El reconocimiento que recibirá la República Bolivariana de Venezuela, el próximo lunes 8 de junio, en el contexto del 39° periodo de sesiones de la Conferencia de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), tendrá trascendencia doble, y es que nuestro país logró reducir a la mitad el número absoluto y el porcentaje de personas que padecen hambre, metas estipuladas en la Cumbre Mundial de la Alimentación (CMA) y en los objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM).
En 1996 en la Cumbre Mundial de la Alimentación, 182 países se comprometieron a reducir a la mitad el número de personas con hambre; y en el año 2000, en la Cumbre del Milenio, 189 naciones se comprometieron a reducir a la mitad el porcentaje de personas con hambre, ambas tomando como fecha base 1990 y límite el año 2015.
El resultado de este proceso indica que para finales de este año, fecha en que se cierra este ciclo, 72 países habrán alcanzado la meta de la ODM. Entre las naciones que han logrado tener éxito, 29 han consolidado progresos notables y extraordinarios, grupo en el cual se encuentra Venezuela.
Para el director general de la Oficina de Asuntos Multilaterales y de Integración de la Cancillería venezolana, Rubén Darío Molina, significa una distinción muy merecida, toda vez que Venezuela ha estado a la altura en la implantación de políticas públicas muy bien diseñadas, que le han permitido contar con este reconocimiento.
«En un reconocimiento merecido… Tenemos políticas públicas muy bien diseñadas por el Comandante Eterno Hugo Chávez Frías, y que el presidente Nicolás Maduro ha continuado y profundizado a través de los puntos de distribución de alimentos a nivel nacional», destaca Molina, paseándose por el sin fin de mecanismos impulsados por la Revolución Bolivariana, que ha colocado al país en el lugar en el que está actualmente en esta materia, como lo son la «entrega de tierras a campesinas y campesinos, siendo este un tema muy importante para la erradicación del hambre y la pobreza, así como los créditos y las cadenas de distribución; pero también las cadenas existentes en América Latina y El Caribe, a través de convenios con naciones como la República Islámica de Irán, República Popular China, Bielorrusia y Rusia, para la producción de alimentos».
En 2013 Venezuela es reconocida tras disminuir a más de la mitad índices de desnutrición
En este acto, que se realizará en la ciudad de Roma, Italia, ciudad sede de Naciones Unidas, Venezuela se erigirá como una nación que en un periodo de dos años recibe sendas distinciones, en virtud de que en el año 2013 Venezuela también fue reconocida por haber disminuido a más de la mitad, antes del tiempo establecido, los índices de desnutrición.
Cabe destacar que en el caso de Venezuela no se trata de un reconocimiento nuevo, sino que el país sigue cumpliendo con las metas estipuladas.
De acuerdo con datos estadísticos suministrados por la FAO-Caracas, el Estado de la Inseguridad Alimentaria en el Mundo (SOFI por sus siglas en inglés), Venezuela viene desde el año 2009 cumpliendo con ambas metas, es decir, reducir a la mitad el número absoluto y el porcentaje de personas que padecen hambre.
Los factores acceso y disponibilidad han llevado al país a conseguir logros
De igual forma, según la perspectiva de la FAO, existen varios factores que han llevado al país a conseguir estos logros. Destacan dos ejemplos concretos respecto al acceso y la disponibilidad.
Cuando se habla de acceso significa la capacidad económica de la población para poder comprar los alimentos; y cuando se habla de disponibilidad el tema se orienta a políticas como la Misión Alimentación, que ha estructurado una red pública de abastecimiento de alimentos con miles de puntos a lo largo y ancho del territorio nacional.
Estas acciones han llevado a que Venezuela haya reducido de forma considerable el número y el porcentaje de personas con hambre, lo que a su vez, de acuerdo con datos también de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), también lo ha posicionado como uno de los países menos desiguales de la región.
Por Anais Pérez
