Joao Doria Jr. (Brasil) – Por Camila Vollenweider

“Quien sabe, algún día quizás todos los brasileños podrán usar Polo Ralph Lauren”
Joao Doria Jr.
Prefecto de San Pablo

Con una carrera política muy corta y limitada a la década de los 80, Joao Doria Junior se convirtió el pasado 2 de octubre en Prefecto de la ciudad más poblada de Brasil, estimada en 12 millones de personas en 2016. Nacido en San Pablo en 1957, Doria Jr. es hijo de un publicista y exdiputado federal -Joao Doria, exiliado en Paris tras el golpe militar de 1964- y de Maria Sylvia Vieira de Morais Dias, quien, al regresar del exilio, montó una fábrica de pañales, donde Junior, con 13 años, comenzó a adentrarse en el mundo empresarial.

Justamente ese, y no el político en sentido estricto, fue el hilo conductor no solo de su trayectoria profesional, sino también uno de los principales aspectos que lo condujeron a ganar en primera vuelta, y por el 53% de los votos de los paulistanos, el cargo de prefecto. Doria Jr. solo ejerció la función pública como secretario de Turismo de San Pablo y como presidente de dos empresas estatales de turismo, Paulistur (del gobierno local bajo la prefectura de Mario Covas -PSDB-) y de Embratur, bajo la presidencia de Jose Sarney (PMDB), todo durante la década de 1980. Recién en 2001, se afilia al PSDB y, antes de la proclamación de su última y única candidatura, figura como uno de los impulsores, junto a algunos empresarios y políticos, del movimiento Cansei [1], contra el entonces Presidente, Lula Da Silva.

Su condición de outsider de la política fue, precisamente, una imagen que explotó en campaña y sedujo a gran parte de los paulistas, combinada con un fuerte simbolismo sobre la impronta “meritocrática” de su fortuna y, en consecuencia, su proyección de candidato de la no política que vendría a administrar racionalmente los recursos de la ciudad. Su vida profesional le dio el respaldo a este contundente mensaje: se formó en periodismo y publicidad, trabajó en varias cadenas de televisión, ascendiendo paulatinamente hacia cargos de jerarquía, como director de comunicación de la Red Bandeirantes y de la Fundacion Armando Alvarez Penteado. Posteriormente, incursionó como publicista y empresario televisivo creando la productora Videomax y, dentro del mismo rubro, se desempeñó como presentador en varios programas como “Show Business”, “Face to Face”, un programa de entrevistas, y un reality show, El aprendiz. Empresario editorial también, fundó Doria Editora, dedicada a textos de interés para empresarios. Ha editado revistas como Caviar Lifestyle, fue columnista de la Revista Istoé Dinero y de Forbes Brasil y, en su anhelo de ser un gurú empresarial de referencia, escribió algunos libros de autoayuda, sobre todo para emprendedores que desean conseguir el éxito.

Con el tiempo, fue afianzando su perfil de líder empresarial, realizando eventos importantes a nivel nacional e internacional que aglutinaron a un gran número de grandes empresarios de distintos rubros. Actualmente, lo que más lo destaca en su carrera profesional es la presidencia de Lide -Grupo de Líderes Empresariales-, un proyecto que llevó adelante el propio Doria y que aglutina casi 1.700 empresas nacionales e internacionales que, juntas, son responsables de más del 50% del PIB privado brasileño. Lide organiza convenciones y seminarios para empresarios, a las cuales suelen invitar a personajes destacados de la política, como las tres realizadas al juez Sergio Moro -cabeza de Lava-Jato y sindicado como el instigador de la persecución judicial contra el PT-. También preside el Grupo Doria, holding dedicado al negocio inmobiliario, el marketing y la comunicación.

Joao Doria Jr. hizo su campaña para prefecto explotando sus rasgos más característicos: como empresario, exacerbó su capacidad de administrador repitiendo hasta el cansancio que “San Pablo necesita un buen gestor”, frase que caló hondo en la población en medio de los escándalos de corrupción que envolvían al PT -partido al que pertenece Fernando Haddad, actual prefecto que se postulaba para su reelección- y a sus políticas de inversión pública. Su enorme fortuna ayudó también a su victoria, ya que meses atrás, se prohibió el financiamiento empresarial de campañas; Doria fue el más rico de los candidatos que se presentaron en esta elección, con un patrimonio estimado en más de 55 millones de dólares, de los cuales invirtió, en su propia campaña, 740.000. En su campaña, tuvo, además, dos ventajas adicionales: contó con el apoyo declarado del gobernador del Estado, Geraldo Alckmin (PSDB) quien, presuntamente, utilizó la maquinaria pública en beneficio de Doria -algo que está investigando el Ministerio Público Electoral-, y consiguió presentarse como candidato dentro de una coalición de 13 partidos, lo que le permitió contar con mucho más tiempo de propaganda en TV que sus contrincantes.

Doria Jr. tiene poca experiencia en gestión pública, pero sus vínculos con la política y la administración del Estado han sido continuos en toda su trayectoria empresarial, encontrando en ellos vehículos para mejorar sus oportunidades de negocio. Sin ir más lejos, la Lide no es más que una instancia de estrechamiento de vínculos público-privados, que oficia como un poderoso lobby empresarial. En los últimos 10 años, Doria ha recibido 10,6 millones de reales por parte de distintos gobiernos.

[1] Cuyo significado castellano sería “Me cansé”

Celag/Prensa Mippci

 

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