El expresidente de Paraguay, Fernando Lugo, denunció que la masacre de Curuguaty, ocurrida en junio pasado y en la que murieron 17 personas, se dio en el contexto de un «complot jurídico-político” planificado para derrocarlo.
De acuerdo con declaraciones publicadas en el libro Lugo, del escritor Marcos Ibañez, el exmandatario pone en duda la investigación de los fiscales del caso, que fue el motivo para llevar a cabo el juicio político en su contra, que culminó con su destitución de la presidenia.
En las revelaciones que hizo a Ibañez, Lugo señaló que en Paraguay existe una mafia de la tierra. Además, calificó a los fiscales y jueces de “operadores políticos” y “agentes de despojo”.
Indicó que el fiscal del Ministerio Público, Jalil Rachid, es «juez y parte en un crimen donde se castiga a las víctimas y se le brinda protección a los autores morales y materiales, cumpliendo con un libreto político».
Recordó que Rachid es «hijo de terrateniente (el exsenador colorado Bader Rachid) y amigo de la familia Riquelme»; esta última es ocupante de los terrenos todavía en litigio con el Estado en Curuguaty.
El 15 de junio de 2012, al menos 17 personas murieron, seis policías y 11 campesinos, durante un operativo de desalojo de una hacienda ubicada en la ciudad de Curuguaty, en el departamento de Canindeyú.
Una semana después, el Congreso paraguayo usó este caso para someter a juicio político a Lugo, luego que el exmandatario anunciara la creación de una comisión especial para investigar el suceso.
AVN
