Opinión: Por una comunicación que nos abrace

Por: César Perri

La ciencia de la comunicación ha sido objeto de cientos de análisis en los últimos 70 años. Corrientes ideológicas, enfoques, miradas y perspectivas fueron acumulándose y superponiéndose para generar un cúmulo de conocimientos inéditos y valiosos. En este aspecto, La comunicación comunitaria (CC) es una de las vertientes con mayor fortaleza para favorecer el desarrollo de la sociedad.

La CC se relaciona con las prácticas en un territorio determinado: un barrio, una comunidad, un espacio local. Aquí la idea de territorio hace referencia a un espacio físico compartido, con una historia común, y una identidad colectiva. Asimismo, la CC facilita procesos de aprendizaje en las personas, desde donde es posible construir canales de expresión con potencia transformadora.

En este camino se rescata y valora la participación de los sujetos en la discusión de los problemas del barrio, se recupera la palabra de la comunidad a través del intercambio y se recurre a las emociones para fortalecer los procesos de construcción grupal. Esta mirada apunta a concebir políticas sociales que recuperen la historia de la comunidad, su memoria y sus huellas.

La comunicación comunitaria no puede estar conformada únicamente por herramientas o técnicas aisladas. Debe ser parte de una mirada situada, que responda a un diagnóstico político, social, cultural, económico y geográfico.

Uno de los objetivos centrales de la CC es transformar los discursos discriminatorios o excluyentes relacionados con la Educación, la Salud, el Trabajo, la Participación, etc. A la vez, que se promueven nuevas miradas y perspectivas sobre los mismos. En esta línea es fundamental reconocer la tarea de los medios de comunicación local (Diarios, portales de noticias, radios, productoras independientes, revistas culturales, etc.) y estimular la conformación de un espacio de trabajo común que permita encarar proyectos entre estos medios, las organizaciones sociales y el Estado local. En este sentido, es necesario que los gobiernos municipales legislen e implementen políticas públicas que impulsen la creación y sostenimiento de los medios comunitarios.

La Fundación de Organización Comunitaria desarrolló diferentes iniciativas orientadas hacia la CC. La más reconocida fue el proyecto Cronistas Populares en el que se formó a cientos de adolescentes y jóvenes en diferentes disciplinas de la comunicación y se realizaron videos documentales y de ficción, programas de radio y crónicas sobre la realidad de cada barrio.

La CC no puede ser devota de la tragedia porno manchada de sangre que los grandes medios le imponen a la sociedad. En todo caso: Si hay víctimas se acompaña, si hay dolor se protege, si hay silencio se grita.

En definitiva, la comunicación comunitaria debe alentar una pedagogía del abrazo, asegurando las condiciones necesarias, tanto materiales como afectivas, para que las ideas, pensamientos, sensaciones y emociones de cada sujeto tengan un espacio significativo donde ser escuchadas y comunicadas.

Fuente: Diario Conurbano

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