El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, anunció el martes el desembolso de 155 millones de dólares para los mercenarios agrupados bajo el Consejo Nacional Sirio (CNS) que desde hace casi dos años trata de derrocar al presidente, Bashar Al Assad, a través de una escalada de terror cotara el pueblo árabe.
Se trata del segundo anuncio público de una «ayuda» millonaria que Washington hace a los mercenarios en menos de seis meses. En agosto de 2012, Obama ordenó la creación de un fondo de 25 millones de dólares para financiar la ola de violencia en Siria.
El enviado especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para Damasco, Lakhdar Brahimi, advirtió el martes que «mientras haya una de las partes que no quiera negociar, el asunto es que no va a poder llegarse a nada concreto».
La oposición armada siria se ha negado a aceptar las propuestas de diálogo hechas por el presidente Al Assad y ha desechado las hojas de ruta presentadas por los emisarios de la ONU.
La reunión entre Brahimi y el Consejo de Seguridad coincidió con el hallazgo de 80 cadáveres sin identificar en el río Queiq, que atraviesa Alepo, ciudad ubicada en el norte del país.
La opositora Comisión General de la Revolución Siria (CGRS) afirmó en un comunicado que los cuerpos sin vida presentaban señales de tortura y las manos atadas.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) agregó que los cadáveres tenían disparos en la cabeza y que las edades de las víctimas oscilaban entre los 20 y los 30 años.
Brahimi pidió la intervención del Consejo de Seguridad pero recordó que «hasta ahora todas las intervenciones armadas en los últimos años (el caso de Libia es emblemático) no han hecho otra cosa que aumentar la violencia».
AVN
