo la que permita trascender de un modelo netamente capitalista a otro donde prime el socialismo y el bien común.
Modalidades de producción
Patios productivos o conucos: son las unidades de producción desarrolladas en los jardines, patios o áreas cercanas a las inmediaciones de las casas y viviendas
Los cultivos organopónicos: son aquellos espacios donde se construyen canteros limitados con muros de hasta 30 cm de altura, conformados por bloques, maderas, piedras y otros, que luego son llenados con sustratos preparados con mezcla de materia orgánica, cascarilla de arroz o café y capa vegetal de suelo, para la producción de hortalizas, plantas medicinales y ornamentales.
Las mesas organopónicas: son construidas con madera u otro material donde se pueden desarrollar cultivos en zonas improductivas de las áreas urbanas.
Los huertos escolares: son terrenos pequeños donde se cultivan hortalizas para consumo de la comunidad escolar.
Los huertos comunitarios: son espacios recuperados por una comunidad y/o movimiento social dentro del territorio geográfico, en los cuales el cultivo se establece sobre el suelo directamente.
Las casas de cultivos protegidos: son estructuras cerradas, cubiertas por materiales transparentes o semitransparentes, que permiten obtener condiciones artificiales de microclima para el cultivo de plantas y flores.
Los cultivos semiprotegidos: constituyen una tecnología que permite cultivar especies y variedades de vegetales, plantas ornamentales, aromáticas y otras que requieran una atenuación del exceso de radiación solar en determinada época del año.
Las unidades de producción de semillas: en áreas que reúnan los requisitos indispensables para obtener semillas de óptima calidad, que podrán ser incorporadas a procesos de certificación.
La permacultura: se considera una ciencia de diseño ético que involucra al ser humano y sus necesidades con el ambiente.
Venezuela con rostro agrícola
El concepto de agricultura urbana desencadenó el emprendimiento de hombres y mujeres que, de las edades más jóvenes hasta las más longevas, contribuyen con un granito de arena, mejor dicho, con lo mejor de su cosecha, al fortalecimiento del aparato productivo de la nación.
A través de la promoción de la agricultura como un estilo de vida, venezolanos del común se sumaron a esta hermosa tarea que no solo los beneficiaría a ellos, sino que apoyaría –ante una eventual guerra desestabilizadora- al resto de los habitantes de su comunidad.
Fundación Montaraz
En el sector Caño Amarillo, de la parroquia Catedral, rodeado del activo parque automotor de las calles del populoso lugar de la capital y con el Metro de Caracas sobre ellos, se erigió hace más de una década un colectivo bajo el nombre de Fundación Montaraz.
Tres casas de cultivo conformadas por 18 canteros cada una, constituyen el huerto Ezequiel Zamora donde la Fundación Montaraz produce frutas, vegetales y hortalizas, así como plantas medicinales y ornamentales para el beneficio no solo de los que allí participan, sino de la comunidad en pleno.
“Nosotros asumimos la Misión Alimentación de manera más contundente, ya que considerábamos que era un sector de la economía que necesitaba mucho apoyo por parte de los venezolanos para resurgir”, expresó el presidente del colectivo agrícola, William Pacheco.
Árboles de plátano, cambur, naranja, mamón, lechosa, tomate, cilantro, lechuga, berenjena, ají, pimentón, cebollín, así como plantas de malojillo, toronjil y hierbabuena son parte de los rubros que en este lugar se cosechan.
Siembra en El Estanque
Con el Hipódromo La Rinconada de fondo, la carretera Panamericana a menos de 2 kilómetros y en medio de una popular barriada de la parroquia Coche de Caracas, existe un pequeño pulmón vegetal que engalana con su vistosidad una casa hecha de bloques donde habita un entusiasta hombre que sin más arma que una chícora y su alegría, se levanta al cantar del gallo a velar lo que ha sido desde hace más de una década el motor de su vida.
Allí, con mucho esfuerzo –ya que no cuenta con ayuda de otras personas-, José “Cheché” Muñoz García cultiva toda clase de rubros, que van desde hortalizas a plantas medicinales y ornamentales.
Tomate, maíz, yuca, ocumo, cambur, aguacate, cilantro, romero, limón, caña de azúcar, guama, níspero, mango, mamón, guanábana, mandarina, naranja, caraota, lechosa, cacao, auyama y café son parte de lo que en “la tierra buena” que cuida este hombre se cosecha.
“Cultivando en la casa, se ahorra pasaje, se contribuye a la economía y se consume un producto natural”, comentó, al tiempo que aseguró que cualquier persona puede tener en su residencia un espacio para sembrar, solo “necesita tener interés para cultivar”, expresó.
Tanto ha sido el compromiso y la capacidad de inventiva de Muñoz, que ni la dura situación económica de los años anteriores ni la actual coyuntura que hoy golpea a la nación han mermado su trabajo.
El carismático Cheché señala que con la ayuda de un préstamo de las instituciones públicas, podría habilitarse un corral para la cría de gallinas ponedoras y de engorde, con el objetivo de ampliar su producción y beneficiar a más personas dentro de la comunidad.
En los colegios y liceos, florece la agricultura
El Liceo Fermín Toro, recordado por riñas estudiantiles que generalmente terminaban en intervenciones directivas, cambió para abrir paso a una nueva generación y lograr escribir con tinta victoriosa los momentos del futuro.
