El vicepresidente de la República Bolivariana de Venezuela, Aristóbulo Istúriz junto al Pueblo conmemoran -desde el Panteón Nacional- los 186 años del paso a la inmortalidad del Padre de la Patria, el Libertador Simón Bolívar.
Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar Palacios Ponte y Blanco, nació en Caracas, Venezuela, el 24 de julio de 1783 y fallece en Santa Marta, Colombia, el 17 de diciembre de 1830. Estuvo al frente del Ejército Libertador y lideró campañas militares que independizaron a Colombia, Panamá, Perú, Bolivia, Ecuador y Venezuela.
Es considerado el Gigante de la Humanidad y su máximo anhelo era la conformación de una gran nación libre de opresiones, tal y como lo proclamó en su juramento en el Monte Sacro, en Roma, Italia, el 15 de agosto de 1805.
«Juro delante de usted, juro por el Dios de mis padres, juro por ellos, juro por mi honor y juro por la Patria, que no daré descanso a mi brazo ni reposo a mi alma, hasta que haya roto las cadenas que nos oprimen por voluntad del poder español».
Más temprano, en este insigne lugar, el ministro del Poder Popular para la Defensa, Vladímir Padrino López, expresó que hoy es un día de reflexión sobre el legado del Libertador Simón Bolívar.
Al respecto, manifestó la necesidad de analizar su última proclama manifestada días antes de su desaparición Física. «(…) Si mi muerte contribuye para que cesen los Partidos y se consolide la Unión, yo bajaré tranquilo al sepulcro».
«La traición lo llevaba a su muerte. Más allá de la agonía de la enfermedad era la agonía de la traición», consideró el titular de la Defensa, Padrino López.
Los venezolanos debemos sentirnos orgullosos porque no cualquier Patria pare un hombre como Bolívar: «Orgullo patrio, orgullo perenne, orgullo nacional», enfatizó el ministro Padrino López.
Por Maryuri Varela
