(Prensa Presidencial) Desde el Salón Ayacucho del Palacio de Miraflores, el presidente Hugo Chávez estableció un contacto vía satélite con el ministro de Estado para la Transformación Revolucionaria de la Gran Caracas, Francisco Sesto, para entregar 96 viviendas a familias provenientes de cuatro refugios, en un edificio ubicado en la esquina La Esperanza de la parroquia Altagracia del municipio Libertador.
El ministro Sesto mostró una foto de cómo lucía el espacio donde hoy se encuentra el edificio. Allí funcionaba una chivera y un estacionamiento. Dijo el ministro que en la parroquia Altagracia del municipio Libertador de Caracas hay 5 mil 29 familias registradas que necesitan una vivienda digna, y aseguró que estas personas tendrán su hogar propio sin necesidad de desplazarse fuera de la ciudad.
Los apartamentos que hoy entrega el Gobierno Bolivariano, de 56 metros cuadrados, cuentan con dos habitaciones, baño, cocina, comedor y lavadero. El edificio tiene seis locales socioproductivos.
Devuelto el pase al Salón Ayacucho, el jefe de Estado hizo referencia a los refugiados que se encuentran en los edificios de gobierno, como el Palacio Blanco y Miraflores. Recordó que el Gobierno, además de ofrecerles un lugar para vivir, se preocupa de proporcionarles adiestramiento y capacitación para el trabajo.
El Presidente manifestó que las viviendas que hoy entrega cuentan con un subsidio de 100%. Cuando las familias beneficiadas tengan un salario igual o superior al sueldo mínimo, comenzarán a pagar una pequeña parte, entre diez y quince por ciento del costo de la vivienda, en un plazo de veinte años: «Eso se llama socialismo; más aún: humanismo; más aún, desde mi corazón cristiano: ¡cristianismo!», expresó el Presidente.
A través del Satélite Simón Bolívar fue posible un nuevo contacto con la esquina La Esperanza de la parroquia Altagracia: “«¡Queremos ver por lo menos uno, Farruco, lo más rápido que puedas», pidió el presidente Chávez.
Esyalisa Figueroa, una de las beneficiadas, recibía su casa. Viuda, con un hijo, una hija y tres nietos. Refirió que su casa se cayó por las lluvias de 2011 y envió un mensaje de aliento a las personas que aún permanecen en refugios: «Tengan la esperanza de que van a tener también su casa (…) Yo estuve un año y siete meses refugiada. Presidente, sé que no es fácil, pero aquí estoy dándoles las gracias a usted y a Dios».
Por: María Inés Aular
