El bombardeo de los medios también ataca en Gaza

gaza_10El característico manejo informativo por parte de los grandes medios de comunicación respecto a la agresión israelí en Gaza evidencia los motivos ideológicos que llevan a utilizar la noticia como instrumento para justificar la violencia, práctica expuesta por el recientemente fallecido investigador español, Vicente Romano, quien en su obra explica cómo desde el ámbito de lo simbólico las potencias imponen la «validez» de sus ataques ante la opinión pública mundial.

El sitio web larepublica.es denunciaba en julio pasado la manipulación mediática que practican medios como el diario español El País, que utilizó el titular «Israel y Hamas intercambian cohetes en plena escalada militar», refiriéndose a los ataques como si fueran un trueque, con alguna reciprocidad entre las partes, cuando lo notorio es el poderío bélico y los desproporcionados arsenales de Israel.

En su nota titulada «La prensa española retuerce sus titulares sobre Gaza» critica igualmente al noticiario informativo de la cadena estadounidense ABC News, en la que su presentadora Diana Sawyer presentaba imágenes de Gaza para ilustrar la «situación que sufren los israelíes».

Estas maniobras de manipulación de la información fueron estudiadas y denunciadas por el profesor español Vicente Romano, quien falleció el 14 de junio y legó al conocimiento de la humanidad el estudio de la violencia simbólica, cuyo instrumento es el lenguaje de los medios, muy útil «para imponer significados que se contradicen en la realidad», explica en su libro La intoxicación lingüística.

«El lenguaje, como el terrorismo, va dirigido a los civiles y genera miedo, ejerce violencia simbólica o psicológica. Produce efectos más allá del significado. Las palabras son como minúsculas dosis de veneno que pueden tragarse sin darse uno cuenta. A primera vista parecen no tener efecto y luego, al poco tiempo, se manifiesta la reacción tóxica», explica.

Con este libro, publicado en 2007, Romano expone el lado oscuro de este manejo informativo aplicado para que las masas acepten y justifiquen violaciones a las soberanías de los pueblos. «Cuando se aceptan dócilmente los significados y valores de los poderosos no hay que pagar los sueldos, uniformes y armas de un cuerpo represor más caro e incómodo».

En su prólogo el autor toma como ejemplo de violencia simbólica la situación a la que se ha visto sometido el pueblo palestino. «Se requiere un verdadero tour de force lingüístico para calificar de moderación o contención el genocidio del pueblo palestino a manos del ejército sionista de Israel».

La violencia simbólica —a la que también llama psicológica— consiste en palabras del investigador en la capacidad para «imponer la validez de significados mediante signos hasta el punto de que otra gente se identifique con ellos», y tales actos de violencia se hacen aceptables a través de conceptos como «seguridad» y «guerra limpia».

También hace referencia a novedosos términos difundidos por los medios como los «bombardeos quirúrgicos», un tipo de operación militar de «precisión» basada en una falsa prevención de ataques mediante bombas «inteligentes» dirigidas a supuestas fábricas de armas, refugios del enemigo y guarniciones militares.

Durante una entrevista realizada por Telesur a Angel Molina, miembro del Centro de Estudios Orientales de la Universidad de Rosario (Argentina), el pasado 4 de agosto, fueron desglosadas las características de los mensajes que recientemente han divulgado el 80% de los medios internacionales controlados por las grandes cadenas de Estados Unidos, Francia e Inglaterra, aliados estratégicos de Israel.

«Por un lado se apunta a insensibilizar al receptor de la noticia», sostiene Molina, «acostumbrarlo a estas imágenes (de los bombardeos) sin reflexionar sobre lo que estas implican. Y por el otro lado apuntan también a deshumanizar a la víctima, es decir la víctima nunca es contemplada en términos de persona, de ser humano asesinado por una potencia ocupante, sino que es contemplada en términos de terrorista, de daño colateral».

«Este tipo de utilización de los conceptos, de las palabras, lo que apuntan es a evitar cualquier tipo de empatía con la víctima», agrega Molina.

Sobre la empatía con el pueblo palestino, la anécdota mediática más reciente fue el ataque a celebridades como los españoles Penélope Cruz, Javier Bardem y Pedro Almodóvar, por haber suscrito un manifiesto en el que critican «el genocidio que está perpetrando el ejército de ocupación israelí en la franja de Gaza».

Luego de divulgado dicho manifiesto la cadena estadounidense FOX calificó a Cruz como «la tonta de la semana» en los mensajes dirigidos a una audiencia ávida de farándula  y además otros medios se dedicaron a la tarea de acusar a quienes suscribieron el escrito de antisemitas.

Con tal ejemplo cabe la advertencia de Romano sobre el uso de los códigos lingüísticos por parte de la clase dominante.»Las palabras y los conceptos se utilizan conscientemente para violentar la capacidad cognitiva», ante lo cual sugiere cultivar un nivel de conciencia que permita desvelar las verdaderas intenciones de los mensajes.

Recalca que «la cultura de un pueblo depende de a quién pertenezcan los medios de producción» y sobre esta realidad se pregunta en La formación de la mentalidad sumisa, otra de sus obras: «¿Quiénes se benefician en última instancia de este proceso de mediación e intermediación?», interrogante a la que responde: «Frente a la conciencia uniforme y autoplacentera difundida por todos los medios de este sistema se impone el desarrollo de una conciencia diferenciada».

AVN

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