Nicolás Maduro: el ángel guardián de la Patria

La gramática de la derecha es clara, se trata de asaltar el poder. No lo pudo hacer un hecho permanente la derecha el 11 de abril, porque el pueblo venezolano se lanzó a la calle, y junto a los militares leales a la Revolución hicieron posible el retorno de Hugo Chávez. Hoy el guión de nuevo es claro. Se trata de abortar un proceso social que está hundido en los sentimientos del pueblo. Se ha dicho que el proyecto del socialismo del siglo XXI está acabado.

A los que fuimos testigos de la inmensa manifestación popular que se desplegó en las exequias de presidente Chávez nos cuesta creer que las fuerzas revolucionarias se hayan desmembrado como cae un castillo de arena, para terminar ganando con 300.000 votos. En esta hora de hipótesis diversas no es descartable el sabotaje electrónico, oficio en el cual los gringos son duchos. No olvidemos que la meritocrática petrolera se pagó electrónicamente su salario luego de estar fuera de Pdvsa. Como lo dijo Augusto Mijares, esta es una hora menguada del país donde la Venezuela pitiyanqui está dispuesta a todo.

En Venezuela hoy día no hay hipótesis descabellada. La derecha no ha hecho saber que no hay juramento fiable. Esta burguesía se ha comprometido con la paz y sueña a diario con el crimen, no se les puede seguir perdonando ni menos dispensando sus acciones terroristas, su coartada es clara, la destrucción de todo aquel que piensa distinto a ellos.

Los muertos de Capriles son una evidencia más que suficiente para que vayamos viendo de lo que es capaz la élite de Primero Justicia y sus consortes. Gerardo Blay banaliza la muerte de José Luis Ponce y de Rosiris Reyes, dijo que este carpintero era un hombre bueno, carpintero trabajador pintando a Baruta como un municipio de absoluta felicidad. Para el alcalde estos hechos no ocurrieron cuando los humildes baruteños defendían su CDI, sino que fue producto de otra situación. El alcalde apaña el hecho violento que la clase media alta propició contra el CDI de Piedra Azul. No llegaron a quemar el centro asistencial, pues los habitantes de La Limonera y los comandos motorizados lo impidieron.

El discurso de Capriles es necrófilo, incendiario, ignorante. Se alarma y considera imposible que exista una corriente marxista cristiana. Para este niño mimado de la burguesía, Camilo Torres y Ernesto Cardenal no existen y menos la Teología de la Liberación. El sueño demencial de Henrique Capriles es ser presidente de la República y para esto debe doblegar la voluntad soberana del pueblo venezolano que eligió a Nicolás Maduro como presidente constitucional de Venezuela.

Venezuela está sometida al sobresalto, en el acto de juramentación del nuevo Presidente un intruso le arrebata el micrófono y grita su nombre. Este hecho es insólito, señala que el Gobierno debe dar un golpe de timón con respecto a la seguridad. La pregunta que no hacemos los venezolanos es cómo entró ese desaforado al lugar donde estaba Maduro. Hoy Sesto Poder dice en la portada, Nicolás Maduro no terminará su mandato, estas fueron las palabras que le expresó la bruja del poder político Evenia Rengifo a Leocenis García. Estos son los sueños de la derecha venezolana. Sin ningún rubor exteriorizan sus deseos. Será acaso que están preparando un nuevo asalto demencial para asirse con el poder.

Mario Silva lo ha dicho con claridad en su programa La Hojilla, hay que cuidar a Nicolás Maduro. No puede haber indiferencia con respecto a un hecho tan delicado como este. Quién les paga a estos hombres para que asalten la paz de las reuniones públicas. Nadie puede creer que estas son acciones de unos inocentes que buscan fama. No podemos poner en riesgo el poder, no esperemos el pañuelo para enjugar nuestras lágrimas con un hecho tan delicado como este. La gente piensa en las calles que esta es otra tramoya de la CIA para dar cuenta del presidente electo. La hipótesis no es descartable ante tanto desafuero por parte de la derecha.

La muerte de Chávez nos resultó insólita, de un día a otro fue aquejado por un cáncer incontenible. Nada se pudo hacer para retornarlo a la salud. Ni lo más granado de la ciencia, ni la oración profunda lo restituyeron a su inmensa salud. Esta es una hora de locuras de la derecha, están dispuestos a hacer lo que sea por destronar a la Revolución Bolivariana

El propósito más oscuro podría ser asesinar a Nicolás para crear el caos y montar unos militares ambiciosos en la Presidencia. El lenguaje del rector Vicente Díaz incita al lenguaje anfibológico. El poder electoral ha sido puesto en cuestión, por todos lados se le señalan fallas. Los números no le dan a la derecha para erguirse con el poder, sin embargo no han renunciado a su sueño de gobernar por encima de quien sea.

Los venezolanos se preguntan, no estará la derecha ensayando el libreto de matar a Nicolás Maduro. No podemos dormirnos en los laureles, el enemigo es fuerte y cuenta con todos los recursos del mundo. Debemos enseñarle a las masas quiénes son sus verdaderos enemigos. La lógica de la oligarquía no es electoral, ese camino resulta intransitable para ellos. A la burguesía criolla le resulta más barato satanizar al chavismo, seguir vociferando que la chusma tomó el país. Las espadas de esta gente están bien amoladas y presentan sus luchas como una acción rehabilitadora del país.

La rehabilitación para Capriles es la arrechera, el crimen, siniestrar los CDI. La Patria no puede tolerar la acción vandálica. El proyecto socialista debe esgrimir en estos momentos una acción ética que permita hacerles saber a los saboteadores y criminales de oficio que la ley existe.

Por Nelson Guzmán / Ciudad CCS

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