La vida de 60 familias renace en Ciudad Federación

60 familias afectadas por el siniestro del Centro de Refinación Paraguaná (CRP) de Amuay, estado Falcón, reinician sus vidas en casas nuevas de Ciudad Federación, urbanización construida por la Gran Misión Vivienda Venezuela, ubicadas en las adyacencias de la avenida Coro, arteria vial que comunica a la última ciudad mencionada con Punto Fijo.

En este lugar vive ahora Edeenis Cuba Gómez, un paraguanero de 35 años de edad. Junto con su esposa, Angélica Castellanos, y sus dos hijas de cuatro y dos años de edad, residía en la calle principal de Alí Primera, uno de los sectores afectados por la explosión del pasado sábado en la madrugada.

Cuba en estos días ha recibido dos grandes e inesperadas noticias, literalmente opuestas. La primera, esa terrible explosión que destruyó su casa y puso en vilo la vida suya y la de su familia, así como también se llevó la vida de muchos otros compatriotas.

La segunda e inesperada noticia, agregó, significó la asignación de una vivienda «grande, bonita y segura, en donde comenzaremos una nueva vida. Se trató de una sorpresa de vida, literalmente opuesta a la que vivimos el sábado pasado».

Agregó que se trató de «una sorpresa que, al igual que la primera, no sé describir. La primera llena de dolor y tristeza, la segunda de una inmensa alegría y satisfacción».

El primer paso para una nueva vida

El día que ocurrió el siniestro, Cuba y su familia estaban durmiendo, como la mayoría de los vecinos. «Primero hubo como una onda expansiva, la cual hizo que se moviera todo, segundos más tarde ocurrió la explosión», explicó Angélica Castellanos, su esposa.

Al principio, ella pensó que era un terremoto. «Luego supimos que era la refinería. Los techos de las casas se levantaron y los vidrios se partieron todos. Lo primero que hice, una vez se produjo la explosión, fue lanzarme sobre las niñas para protegerlas».

La puerta «se nos cerró, la rompimos y salimos de la casa, comenzamos a correr hacia un terreno, dejando atrás la candela y la humareda».

Ambos contaron que los llevaron a varios refugios, incluyendo al de la Base Naval. «Este martes nos llamaron y nos dijeron que nos habían asignado una nueva vivienda. Al principio no lo podíamos creer, hasta que nos llevaron a la urbanización, donde reiniciaremos nuestra vida».

Algo similar pasará con Ana Terán, Noris Semeco y Yohana Ocanto, así como a sus respectivas familias, que forma parte de un primer grupo de 60 familias afectadas por el siniestro que recibieron sus casas en Ciudad Federación, donde ha comenzado a renacer la vida y la esperanza.

AVN

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