Como pez en el agua, así se desenvolvía el líder de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez, en los medios de comunicación, especialmente en el programa dominical Aló Presidente, espacio de encuentro con el pueblo, hecho inédito de interacción que marcó la historia del país para siempre.
De esta manera lo resalta el reconocido periodista venezolano Earle Herrera, al recordar los 15 años del programa que salió al aire por primera vez un domingo 23 de mayo de 1999 a las 9:00 de la mañana por Radio Nacional de Venezuela.
«Empezó como un programa de radio y terminó siendo el programa más visto de la televisión venezolana», expresa Herrera en conversación con la Agencia Venezolana de Noticias, en Caracas, al recordar además que nadie apostaba que un programa dirigido por un Jefe de Estado llegara a tener la repercusión que tuvo.
Sentado en su despacho, el también múltiple ganador del Premio Nacional de Periodismo destaca que esa capacidad del comandante Chávez para desenvolverse en el mundo de la comunicación ha sido reconocida por propios y extraños, así como por enemigos y amigos.
«El presidente Chávez era la persona que podía en uno o dos minutos dar todo un mensaje que impactara a la sociedad, inclusive que tuviera consecuencias históricas como cuando pronunció su célebre ‘Por ahora’ aquel 4 de febrero de 1992», apunta el actual diputado de la Asamblea Nacional por el estado Anzoátegui.
Chávez podía estar seis o siete horas conversando con el pueblo -agrega el comunicador-, al rememorar además que la gente se reunía «para escuchar a un Presidente de la República conversar con su pueblo y ya se hizo un ritual», en el que el Mandatario hablaba de todo y para todos.
«Estamos hablando de un fenómeno comunicacional que todavía falta por estudiarlo, digamos con carácter científico, de lo que eso significó en la historia de Venezuela y en la historia de la comunicación de América Latina», expresa Herrera.
Después de que Chávez comenzara su programa Aló Presidente, añade el periodista, muchos Jefes de Estado empezaron también a tener sus espacios propios de radio o de televisión.
Herrera exalta con admiración que el líder socialista utilizó la radio, la televisión, las redes sociales y la conversación cara a cara, para mantenerse en contacto con el país, creando incluso un vínculo emocional con la población que rompió protocolos e instauró una nueva forma de hacer política.
«Estábamos realmente frente a alguien que en ese medio se movía como pez en el agua», enfatiza el periodista.
Pedagogía popular
Aquel 23 de mayo en su primer Aló, Chávez explicó la razón de ser de este espacio comunicacional: «Es la necesidad imperiosa de que el presidente Venezuela, como uno más de los ciudadanos de Venezuela, esté en contacto con la mayor parte de los venezolanos».
En este sentido, Earle Herrera resalta que más allá de ser un modelo comunicativo ejemplar, las alocuciones del comandante Chávez en su Aló Presidente eran una digna muestra de pedagogía popular que impulsó de manera positiva la educación política del pueblo venezolano.
«No solamente fue un dechado de comunicación sino también de pedagogía popular todos los domingos», expresa al tiempo que señala que precisamente el cultivo de esa conciencia política es la que ahora permite a la población discernir sobre entre aquellos actores que actualmente utilizan la violencia para acceder al poder y la otra parte que apuesta por la paz y construcción de la patria.
«Ese es el pueblo que no pueden conquistar los guarimberos ni una oposición que busca el camino o atajos que hasta ahora no los han conducido a nada», dice el comunicador en referencia a una sociedad que creció junto a un líder que promovía el estudio de las leyes, la lectura diversa, la reivindicación de la cultura nacional, el estudio de la economía, entre otros elementos, en un programa donde el humor y la música siempre estaban presentes.
Herrera reflexiona que el Aló Presidente para los seguidores de Chávez era un espacio de estudio, mientras que para los medios de comunicación masivos era una importante fuente de información, tanto así que cuando no había programa «los medios de la derecha entraban en crisis, no tenían noticias los lunes» y hasta «les daba un síndrome de abstinencia».
