De acuerdo con un estudio de opinión de la empresa Hinterlaces, los venezolanos mantienen una alta valoración de la gestión del presidente Nicolás Maduro, con 51% de aceptación, después de un año de mandato.
La encuesta Monitor-País de Hinterlaces fue realizada entre el 1º y el 7 de abril de 2014.
El presidente de la empresa, Oscar Schémel, detalló que el perfil de liderazgo del Presidente en cuanto a su preocupación por los más pobres va en ascenso, ha pasado de 66% a 67% y a 68%, en cambio el porcentaje de la oposición ha caído.
Otro resultado destacable del sondeo señala que 85% de la población venezolana rechaza toda manifestación violenta e igualmente cree que se debe sancionar a los responsables.
Schémel apuntó que el estudio confirmó un rechazo a las guarimbas y un fuerte apoyo a la iniciativa de dialogo propuesta por el Gobierno Nacional.
Añadió que en el proceso de polarización que tiene lugar en la política venezolana, provocado por la manifestaciones violentas de la oposición, el chavismo resultó favorecido, porque, frente a la amenaza de restauración de la exclusión, el desprecio y la rabia de las clases medias y altas, los revolucionarios crecen y se atrincheran.
Schémel detalló que, de acuerdo con el sondeo, 67% de la población está en desacuerdo con la decisión inicial de la oposición de no participar en las conferencias de paz convocadas por el Gobierno, ante 27% que respaldaba esta actitud.
“La gente piensa que es más vital reunirse con los empresarios que con los políticos. Recordemos que los temas fundamentales de hoy tienen que ver con la economía, las grandes expectativas de los venezolanos están centradas en la solución de problemas como el desabastecimiento, el alto costo de la vida y la inflación”, añadió.
El Partido Socialista Unido de Venezuela cuenta con 44% de las preferencias, a diferencia de la Mesa de la Unidad Democrática, que ha bajado su apoyo a menos de 25%, debido a la ausencia de representatividad.
“Existe un plan de desestabilización que tiene que ver con la neurotización de la sociedad, cuyo objetivo fundamental es provocar una acumulación de angustia a través de eventos que generen malestar, caos e incertidumbre, para de esta manera de programar a la población para respuestas neurasténicas futuras”, aseveró Schémel.
A pesar de que aún no se ha medido el nivel de angustia e incertidumbre para saber si esa estrategia de acentuar el descontento ha funcionado, Schemel afirmó que en principio parece chocar con la iniciativa de paz y estabilidad que sí está demandando el pueblo venezolano.
PRENSA MINCI
