Este viernes, se cumplen 106 años de la coronación canónica de la Virgen del Valle, Patrona de Oriente, de los pescadores y de la Armada venezolana.
Para el obispo de la Diócesis de Margarita, monseñor Fernando Castro Aguayo, esta devoción nos conecta a una presencia que nos permite una oportunidad grandiosa para que los venezolanos, y especial los neoespartanos, se unan como hermanos en torno de la Madre del Cielo, sin miramientos personales ni políticos, para pedir por la paz, la reconciliación y la unión del pueblo patrio.
“La solemnidad de la Virgen del Valle es una ocasión para renovar nuestra fe en Jesucristo, nuestro Salvador y Redentor. La Madre de Jesucristo, venerada en Margarita bajo la advocación del Valle, nos recuerda que debemos acoger a su Hijo, su palabra, para transformar y renovar nuestras vidas”, expresó monseñor Castro Aguayo.
Enfatizó que capilarmente, la Iglesia Católica trata de estar en la sociedad margariteña para que la fe en Jesucristo y en la Virgen del Valle crezcan cada día más.
“Es lógico que acudan a la Madre de Dios que, al fin y al cabo, es la Madre nuestra en los momentos en que más necesitamos».
Siento que la devoción por la Virgen del Valle crece y que hay una preocupación muy especial y acentuada para que en todas las iglesias, capillas, templos y familias, se celebre a la Virgen del Valle, porque celebrarla a ella, es celebrar a Jesucristo”, recalcó monseñor Castro Aguayo.
Guaiqueríes rinden culto a la Virgen del Valle
Con relación a cuándo se inició entre los Guaiquerí la celebración conmemorativa organizadamente al culto de Nuestra Señora del Valle o desde cuándo se comenzó a adoptarle particularidades y procedimientos religiosos, no se sabe, lo cierto es que esta aculturización está basada muy probablemente en prácticas prehispánicas que se acomodaron a la catolicidad popular con sello propio.
Prensa Mippci con información de Yvke