Héctor Díaz Polanco: El pueblo venezolano es un ejemplo de resistencia

Héctor Díaz Polanco

La Cátedra de Historia Insurgente Federico Brito Figueroa contó este jueves con la participación del ganador del premio Libertador al Pensamiento Crítico, el antropólogo y sociólogo mexicano-dominicano, Héctor Díaz Polanco, quien compartió parte de la investigación de la obra que le mereció el premio con los participantes del evento.

En su disertación, el pensador exploró las vías interpretativas según las cuales fue perfilando la posición fijada en El Jardín de las Identidades. La Comunidad y el Poder, obra galardonada con el importante premio venezolano.

Para él es esencial hacer un análisis crítico de las herramientas a través de las que se aborda la realidad, pues de no hacerlo, se incurriría en errores que harían de la teoría liberadora, auténtica, de la identidad cultural de los pueblos un mero instrumento de dominación. De esta manera, incluso el arsenal teórico del materialismo histórico debe ser sometido a examen, y para Polanco, tras él va incoado el espíritu positivista y evolucionista.

De esta manera llegamos a construir concepciones que han sido prácticamente predominantes, en las que pervive la visión de fases necesarias, de jerarquía, en lo que finalmente terminó llamando Marx una filosofía de la historia”, expresó.

El análisis marxista plantea una serie de fases y su interrelación y, a pesar de querer hacer lo contrario, termina planteando un análisis jerarquizado a partir de una perspectiva evolucionista: del modelo esclavista, se pasa al feudal y así de manera ascendente, por lo que sus resultados e implicaciones también tienen el vicio evolucionista del capitalismo.

Sin embargo, en una muestra de erudición, Díaz Polanco recordó que en algunas de sus cartas, el pensador alemán hizo una crítica de su propuesta, al ver contrastadas sus ideas con lo planteado por la Revolución rusa. Concretamente se refirió a una misiva a Vera Zasulich, fechada en 1881.

Así, no solo el proceso de expansión del capitalismo llevaba la impronta de la jerarquización y la dominación del evolucionismo, sino que también la teoría marxista, bastión teórico de las luchas por la igualdad, estaba completamente permeado por ese modo de pensar.

Es a partir de la toma de conciencia de este tipo de hechos que Díaz Polanco introdujo la discusión sobre la identidad, la globalización y la institución de la identificación, en medio de lo que llamó, recordando al sociólogo Sygmunt Bauman, una sociedad líquida.

De esta manera, los individuos que componen la sociedad no tienen una identidad fijada, sino que se dan procesos de identificación que realmente solo enajenan la cultura, creando no-lugares (como cajeros automáticos o aeropuertos), así como sujetos líquidos, sin arraigo.

En medio de ese extrañamiento el capital mercantiliza la cultura, y genera renta cultural a partir de explotar las identidades, sin reforzarlas, sino disminuirlas, en identificaciones que obedecen a los intereses abstractos del mercado y no a los valores sociales y culturales, pues no hay espacio para intereses de tal índole.

La globalización destruye comunidad y crea identificaciones (…) y los resultados son cainescos”, es decir expresiones egoístas de la humanidad, que solo generan miseria y vicios. Estados Caín que no se preocupan por sus conciudadanos, sino por poder inscribirse en el flujo que propone la globalización en cuanto al proceso de identificación y su puesta en marcha.

Es por ello que el intelectual atendió el caso venezolano, donde con el Plan de la Patria y las Comunas, el pueblo venezolano ofrece un ejemplo de resistencia al devenir uniforme de la identidad cultural, en medio del proceso de homogeneización que intenta instaurarse desde los centro de la hegemonía globalizadora.

Frente a esta fuerza que promueve la exclusión de la solidaridad, la Revolución construye y transita una ruta política y social en donde el compromiso principal es con la cultura vernácula y con la comunidad que de ella se desprende, y que se expresa en modos de producción y de intercambios tradicionales y poderosos como el conuco o el trueque.

Prensa MippCI con información de Prensa MPPC

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