Este popular santo es recordado, según los textos bíblicos, quién bautizara a Jesús Cristo, en el río de Jordán. Como nos dice esta estrofa de canto de sirena de Cata, Edo. Aragua:
En el río de Jordán
Se vieron dos maravillas
San Juan bautizando a Cristo
Hincadito de rodillas.
Al igual que la fiesta de navidad, la iglesia fijó la fecha de este santo para marcar el solsticio, en éste caso, de verano, quedando así el 24 de junio para los feligreses que lo siguen.
Sus orígenes
En Venezuela es venerado fuertemente sobre todo en las regiones donde se dieron asentamientos de esclavos, este era el único lugar donde podían celebrar con danza e instrumentos que trajeron de África. Esta manifestación religiosa se trasladó a los Cumbes que eran los lugares donde se refugiaban lo que huían de la esclavitud.
Desde la media noche del día anterior, la madrugada o el reto del día 24, comenzaban los repiques de tambor, danzas y cantos al santo para pedir por la sanación, la fertilidad o el amor.
Estos antiguos rituales que conviven con la religiosidad cristiana se manifiestan en los pueblos de Carayaca, Caraballeda, Caruao, Chichiriviche, La Sabana, Naiguatá, Oricao, Osma, Oripoto, Puerto Cruz, Tarmas y Toda Sana en el estado Vargas; También en la región de Barlovento, Araguita, Caucagua, Cúpira, El Guapo, Capaya, Higuerote, Aricagua, Birongo, Chirimena, Guayabal, Manpote, Tacarigua de Mamporal, Río Chico, Tapipa, Guarena, Guatire, Santa Teresa, Santa Lucía, San Francisco de Yare y Panaquire del estado Miranda haciendo del tambor africano una de las formas musicales y dancísticas con las que más se rinden pleitesía a este santo; También en el estado Aragua en los poblados de Cata, Chuao, Cuyagua, Choroní, San Casimiro y Ocumare de la Costa, se celebra, siendo en este último donde se reciben a todos los San Juan de los pueblos vecinos quienes llegan por caminos y hasta en lanchas el día 23 de junio.
Banderas coloridas, como colorías las fachadas de los hogares, simulan la extensa gama de colores que arropa nuestra tierra venezolana; en las calles el pueblo pasean al santo en hombros luego de sacarlo de la iglesia, hasta llegar a esplendidos altares llenos de variadas flores, la muchedumbre bañadas de la mágica energía se tambalean al ritmo del repique de tambor, donde solo se escucha el grito de; San Juan to` lo tiene, San Juan to` lo da.
Prensa Digital MippCI/Foto y Nota: Héctor Terán
