Obras de nuevo terminal de contenedores de La Guaira tienen 86% de ejecución

En las costas del litoral central, muy cerca de las siempre visitadas playas del estado Vargas, en el centro-norte de Venezuela, hay un espacio de casi 88,3 hectáreas que simboliza la actividad económica de la entidad y es esencial para el desarrollo del país.

En el puerto de La Guaira, el segundo en importancia del país y ubicado a media hora de Caracas, la capital del país, grúas modernas van y vienen descargando los contenedores con mercancías para los comercios e industrias venezolanas, en particular del centro del país, desde los buques hacia los patios de almacenamiento o las gandolas.

Un trabajo que no cesa, las 24 horas del día, con unos 1.800 trabajadores en diferentes turnos dedicados a las tareas de hacerse cargo de la llegada de los artículos que requiere el pueblo y que arriban al territorio vía marítima.

A la par, un grupo de obreros se dedica a la construcción, desde finales de 2011, de la nueva terminal de contenedores del Puerto, que representa su definitivo proceso de modernización y cuyos trabajos registran 86% de ejecución con miras a su inauguración en junio de este año, tal como lo contempló el cronograma original establecido con el consorcio portugués Teixeira Duarte, explicó el gerente general de la estatal Bolivariana de Puertos (Bolipuertos) Vargas, Tomás Martínez.

Con una inversión de 398 millones de dólares se construye esta nueva terminal en 17,8 hectáreas, con capacidad para recibir, al mismo tiempo, dos buques de gran calado, denominados Post Panamax, que pueden cargar entre 5.000 y 8.000 contenedores. Será un crecimiento considerable cuando hoy en día al terminal marítimo solo pueden llegar embarcaciones con entre 1.000 y 2.000 contenedores.

«Además, tiene otra característica, que la va a hacer prácticamente la terminal más moderna de América Latina: 90% de los sistemas de grúas RTG y STS, para descargas de los contenedores, es computarizado, aunque tendrá operadores», explicó Martínez.

Se trata de seis grúas STS, que descargan los contenedores directamente desde los buques, y 15 RTG, que colocan los contenedores desde los patios a las gandolas. Ambas de fabricación china, ya las RTG están en el país en proceso de ensamblaje.

La nueva terminal promete seguir haciendo del Puerto un motor de la economía varguense, al generar 1.900 empleos indirectos y 400 directos cuando entre en funcionamiento.

Ritmo ascendente
En el Puerto de La Guaira hay 25 muelles que reciben contenedores, cargas a granel (como el trigo) o suelta, y también realizan exportaciones.

El gerente del Puerto precisó que actualmente despachan unos 360 contenedores diariamente, importados por empresas públicas y privadas, con artículos como alimentos, medicinas y del hogar.

Es un ritmo que se ha agilizado, especialmente luego de que en febrero pasado los ministerios para Economía, Finanzas y Banca Pública y para Industrias publicaron una resolución con el objetivo de simplificar la nacionalización de las mercancías que ingresan al país y acelerar los trámites administrativos para el otorgamiento de registros, licencias y demás requisitos establecidos en el Arancel de Aduanas.

De este modo, indicó Martínez, los procesos de nacionalización de mercancía, previos a su despacho a las diferentes regiones del país, se redujeron de 15 a cinco días. «Eso favorece y fortalece enormemente la economía», enfatizó.

Puntualizó que son falsas las noticias de medios privados que apuntan a falta de operatividad en los puertos y destacó la gran capacidad con la que cuentan. «Más de 300 contenedores diarios que salen de este puerto es bastante», agregó.

Además, no solo llegan productos sino que Venezuela también exporta sus bienes. Desde La Guaira salen entre 60 y 80 contenedores semanales, con artículos nacionales emblemáticos como cacao, cuero y ron.

El proceso
Para el ingreso de mercancías en La Guaira, la Gerencia de Operaciones del terminal marítimo diseña una planificación que determina cuáles buques llegan, le asignan un muelle y la día y hora de entrada.

Al atracar, inmediatamente la Gerencia Servicios Portuarios comienza el acarreo de los contenedores a las gandolas y luego los patios de almacenamiento, con la moderna maquinaria que ha adquirido Bolipuertos en los últimos años.

El Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y Tributaria (Seniat) hace el reconocimiento de la mercancía, para determinar si lo que está en la documentación corresponde a lo que en efecto hay en el contenedor.

Empieza entonces el proceso de nacionalización de la mercancía.

Hace un mes, el ministro de Transporte Acuático y Aéreo, Hebert García Plaza, explicó que con la agilización de este procedimiento, el Seniat exige solo los códigos arancelarios necesarios para las nacionalizaciones, con lo que suprime otros documentos que normalmente formaban más burocracia, de manera de dar una respuesta más rápida.

En ese sentido, Martínez puntualizó que se trata de un proceso «dinámico y rápido. La mercancía que llega, en cinco días está saliendo de aquí».

Consultado sobre el ritmo que ha experimentado el puerto tras la ruptura de relaciones con Panamá, a comienzos de este mes, dijo que la dinámica se ha mantenido y que incluso ha habido un incremento de la llegada de buques.

Para este martes, en La Guaira había ocho barcos en muelle y tres fondeados, cuando normalmente hay entre cinco o seis. «Vienen seis más en camino. Hemos visto cómo aumenta la dinámica y eso favorece la economía y el abastecimiento de la red nacional de comercialización. No debe haber preocupación», sostuvo.

Del mismo modo, comentó que la mercancía en abandono legal hallada el mes pasado se ha despachado de manera considerable, para que los diferentes ministerios la distribuyan al pueblo.

García Plaza ha indicado sobre esto que se activó en febrero un operativo especial en los puertos para sacar la mercancía con más de 30 días abandonada. Esta carga puede «ser adjudicada a los ministerios de las áreas competentes para que sea utilizada para beneficio del pueblo. En eso estamos trabajando», declaró a comienzos del mes pasado.

Un orgullo
Álex Acosta tiene 49 años y en los últimos cinco cumple la misma rutina: verificar el buen estado de cada contenedor que es trasladado y que cuente con sus respectivos precintos, de manera que no se presuma que ha sido abierto por terceros sin autorización.

Con una lista en mano que le entregan las navieras, chequea cada unidad y dirige a los operadores de las grúas. Es un controlador de carga. Tan solo en una mañana ha pasado revista a 174 contenedores: 120 de 20 pies y 54 de 40.

Para él, trabajar en el Puerto es un orgullo. «Por aquí llega la mayoría de la mercancía y estamos muy cerca de Caracas. Me siento bastante orgulloso de trabajar aquí», expresó.

AVN

 

 

 

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