Miguel Cabrera llegó a 300 jonrones con solo 29 años

El pelotero venezolano Miguel Cabrera, de apenas 29 años, coronó este domingo otra gran hazaña en su carrera deportiva al disparar par de cuadrangulares para llegar a los 300 de por vida en las Grandes Ligas.

La explosión ofensiva del criollo en la campaña suma 22 bambinazos y 79 carreras remolcadas.

Cabrera posee la segunda mejor producción de vuelacercas entre los peloteros criollos, solo superada por Andrés “El Gato” Galarraga (399).

Como cosas del destino, Cabrera logra su récord justo el este domingo cuando el zuliano Luis Aparicio, el único venezolano miembro del Salón de la Fama de las Grandes Ligas, cumplía 78 años.

El maracayero se ha convertido en los últimos años en el bastión principal de la ofensiva de los Tigres de Detroit, club que inspirado en su fuerte ritmo recuperó el liderato de la división central de la Liga Americana al desplazar a los Medias Blancas de Chicago.

“Cuando te sientes motivado y tu equipo te apoya, al igual que el mánager, así como todos tus compañeros, puedes llegar a 300 y muchos más cuadrangulares, además de jugar tu mejor beisbol”, afirmó el criollo al portal digital Mlive.com.

Una vida de beisbol

“Cabrerita”, como se le conoce en el mundo de la pelota, nació en Maracay el 18 de abril de 1983 y desde hace nueve años comenzó con los Marlins de Florida su fulgurante carrera en las Grandes Ligas, para pasar luego a los Tigres de Detroit, club con el que ganó en 2001 la corona de bateo de la Americana.

A los siete años se inició en las escuelas de beisbol menor de Maracay y desde allí comenzó a deslumbrar. Por su elevada estatura superaba con amplitud al resto de sus compañeros y pronto fue observado por los scouts para firmar con los Tigres de Aragua en la pelota profesional de Venezuela. En poco tiempo se consagraba como una nueva estrella.

Vence los retos

En la carrera de Cabrera el optimismo siempre ha estado presente y no rehuye ningún tipo de reto. Eso lo ratificó este año cuando el mánager de su club, Jim Leyland, le solicitó que tomara la tercera base, ya que requería a un pelotero de poder para la inicial; ese era nada menos que el jonronero Prince Fielder.

Se pensaba que Cabrera, que ya había ocupado la tercera cuando empezaba con los Marlins, tendría muchos problemas para adaptarse de nuevo a la posición. De hecho, en uno de los partidos previos a la campaña, una poderosa línea le partió el arco superciliar del ojo derecho.

Pero el maracayero no se amilanó y en poco tiempo los buenos resultados fueron más que evidentes. Cabrera comenzó a soltar su acostumbrado ritmo con el bate para estar hoy de nuevo entre los mejores toleteros de la Liga Americana con promedio superior a los .330 puntos.

“Nadie dijo que iba a ser fácil. Sería difícil regresar al tercer saco, pero cuando te sientes motivado y tu equipo te responde, puedes cumplir la meta”, afirmó.

El peso de fielder

La llegada al equipo felino de Prince Fielder le ha servido al venezolano, pues ahora los lanzadores deben pensarlo mucho, ya que él es el tercer bate en la alineación y luego le corresponde a Fielder.

Ambos se han convertido en las grúas de los Tigres de Detroit que, gracias a sus aportes, tienen amplias posibilidades de ir este año a la Serie Mundial, otro de los sueños del venezolano.

 

 

Ciudad CCS

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