Iván Hernández: El sabotaje petrolero de 2002 fue mucho peor que la explosión en Amuay

La historia de Iván Hernández está ligada a la del Complejo de Refinación Paraguaná (CRP). Este falconiano no solo trabajó en sus instalaciones durante 40 años, sino que le tocó retomar el control de la infraestructura cuando sus gerentes la dejaron como un barco a la deriva, durante el sabotaje petrolero de 2002. Diez años después, a Hernández le correspondió de nuevo ayudar a la que bien podría ser su segunda casa, ya que apenas sintió la explosión, en la madrugada del 25 de agosto, corrió a apoyar a quienes se desplegaron para atender la contingencia.

Un evento como el registrado el pasado 25 de agosto en Amuay está dentro de lo esperado, sostiene Hernández. Lo que no estaba dentro de lo esperado es lo ocurrido en 2002. “El sabotaje petrolero de 2002 fue peor que la explosión en Amuay de la semana pasada”, aseveró, en conversación con el Correo del Orinoco. No solo por las pérdidas económicas, sino por el riesgo que implicó el abandono de las instalaciones a la cuenta y riesgo de la población.

Hernández llegó al CRP el 16 de diciembre de 2002, cuando el paro se hallaba en pleno apogeo. “Aquello estaba completamente muerto”, denunció. “Yo llegué ese 16 de diciembre y allí no había nadie. Dejaron eso abandonado.

Lo digo sin que me quede nada por dentro. Lo único que había era electricidad”. Si cabe el término, los gerentes que participaron en el sabotaje fueron “desconectando” el CRP. “Ellos quitaron la energía.

Dejaron la refinería con los líquidos, con todo. Era como una bomba de tiempo”.

Es por ello que Hernández sostiene que “el riesgo que había en 2002 no es comparable con esto que sucedió el 25 de agosto. Ahora tuvimos una explosión localizada. Hace 10 años, en pleno sabotaje, la refinería tenía todos los hidrocarburos dentro, y si hubiese explotado algo no hubiésemos tenido cómo apagarlo, porque las ‘cabezas’ de los bomberos se fueron al sabotaje”. En esa ocasión, rememora, “tuvimos que trabajar con bomberos voluntarios. Fue algo horroroso”.

Pero no fue solamente lo que la gerencia de Petróleos de Venezuela (Pdvsa) hizo en el CRP falconiano. El trabajador petrolero le suma la paralización de los tanqueros. “Si el Pilín León hubiese explotado, hubiese volado toda Maracaibo”, calculó.

Esa embarcación fue estacionada en el emblemático lago como parte de las acciones emprendidas por la dirigencia de Pdvsa para obligar al presidente Hugo Chávez a renunciar a su cargo.

EL PEOR: EL DE 1984

Hernández, con base en sus años de trabajo en la refinería, descarta que el evento del pasado 25 de agosto haya sido producto de la falta de mantenimiento. “La canalla trata de llevarlo a la falta de mantenimiento, pero no fue así”, indica.

Un incidente como el de hace dos semanas puede ocurrir cada 15 años en un espacio como el CRP. Si se tomara un cuerpo humano como referencia, el área en la que se registraron los hechos sería comparable con los pies; en otras palabras, el “corazón” de la refinería no fue tocado. Sin embargo, el daño causado al Destacamento 44 de la Guardia

Nacional Bolivariana convirtió a estos hechos en una tragedia.

Las autoridades contabilizan 42 víctimas.

El CRP sufrió en 1984 un accidente que lo mantuvo paralizado durante varios meses, recuerda el exgerente. Ese año explotó una línea de 500 libras de gas natural “y se llevó por delante todo un rac de tuberías”.

Hernández considera que ese fue “el peor evento que se haya registrado en el complejo de refinación” hasta la fecha.

LA GENTE: LO MÁS IMPORTANTE

Cuando a Hernández se le pregunta qué hace tan especial al CRP, no responde “los equipos”, o “la capacidad de procesamiento” de crudo. La primera reflexión que hace es muy clara: “Su gente”. Solo después de haberse detenido en los seres humanos que mantienen esa máquina en acción, el exgerente recuerda las razones por las que esta infraestructura es considerada una suerte de coloso:

“Realmente es un complejo inmenso; tiene todas las fases que no tienen muchas refinerías”. Por ello es la primera del mundo en procesamiento.

ALGUNAS LECCIONES

Los lamentables hechos del 25 de agosto le indican a Iván Hernández que es necesario tomar algunas decisiones.

Una de ellas es que el Destacamento 44 de la GNB debería ser mudado a otro lugar. “De hecho, ya no existe, así que es mejor aprovechar para hacerlo en otra parte”, expresó.

 

Correo del Orinoco.- T/ Vanessa Davies, F/ Joel Aranguren

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