Aquel 27 de febrero de 1989, el pueblo de la parroquia Petare presenció la sangre, el dolor y la tristeza de quienes perdieron la vida durante esta fecha, cuando estalló la primera rebelión popular contra las medidas económicas neoliberales implementadas por el entonces presidente de la República, Carlos Andrés Pérez.
«El día 27 de febrero vimos sangre, vimos dolor y vimos tristeza porque las personas que encontramos allí eran familias completas. No se me podrá olvidar (la imagen) de una mujer embarazada, el esposo y su hijo, porque todos estaban muertos con esas balas de las ametralladoras punto 50», recordó José Collado una de las víctimas del 27-F.
En aquellos días de incertidumbre, señaló, la gente subía y bajaba las escaleras de esta populosa parroquia para buscar lo que necesitaba, fue entonces, dijo, cuando el Gobierno utilizó unas ametrallados punto 50 para disparar contra el pueblo.
«Esta es una fecha de dolor porque los que estuvimos presentes no podemos olvidar ese día tan nefasto cuando mandaron a disparar contra el pueblo y la historia del país se partió en dos», lamentó Collado durante su participación en el programa Toda Venezuela, transmitido por Venezolana de Televisión.
Callado sostuvo que fue allí cuando el pueblo se cansó de tanta represión y por eso salió a defender sus derechos.
En contraste con esta fecha histórica, enfatizó que el ejército venezolano se ha dignificado, por lo que no volverá a disparar contra el pueblo, ya que entendió que también forma parte del pueblo.
Asimismo, Luis Martínez otra de las víctimas de El Caracazo, relató que el 28 de febrero recibió un disparo en el abdomen por parte de la Policía Metropolitana (PM). «Eso me causó lesiones, hasta perdí un riñón».
Martínez advirtió que los grupos violentos liderados por la derecha venezolana, que hoy presentan denuncias por supuestas violaciones de los derechos humanos, olvidaron a las víctimas del 27F, de La Masacre de El Amparo y de Cantaura. «Durante más de 40 años se vulneraron los derechos de los venezolanos», rememoró.
El paquete económico del Gobierno de CAP establecía la liberación de los precios y de las tasas de interés, aumentos en el precio de la gasolina (en 100%), de las tarifas de electricidad y teléfono (en 50%), así como la eliminación de subsidios y del control de cambio.
AVN
