«Chávez y Pompeyo están jugando dominó y beisbol en el cielo»

Hugo Chávez Frías, líder de la Revolución Bolivariana, y Pompeyo Davalillo, destacado beisbolista venezolano, se mantienen más vivos que nunca en la mente del pueblo venezolano.

Este martes durante el inicio de la campaña presidencial de Nicolás Maduro en el estado Barinas, María Gabriela Chávez, hija del presidente Hugo Chávez, acompañó al candidato socialista junto a una multitudinaria concentración que salió a las calles de la región para expresar su apoyo de cara a los comicios del 14 de abril.

En la concentración, María Gabriela Chávez coincidió con Estephania Davalillo, hija del expelotero Pompeyo Davalillo, recién fallecido. En el encuentro ambas jóvenes conversaron sobre los legados dejados por cada uno de sus padres.

Minutos después, a través de la red social Twitter, María Gabriela y Estephania intercambiaron jocosas palabras sobre estos dos «gigantes» de la patria venezolana.

«@Maby80 Qué bellas palabras me dijiste, nuestros grandes amores, padres ejemplares están ya reunidos en el cielo», le respondió en su cuenta Esthefanía Davalillo a María Gabriela Chávez, quien luego replicó el mensaje en su usuario @Maby80.

«Están juntos jugando dominó y béisbol, eres una Gigante como tu papa@Maby80 !VIVA HUGO CHÁVEZ Y POMPEYO DAVALILLO!», tuiteó después Davalillo en su perfil @esthefaniagabi.

Hugo Chávez y Pompeyo Davalillo, que públicamente dejaron ver su amistad, desaparecieron físicamente por diferencia de solo cinco días. Davalillo falleció el 28 de febrero y el comandante Chávez dijo adiós el 5 de marzo. Ambos recibieron grandes homenajes de despedida por parte del pueblo que los admiró.

Tanto era su cercanía, que Chávez en una oportunidad le regaló un reloj que Pompeyo, el cuarto nativo en jugar en la pelota de Grandes Ligas, guardó con mucho cariño.

Además, Chávez exaltó su gran labor en los diamantes de béisbol y en un pasaje del libro Cuentos del Arañero, se añade esta pequeña anécdota:

«Recuerdo a Pompeyo Davalillo, impresionante pelotero. Era el líder ahí en el dogout, sabía cómo motivar a un equipo a dar la batalla, cómo trascender lo individual. Nunca olvido a Pompeyo y sus jugadas, su maestría. Me tocó la maravillosa oportunidad de ser su coach y asistente. Y él me decía: «Chávez, si el juego es a las diez de la mañana, deben tenerme el equipo a las siete en el terreno. Uno se acostumbró siempre a una hora antes, dos horas antes, pero ¡¿tres horas?! Y era para conversar, mirando al adversario. «Mira, aquel que va allá es el center field, tiene buen brazo»; «aquel es el primer bate, batea la recta de afuera».

En el texto de relatos, Chávez recordó un juego final de un campeonato militar donde ambos estuvieron, él como coach y Pompeyo como mánager.

Ese partido quedó empatado, pese a que Pompeyo dirigió con su particular estilo: ordenando jugadas como toques de bola, robo de bases, bateo y corrido y zqueeze play, pero no consiguieron la victoria.

Al final, explica Chávez, Davalillo no quiso ir a la fiesta después del juego de softbol y le dijo: «Mira, Chávez, yo lo que quiero es jugar dominó, chico». ¿Aquí juegan dominó también? Y se fue por allá a jugar dominó y perdió hasta la cartera».

AVN

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