2014: año de ¡Acción! para el Cine Venezolano

El Presidente Maduro inauguró el Teatro Bolìvar, antiguo Cine Rialto

 

Este 6 de noviembre el cine venezolano logró la histórica cifra de 4 millones 120 mil espectadores durante el año 2014. Se trata de un hito sin precedentes en la gran pantalla nacional, nunca antes logrado en 117 años de historia, que además ubica a Venezuela como el país latinoamericano que más ve películas locales, con un 16% de cuota de pantalla.

Este dato evidencia el fortalecimiento de una industria que -especialmente- en los últimos 15 años ha visto un crecimiento sostenido, apoyado por acciones y políticas orientadas a hacer más y mejor cine, dando soporte legal e institucional a los realizadores y promoviendo el retrato genuino del país y del pueblo a través de diversas miradas, géneros y estilos cinematográficos.

“Lo que ha ocurrido este año no es sino consecuencia de una siembra, y la recolección de la cosecha de un esfuerzo nacional, de un país muy talentoso, que está en movimiento, que ha recuperado su capacidad para crear, de asombrarse a sí mismo y asumir nuevos desafíos, y de un apoyo incuestionable de Estado y Gobierno, que como nunca antes han colocado al cine en el puesto estelar en el que mereció estar siempre”, destacó Juan Carlos Lossada, Presidente del Centro Nacional Autónomo de Cinematografía (CNAC), en una nota de prensa difundida por esta institución.

Con la cifra histórica de espectadores lograda este mes, el cine nacional superó al año 1986; cuando se registraron 4 millones 119 mil 393 espectadores. El crecimiento en el número de asistentes ha sido sostenido en los últimos años. En 2012, acudieron 1 millón 578 mil 342 personas para ver cine venezolano, cifra que se elevó 35% en 2013, con 2 millones 429 mil 560 espectadores, registro que en 2014 podría situarse en alrededor de 4 millones 500 mil espectadores al finalizar diciembre, de acuerdo a las proyecciones del CNAC.

La película Libertador, de Alberto Arvelo, es la producción más vista de las estrenadas en 2014, al acumular casi 700 mil boletos vendidos en 15 semanas, seguido por Er conde suelto en Hollywood, de Benjamín Rausseo, con 375 mil espectadores, y Pelo malo, de Mariana Rondón, con 242 mil butacas ocupadas.

Considerando que aún quedan unas cuantas semanas para el término del año, las expectativas que este récord se amplíe son muy optimistas. En el ámbito de los documentales acaba de iniciar sus proyecciones la obra Hay alguien allí, dirigida por Eduardo Viloria, y a esta producción se suma el estreno de tres óperas primas: Game Over, de Javier Castro; Espejos, de César Manzano; y Dos de trébol, de Orlando Rosales y Jessica Wenzelman.

Pero los logros del cine venezolano no se suman sólo a partir de los asistentes a las salas. El crecimiento de los géneros abordados por los realizadores -sólo este año se estrenaron filmes de terror, de comedia, dramas urbanos, epopeyas históricas, documentales, entre otros- y la cantidad de óperas primas junto a las obras de cineastas consagrados, retratan la multiplicidad de miradas que se ocupan de retratar a Venezuela en la gran pantalla.

Además, han crecido los eventos relacionados con la actividad cinematográfica, tanto por iniciativa del Poder Popular organizado como por parte del Gobierno Bolivariano, destacándose entre estos últimos el V Festival de Cine Latinoamericano y Caribeño de Margarita, organizado por la Distribuidora Amazonia Films y la I edición del Festival Internacional de Cine de Caracas, a manos de la Alcaldía del municipio Libertador. También deben destacarse los múltiples lauros internacionales que este año han logrado las películas criollas, entre ellos la Concha de Oro en el Festival de San Sebastián (España) para Pelo Malo, el premio Goya a Azul y no tan rosa, de Miguel Ferrari, y el premio como Mejor Película en el Festival de Montreal para La distancia más larga, de la realizadora Claudia Pinto.

Por otro lado, destacan los espacios recuperados para el disfrute de películas, entre ellos los cines del centro de Caracas restaurados y puestos nuevamente en funcionamiento, entre ellos el emblemático Teatro Bolívar.

“Creo que el éxito que estamos teniendo tiene que ver con que nuestro público, nuestro pueblo, se va empezando a ver retratado culturalmente en la variedad de películas, posiciones, opiniones, puntos de vista, estéticas, y de historias que estamos produciendo”, opinó Lossada.

