Margarita celebra su gentilicio guaiquerí en Día de la Resistencia Indígena

La fuerza del gentilicio guaquerí sigue presente en la isla de Margarita, 520 años después de la llegada de Cristóbal Colón, afirmó el cronista de La Asunción, capital de Nueva Esparta, Luis Marcano Boadas, para quien una revisión de la historia es necesaria.

«La historia que nos habla del indio guaiquerí como totalmente dócil y servil no es cierta, y no fue escrita por nosotros, sino por los colonizadores, por los misioneros. Hay que asumir una actitud revisionista frente a esa versión», sostuvo.

Boadas refiere el ejemplo de un auténtico guaiquerí que hizo frente a la dominación española, en lo que hoy en día es el municipio Antolín del Campo (norte de la entidad): «Hubo indígenas margariteños, como Gasparico, que se resistieron al pillaje que ejercían los conquistadores, aún cuando sabían que serían duramente castigados».

De acuerdo con Boadas, al revisar nuevamente la historia, se puede comprobar que el indio en realidad continúa resistiéndose: «Cuando vemos una vasija de barro de auténtica artesanía margariteña, uno ve al indio todavía asentado en su tierra, pero eso algunos no quieren admitirlo», señaló.

El cronista explicó que una hermosa isla llamada Paraguachoa (hoy Margarita) vivía tranquila, llena de excelentes pescadores y agricultores, cuando llegaron los conquistadores españoles que buscaban saquear toda riqueza en el Nuevo Mundo: «Eran los indios guaiqueríes, que también poblaban las islas de Cua Hua (hoy Cubagua) y Cochen (hoy Coche)».

De acuerdo con observaciones de la época, el aspecto de estos aborígenes era diferente al de la mayoría de las tribus Caribes que se distribuían por el norte de Venezuela y las islas aledañas.

Su estatura era superior a la media. Tenían una tez era bronceada, con rasgos fuertes y pómulos resaltantes. Además, poseían una marcada fuerza muscular.

Pero lo que dicen también algunos textos y que en opinión del cronista Marcano Boadas debería ser estrictamente revisado, es que supuestamente se trataba de indígenas hospitalarios y pacíficos, lo que les granjeó la buena voluntad de los españoles.

En algunos textos se asegura que en vista de esta actitud fueron considerados por los reyes de España como vasallos libres, lo que legalmente impedía que se les esclavizara.

AVN/Prensa MinCI

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