Actualmente, han logrado desarrollar un proyecto socioproductivo de agricultura urbana, en la mayoría de las áreas verdes de la institución, ahora llamada Complejo Educativo Fermín Toro.
El plan agrícola surgió a causa de la intervención disciplinaria que se realizó en el recinto educativo a principios del año 2015. Gracias a este proceso, se implementó un nuevo sistema educativo que pretendía corregir los errores de antaño, a través de los denominados grupos estables (unidades extracurriculares) para la formación no solo académica, sino también productiva de los estudiantes de Educación Media.
Los jóvenes que “se anotaron” en el grupo estable de agricultura urbana tienen bajo su responsabilidad el cuidado de las mesas organopónicas de la terraza número uno, mientras que aquellos que optaron por el proyecto culinario –vinculado estrechamente con el proyecto agrícola- se encargan de la segunda terraza.
“Nos motivó a integrarnos a este proyecto la poca producción de hortalizas que actualmente existe en Venezuela, a causa de la coyuntura económica que le impide a las personas conseguir los alimentos”, expresó la joven estudiante Lucy Maestre.
Entre los rubros que se cultivan en los espacios, destacan: el tomate, pimentón, acelga, espinaca, berenjena, así como plantas medicinales que, una vez recolectadas, serán destinadas al comedor del colegio.
El proyecto de agricultura urbana, en el Complejo Educativo Fermín Toro, no se quedó solo en los cultivos organopónicos custodiados por lo estudiantes, sino que se expandió a todos los espacios verdes que se encuentran dispuestos en las instalaciones de la institución.
100 días de agricultura urbana
El éxito del Plan 100 días para la siembra, instalado el 27 de febrero de 2016, era –inicialmente- incierto para muchos. En Venezuela, no existía un registro claro del número de iniciativas productivas que habían resultado efectivas y menos, cifras exactas acerca de la cantidad de beneficiados por proyectos de esta índole. Imaginar la eficacia de un sistema productivo –poco aplicado debido a las rentas extranjeras por el crudo venezolano- a escala nacional, suponía un esfuerzo mayor por parte del Gobierno y sobre todo del pueblo.
La estrategia impulsada por el Presidente de la República, Nicolás Maduro, en el contexto del Decreto de Emergencia Económica, contempló el cultivo de 13 rubros esenciales durante 100 días continuos, entre los que destacan: acelga, cilantro, cebollín, berenjena, calabacín, pepino, tomate, cebolla, ají dulce, remolacha, pimentón, zanahoria y lechuga.
Asimismo, calculó la producción de 30 mil toneladas de alimentos en cada comunidad donde se desarrollara el Plan y la siembra de 1 mil 200 hectáreas, para cubrir 12 millones de kilómetros cuadrados en productos agrícolas.
Los 100 Días para la Siembra promovió además la unión de agricultores, productores y conuqueros, a través del Registro Nacional de la Agricultura Urbana, que permitió contabilizar las unidades de producción instaladas en los 23 estados y Distrito Capital del territorio nacional.
Tres meses exitosos
Durante la celebración del Festival Vívela, la Venezuela Agrourbana, el jueves 9 de junio, la titular del Minppau, Lorena Freitez, presentó ante la opinión pública los resultados de la primera etapa de los 100 Días de la Agricultura Urbana.
En tres meses y diez días, 29 mil 836 unidades de producción se sumaron al Registro Nacional de la Agricultura Urbana, de este número, 17 mil 392 son nuevas; 9 mil se encuentran activas en los estados Zulia, Bolívar y Carabobo y 3 mil están inactivas.
En cuanto a la producción, se contabilizan 273 toneladas de vegetales y 89 toneladas de proteína animal (carnes, leche, queso y huevos). Asimismo, el avance contempló la intervención de 200 hectáreas, la atención de 25 casas de cultivo y la recuperación de 22 bases agrícolas socialistas, que funcionan como centros agrourbanos para la distribución de insumos y apoyo logístico para la producción y comercialización de productos.
Este plan no solo apostó en su etapa inicial por la productividad de las zonas urbanas y periurbanas, sino que también abocó esfuerzos para el desarrollo formativo del pueblo en técnicas agroecológicas. Esta arista certificó a 1 mil 200 maestros y 1 mil 469 pregoneros y activadores productivos a través de cursos teóricos-prácticos en el Instituto Nacional de Capacitación Socialista (Inces) y centros agrourbanos, respectivamente.
21 semanas y media por las hallacas agrourbanas
A raíz de los resultados del Plan de los 100 Días para la Siembra, el 22 de julio, en el urbanismo Cacique Tiuna, ubicado en La Rinconada, en Caracas, el Presidente de la República, Nicolás Maduro, activó la segunda fase del Plan Semestral de Agricultura Urbana, que permitirá cosechar, al término de 21 semanas, 130 mil toneladas de alimentos necesarios para la preparación de las tradicionales hallacas de la época decembrina en 4 mil 500 hectáreas de las principales ciudades del país.
Con la mirada puesta en la producción para los próximos meses, el Minppau se trazó la meta para que 400 mil familias obtengan alimentos de calidad para su dieta diaria y se elevé de 9 mil a 30 mil las unidades productivas agrourbanas instaladas en el territorio nacional.
Los resultados de la segunda avanzada del plan de articulación productiva urbana y periurbana serán presentados al pueblo durante el primer trimestre del año 2017.
Prensa MippCI