El cine venezolano y Revolución Bolivariana

Los logros que hoy ostenta el cine nacional tienen mucho que ver con una política sostenida de apoyo, promoción y acciones concretas. La Reforma a la Ley de Cinematografía Nacional en el 2005, impulsada por el presidente Hugo Chávez, estableció entre sus apartados el fortalecimiento del CNAC y sus políticas de Fiscalización, creando el Fondo de Promoción y Financiamiento del Cine (Fonprocine), que superó las metas de recaudación de recursos para hacer más películas, apoyar a la base industrial y a la formación de los profesionales del audiovisual tanto en Venezuela como en el extranjero.

La Ley de Cine también logró establecer el marco normativo para proteger y garantizar las condiciones de exhibición de nuestro cine, que siempre estuvo en desventaja frente a la gran industria hollywoodense.

A partir de este mismo impulso se crearon la Villa del Cine, Amazonia Films, y las Redes Comunitarias de la Cinemateca Nacional, para lograr cubrir todas las áreas a través de una sólida plataforma institucional.

Entendiendo también como eje fundamental de esta política integral la capacitación en cine a través de la Escuela promovida desde la Villa del Cine, el Programa Nacional de Formación Cinematográfica de Universidad de las Artes (Unearte), la Empa de Ávila TV, el Laboratorio dle Cine y el Audiovisual del CNAC, así como el programa de formación cinematográfica infantil desarrollado desde la Cinemateca Nacional, como espacios que garantizarán un futuro de más y mejor cine venezolano.

En ese mismo espíritu, más recientemente el presidente Nicolás Maduro ha impulsado el fortalecimiento del séptimo arte, para entenderlo ya no sólo como expresión artística, sino también como acción comunicacional dinámica; en articulación con políticas como el fortalecimiento de la Televisión Digital Abierta y la creación del movimiento de teatro infantil y juvenil César Rengifo, para la formación actoral desde temprana edad.

Opinan los cineastas

Algunos realizadores venezolanos brindaron sus apreciaciones sobre el momento que vive el cine nacional. Para Alberto Arvelo, realizador de películas como Una vida y dos mandados, Cyrano Fernández y Libertador, lo que ha ocurrido ha sido producto de ideas, conceptos y planes “enormemente acertados”.

“La inversión en formación o el apoyo a los nuevos cineastas, por ejemplo, han sido constantes que han regenerado y revitalizado el rostro del cine nacional en todos los niveles, y que han producido ese feliz reencuentro de nuestras películas con el espectador”, destacó Arvelo.

Por su parte, Mariana Rondón, directora de Postales de Leningrado y Pelo Malo, dijo: “Este es uno de los logros más comprometedores que exista porque toca mantenerlo, con la constancia no solo de la producción sino en la calidad de las películas. Si bien es una gran alegría, también es un compromiso muy grande. Hay que tener conciencia de que ese apoyo del público en las salas tiene que asumirse rápidamente como una continuidad de todo el trabajo que se está haciendo y, sobre todo, en la variedad de las producciones”.

Igualmente, Luis Carlos Hueck, director de Papita,maní,tostón; destacó que este logro del cine nacional “significa que tenemos que seguir haciendo para seguir creciendo”. “Este logro significa muchísimo para la industria cinematográfica porque quiere decir que estamos creciendo y que el público venezolano está deseoso de asistir a ver películas hechas en casa. Significa que con ese crecimiento más personas y empresas se van a atrever a invertir en películas venezolanas, en producirlas. Significa que la Ley de cine está funcionando, que se está cumpliendo con el objetivo. Que existe la diversidad. Significa que tenemos que seguir con este impulso y seguir preparándonos. Significa que debemos estudiar lo que está ocurriendo, nuestros logros y nuestros desaciertos”, aseguró Hueck.

Carlos Azpúrua, quien ha realizado películas de ficción como Amaneció de Golpe y Mi vida por Sharon, documentales como Caño Mánamo, y quien además fue legislador e impulsó la reforma de la Ley de Cinematografía Nacional, resaltó: “Creo que es maravilloso que hayamos superado los 4 millones de espectadores. Hemos recuperado nuestro público y de alguna manera u otra, se ha impuesto la racionalidad para entender el sentido del respeto a la diversidad”.

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Prensa MinCI

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