Hace 227 años, el 18 de mayo de 1791, en el estado Falcón, nació Josefa Camejo, heroína de la Independencia, quien luchó con fervor por la libertad y la igualdad de Venezuela, destacándose en la defensa de varias regiones del país.
Esta singular mujer nació en el fundo de Aguaque, en Curaidebo, Pueblo Nuevo, fue educada en Coro, donde recibió una esmerada educación, y luego continuó sus estudios en Caracas, donde se encontraba cuando estalló la revolución del 19 de Abril de 1810, a la cual se sumó con apenas 19 años, integrando la Sociedad Patriótica.
En 1811 viajó con su madre a Barinas, donde residía su tío Monseñor Mariano de Talavera y Garcés. Allí, ante la amenaza de los realistas de invadir la ciudad, reunió a un numeroso grupo de mujeres, ansiosas de participar en la lucha armada, y envió una petición al gobernador de la provincia, Pedro Briceño del Pumar, expresando su inconformidad porque «no se haya contado con ellas para proteger su seguridad».
«El sexo femenino, señor gobernador, no teme los horrores de la guerra, antes bien, el estallido del cañón no hará más que alentar, su fuego encenderá el deseo de libertad, que sostendrá a toda costa en obsequio del suelo patrio … »
De Barinas, viajó a Mérida, donde contrajo matrimonio con el prócer Juan Nepomuceno Briceño Méndez. En 1814, se refugia en Bogotá para dar a luz a su primer hijo, residió allí hasta 1819, cuando entra triunfante a la capital neogranadina El Libertador Simón Bolívar.
Camejo regresó a Barinas, para continuar la lucha y en 1821, pasó a Maracaibo, que acababa de pronunciarse por la independencia.
Rafael Urdaneta le encomendó a Josefa Camejo la tarea de levantar la provincia de Coro a favor de la independencia, la que cumplió de manera admirable, al lograr el Pronunciamiento de Pueblo Nuevo en la Península de Paraguaná, el 3 de mayo de 1821.
Finalmente, la heroína murió en 1862, posiblemente en Ciudad Bolívar, donde habría que hacer una campaña para tratar de ubicar su tumba y rescatarla para la historia y los tiempos presentes y futuros.
En Revolución, el Comandante Hugo Chávez, trasladó los restos simbólicos de Josefa Camejo al Panteón Nacional, en el marco de la celebración del Día Internacional de la Mujer, el 8 de marzo de 2002.
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