La Cruz de Mayo, es una manifestación cultural-religiosa tradicional venezolana que data de finales del siglo XIX y es practicada en todo el territorio nacional. Consiste elaborar una cruz de gran tamaño, fabricada principalmente con madera, y adornarla con flores de vistosos colores.
Se cree que la tradición nació en un momento de fuerte sequía, como una plegaria colectiva para implorar a la Divinidad que lloviera y pudiera obtenerse el alimento de la tierra, por iniciativa de un sacerdote español que asoció el 3 de mayo, día del hallazgo de la cruz donde murió Jesucristo por parte de Santa Elena, en el año 324 y celebró el primer velatorio de la cruz como respuesta ante esta situación ambiental.
Posteriormente, evolucionó de una manera fascinante, incorporando elementos de la cultura africana, como los tambores, e indígena, la elaboración de las flores.
La cruz es velada todos los sábados del mes de mayo, en los altares alumbrados con velas preparados para este fin, dispuestos en las casas y comunidades.
En el estado Miranda, la cruz concentra el golpe de tambor más fuerte del país, a pesar de que no se baila, sin embargo, sí se le canta toda la noche.
En el año 2014, es declarada la Cruz de Mayo en su Diversidad, como Patrimonio Cultural de Venezuela.
La Cruz rinde homenaje a la Naturaleza, en el mes que marca el inicio de la temporada de cosechas y de la época de lluvias.
La tradición integra manifestaciones musicales propias de cada región, como galerones, punto y llano, fulías, malagueñas, romances y tonos, interpretados con el cuatro, la mandolina, la guitarra, el tambor cuadrado, las maracas y el acordeón.
En cada región, se reparten bebidas, comidas y dulces típicos, que acompañan las interpretaciones musicales y los rezos.
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