¡Que sigan los años para el Presidente Obrero!

FOTO: Archivo
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Lleno de vida y coraje, para seguir luchando por el desarrollo de la Patria, Nicolás Maduro Moros celebra un año más de vida en medio de las dificultades que le han tocado enfrentar desde que aquel 14 de abril de 2013 la historia decidió que un obrero fuese el presidente del país.

Sus 52 años han sido bien llevados, transitando siempre por el camino más difícil que asumen los revolucionarios: defender y reivindicar al pueblo.

Hoy, fecha en la que se celebra también los 6 años de la décima victoria electoral desde la llegada del Comandante Hugo Chávez, Maduro sigue invitando a la democracia a todo el colectivo, eclipsando con ello las opiniones más radicales de sectores opositores del país.

Un presidente de barrio

Más allá de las cualidades de liderazgo y capacidad para gobernar, que vio el Comandante Chávez en Nicolás, se encuentra un hombre sencillo que desde niño se involucró en las necesidades de las barriadas populares de la ciudad capital.

Este caraqueño de vida y lucha, como el mismo se define, agradece haber nacido en esta ciudad y recalca que este sentimiento de amor por el pueblo lo heredó gracias a la vida política que emprendió su padre, durante los años donde «se disparaba primero y se averiguaba después».Un presidente de barrio

«Muy temprano, a los nueves años, yo recuerdo que tenía opiniones políticas en el colegio, en cuarto grado», manifestando con esto la incipiente inclinación política que empezaba a mostrar a su corta edad.

El haber vivido al sur de la ciudad capital, donde se alza el valle de Caracas, específicamente en la parroquia San Pedro, le dio el conocimiento necesario para convertirse años más tarde en el hombre fuerte de Chávez y fiel representante del proceso revolucionario.

El barrio le permitió delinear su personalidad política, y las calles fueron testigos de cómo el Maduro niño y adolescente crecía amando las causas revolucionarias que buscaban defender los derechos de los más pobres.
El Valle, El 23 de Enero y Antímano, son solo algunos de los lugares donde Nicolás dejó su huella de sencillez y humildad, sitios donde años más tarde retornaría con una particular estrategia de gobierno denominada Gobierno de Calle, para volver a sentir esa cálida sensación caraqueña que solo se encuentra en los barrios y ratificando que es «un servidor público en distintos frentes de batalla», como lo calificó el presidente Hugo Chávez.

Entre la Patria y la Salsa

Su pasión por la música ha sido un secreto a voces. A lo largo de su vida Nicolás Maduro se ha paseado por géneros musicales que lo han llevado desde el canto hasta el baile, como la salsa, género al que incluso le ha prestado su voz.

Sus mejores pasos se los debe a este ritmo, delante del cual no se cohíbe de bailar con Cilia, «su dama combatiente». Y en cada evento que comparte con el soberano, la salsa ameniza el encuentro y lo muestra tal y como es, sin máscaras, elitismo, ni pretensiones. Un Maduro hecho pueblo.

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En su haber está registrada su participación en la agrupación Madera, con la cual pudo recorrer varios barrios populares de la ciudad capital a finales de los 70 y principios de los 80, llevando salsa y guaguancó a niños, jóvenes y abuelos.

Sin embargo, no es el único género que disfruta, el rocanrol también ha estado presente en la vida del mandatario, evidencia de ello es el grupo Enigma, en el cual participó en la década de los 80, donde llegó a tocar la segunda guitarra y cuyo episodio recrea con una profunda nostalgia, trayendo de vuelta al presente aquella época en la cual empezaba a manifestarse el espíritu revolucionario del otrora veinteañero.

Cuando Maduro habla de esto lograr hilvanar, con fluidez y con una memoria fotográfica, cada uno de aquellos momentos de la época dorada del ritmo que invocaba libertad y paz, cualidades que precisamente han estado presente durante estos 19 meses de gobierno, donde Maduro ha impulsado el diálogo entre los distintos sectores del país y le han permitido calificarlo como un «presidente de paz».

Chávez no se equivocó

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En esta frase convergen los mejores amigos de Nicolás, aquellos que ganó mientras ejercía las distintas facetas que disfrutó durante sus años de juventud.

Con su característico buen humor, una sonrisa alegre y contagiosa —que oculta una profunda nobleza y cercanía—, Maduro es recordado en el mundo de la pelota, donde según sus amigos se destacó como un buen pícher, «que llegó a ponchar diez veces seguidas, desde la lomita a 92 y 95 millas por lanzamiento».

De estos encuentros, Henry Contreras, compañero de bateo del Presidente y bautizado «Pastelito» por Nicolás, resalta que el mandatario siempre se mostró como un amigo y un hombre profundamente de izquierda.

Opinión a la que se suma Rafael Escalona, amigo pelotero, quien también afirma que «desde los 18 años ya estaba sumado a la causa revolucionaria».

En su faceta como operador y conductor del Metro de Caracas, se destacó como una gran movilizador de obreros, al punto de convertirse en fundador sindical.

Allí también ganó amigos, los mismos que hace un año, durante su visita al centro de operaciones del Metro de Caracas en Plaza Venezuela, se emocionaron al verlo llegar en un visita sorpresa, que permitió el encuentro con unos de sus jefes, Joel Enrique Moreno, y antiguos compañeros de trabajo.

En esa oportunidad, el Presidente Obrero parecía haber logrado una hazaña: haber prescindido de su grupo de escoltas que lo acompañaban, porque extraña aquella vida libre del típico caraqueño que va en metro y camioneta.BXtqYtOIMAAoCc1

Pese a esto, a sus 52 años, el mundo de la política le sigue pareciendo apasionado, tanto que siempre recalca que su gestión, como presidente de la República, responde a un compromiso que el líder de la Revolución Bolivariana le encargó y la cual él ha sabido responder durante estos casi 2 años de gobierno.

La vida le hubiese permitido tal vez ser uno de los mejores peloteros del país, o quizás el mejor salsero de la década, sin embargo, como al presidente Chávez, lo arropó la política y en ella se quedó, mostrándose presidente igual al pueblo, que lo entiende y trabaja para restaurar la Patria.

Ese mismo pueblo lo sigue apoyando, en los ataques y en las guerras está rodilla en tierra como lo prometió al Comandante, y hoy se une al deseo colectivo de que sigan pasando los años para que el Presidente Obrero viva haciendo revolución.

Por Rosmaira Flores Franco

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