EFEMÉRIDES | 1944: Muere Antoine de Saint-Exupéry

Antoine Jean-Baptiste Marie Roger de Saint-Exupéry, nació en Lyon, el 29 de junio de 1900 y falleció en el Mar Mediterráneo, cerca de la costa de Marsella, el 31 de julio de 1944. Antoine de Saint-Exupéry fue uno de los pioneros de los vuelos postales internacionales, un aviador en los días en que la aviación poseía pocos instrumentos y volar era una tarea extremadamente difícil y peligrosa.

Al estallar la Primera Guerra Mundial Antoine es puesto en una escuela de Suiza, por ser éste un país neutral. Estudió en la Universidad de Friburgo. En 1921 hace su servicio militar en el 2º Regimiento de Aviación de Estrasburgo; pero como queda enrolado en el cuerpo de mecánicos, Antoine se paga sus cursos de vuelo. Ya con su diploma de piloto civil, se las arregla para ser destinado como subteniente al Grupo de Caza del 33º Regimiento de Aviación. En un accidente se fractura el cráneo.

Tras su servicio militar, Antoine no puede enrolarse en el Ejército del Aire; la familia de su novia se opone a ello. Hace entonces una serie de trabajos burocráticos, mientras garrapatea poemas y cuentos. Comenzó trabajando en la sociedad Aéropostale de Pierre-Georges Latécoère, entre Toulouse, Francia, y Dakar, Senegal, mientras escribía su primer libro, L’Aviateur (El aviador). En 1928 publicó Courrier-Sud (Correo del Sur) y voló la ruta que va de Casablanca a Dakar.

En 1931 publicó Vol de Nuit (Vuelo nocturno), que recibió el Prix Femina. Continuó escribiendo y volando (en África y Sudamérica) hasta el comienzo de la guerra. Piloto de Latécoère, «La Línea», como la llamaban comunmente, precursora de Air France, estuvo años bajo las órdenes de Didier Daurat, admirado jefe al cual le dedicó una de sus obras. Tierra de hombres, Piloto de guerra y Ciudadela fueron otras obras famosas suyas, y el hecho de que la última quedara inconclusa, no le resta valor como verdadera obra maestra.

Durante la Segunda Guerra Mundial escapó a la ciudad de Nueva York, pero volvería poco más tarde para volar junto a las fuerzas aliadas en un escuadrón instalado en el área del Mediterráneo. A la edad de 43 años se encontraba dispuesto a abandonar la aviación, pero su aeronave de reconocimiento, un Lockheed Lightning P-38, se estrelló en el Mar Mediterráneo en lo que fue su última misión. En 1998, un brazalete de plata fue encontrado por un pescador al este de la isla de Riou, cerca del lugar de la desaparición en la costa de Marsella e identificado como perteneciente a Saint-Exupéry: estaba grabado con los nombres de su esposa y sus editores, Reynal & Hitchcock, y estaba enganchado a una pieza de tela de su traje de piloto. En abril de 2004 el Departamento de Investigaciones Arqueológicas Submarinas francés confirmó que los restos del avión extraídos en octubre de 2003 de la zona donde se encontró el brazalete pertenecían al avión de Saint Exupéry. A esta conclusión se llegó después de comprobar que el número de matrícula de los restos corresponden con el del escritor según los archivos de la USAF.

Aunque no siempre autobiográfico, el trabajo de Saint-Exupéry fue inspirado en gran medida por su experiencia como piloto en sus vuelos postales. Una excepción es Le Petit Prince (El principito), su libro más famoso, un relato poético ilustrado en el cual relata su infortunio ya que quedo varado en medio del desierto, donde conoce al principito, un niño proveniente de un pequeño asteroide que con el tiempo se vuelven amigos. De muchas formas, El principito hace énfasis en la crítica social y el mundo adulto. A un asteroide (#2578) le fue otorgado el nombre de Saint-Exupéry en 1975 en honor a su reconocimiento mundial. 

Este libro es una metáfora que hay que entender, es más, está lleno de pequeñas metáforas que si no se develan cuesta entender el significado de la obra. De esta forma también podemos encontrar que una misma cosa es interpretada por distintas personas de formas diferentes. Cada opinión es una verdad, desde su punto de vista, no habiendo una única forma de ver e interpretar las «insinuaciones» que hace el autor, ni nadie que puede decir qué es lo correcto o cómo se tiene que interpretar tal o cual cosa.

La historia comienza con una crítica sarcástica a las cosas importantes de la vida y a los adultos, a cómo se condiciona a los niños y se los conduce por el camino «correcto». Una de las frases que ejemplifican esta crítica es: «La geografía, en efecto, me ha servido de mucho; al primer vistazo podía distinguir perfectamente la China de Arizona. Esto es muy útil, sobre todo si se pierde uno durante la noche».

Estas críticas a las cosas «importantes» y al mundo de los adultos van salpicando el libro a lo largo de la narración.

Prensa Digital MippCI/UNIVERSIA

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