En la comuna Los Vencedores de La Silsa, ubicada en la parroquia Sucre, 16 consejos comunales organizaron la empresa de producción social Antonio José de Sucre, que funciona desde hace ocho meses en los depósitos de la antigua lechería La Silsa y ha producido la totalidad de 8.000 bloques de concreto, de los cuales varios lotes han sido destinados a la construcción de 100 viviendas de la Gran Misión Vivienda Venezuela en la misma localidad.
Felix Bastidas, trabajador de la productora conformada por 12 personas de la comunidad, informó este jueves que el Gobierno del Distrito Capital otorgó un capital semilla de 650 mil bolívares para la compra de las maquinarias, vehículos y materia prima.
«Esta bloquera viene a cumplir una función dentro de la comuna Los Vencedores La Silsa, integrada por 16 consejos comunales, ya que nuestro producto es colocado al servicio de la Gran Misión Vivienda Venezuela y sirven para las 100 viviendas que se están construyendo en ese sector».
Detalló que los bloques, por unidad, son expendidos a monto de 4 bolívares, mientras que en el mercado son vendidos a 9,8 bolívares y los compradores pueden adquirir el servicio de transporte con un 50% de descuento.
«Nosotros vendemos la mercancía con un 50% de descuento por debajo de los precios especulativos del mercado», informó.
Bastidas explicó que en un horario de 8: 00 de la mañana a 4:00 de la tarde, los 12 trabajadores se dividen en secciones, unos se ocupan de la parte administrativa, formación y contraloría social.
«Este es uno de los grandes proyectos socioproductivos que estamos ejecutando en la parroquia Sucre», afirmó Bastidas, quien resaltó los beneficios de trabajar en este espacio,que a su juicio demuestra que quienes laboran en el proyecto son personas comprometidas con el proceso revolucionario que se vive en el país.
«Tenemos que recordar que los grandes empresarios no quieren que estas empresas funcionen porque sienten que le quitamos su mercado», señaló Bastidas.
Trabajo en equipo
Con respecto a la convivencia en ese espacio, comentó que todos los trabajadores saben cuál es la labor que tienen que cumplir sin necesidad de tener un jefe que «nos regañe y nos grite, nosotros vivimos felices, cumplimos con nuestro trabajos y todos cobramos lo mismo porque buscamos la igualdad entre los compañeros», expresó.
Comentó que aunque el espacio les quedó pequeño para la cantidad de bloques que producen, actualmente están buscando adquirir una maquinaria con mayor capacidad.
Por su parte, Samuel Hernández, uno de los trabajadores de esta bloquera, comentó que jamás se imaginó trabajar de nuevo, ya que para él «a los 60 años no le dan trabajo a nadie en una empresa privada, porque te consideran un viejo».
«Duro seis minutos para llegar al trabajo y el trayecto es muy rápido, desde que llego al trabajo vivo feliz», relata Hernández, quien celebra este gesto de inclusión y afirma que esta es su primera experiencia en una bloquera «y siempre daré las gracias por la oportunidad, ya que así me siento activo y contento», resaltó.
AVN
