Mediático, carismático, uno de los mejores oradores de Latinoamérica y el mundo, y tal vez el mejor en toda la historia de Venezuela. Nunca faltaron adjetivos para aproximarse a una explicación de la fuerza con la que se proyectó siempre el discurso del comandante Hugo Chávez.
Aquellos adjetivos, nacidos incluso en el seno del oposicionismo, nunca lograron definir fielmente el espíritu que se tejía en la palabra de Chávez y que, aún luego de su partida física, contiene su oratoria plasmada en cualquier forma de preservación documental: textos, videos o audio.
Para los revolucionarios la explicación es más sencilla: Hugo Chávez siempre habló con franqueza, desde la verdad, desde un profundo y absoluto amor por su Patria y por su gente.
Su palabra, con todo ese poder en cuanto a credibilidad, sentimiento y calidez, se presentó -no con menor intensidad- el 8 de diciembre de 2012. Eran las nueve y media de la noche de un día sábado, cuando el líder dirigió a su pueblo –incluyendo a quienes le adversaron- un mensaje que marcaría la historia de Venezuela por años, por décadas, por siempre.
“No es mi estilo una cadena nacional un sábado por la noche, pero -obligado por las circuntancias- me dirijo a ustedes, pueblo venezolano, nación venezolana, amigos y amigas todos, compatriotas todos y más allá a los amigos y amigas de otras latitudes”.
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Lea aquí el texto completo: Mensaje del presidente Chávez el 8 de diciembre de 2012
Así se refería el comandante a esas circunstancias que le llevaron a librar una nueva batalla entre las tantas que, junto al pueblo, había enfrentado y vencido ya en la arena política, económica y social.
Esta vez la batalla era por su salud, lo que a pesar de ser un aspecto más personal, nunca lo hizo sentirse solo. A propósito dijo Chávez: “tengo la dicha de sentirme acompañado, de no ser un solitario”.
Una nueva intervención quirúrgica era imprescindible -explicó entonces el Presidente- para tratar la aparición de nuevas células malignas en su cuerpo y, ante la recomendación médica de proceder de inmediato, tomó la decisión de volver antes a Venezuela para informar él mismo al pueblo.
Unidad, esa debe ser nuestra divisa
Con claridad el líder advirtió sobre los riesgos que implicaría el hecho de que el jefe de Estado tuviera que someterse a una operación que, como todas, tenía sus riesgos. Y es que como él mismo lo expresó: “Los enemigos del país no descansan ni descansarán en la intriga, en tratar de dividir y sobre todo aprovechando circunstancias como esta”.
Ante este escenario el comandante fue enfático al invitar a los revolucionarios a mantener la unidad como única respuesta ante cualquier intento desestabilizador.
“Afortunadamente esta Revolución no depende de un hombre, hemos pasado etapas nosotros y hoy tenemos un liderazgo colectivo que se ha desplegado por todas partes”
“Unidad, unidad y más unidad, esa debe ser nuestra divisa”, dijo Chávez invocando el compromiso del pueblo, de los distintos componentes de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, así como del Partido Socialista Unido de Venezuela, el Gran Polo Patriótico y todas las corrientes populares revolucionarias.
“Si en algo debo insistir en este nuevo escenario, en esta nueva batalla en este nuevo trance diría un llanero, es en fortalecer la unidad nacional. La unidad de todas las fuerzas populares, la unidad de todas las fuerzas revolucionarias, la unidad de toda la Fuerza Armada mis queridos soldados, camaradas, compañeros”.
La Revolución no depende de un hombre
Uno de los mayores logros que el comandante forjó como guía, para el proceso revolucionario, fue la conformación de una conciencia política sólida.
Fue ese otro aspecto resaltado por Chávez en su mensaje del 8 de diciembre de 2012, al destacar la existencia de un nivel de madurez política que abonó el surgimiento de nuevos líderes revolucionarios, no sólo en los círculos de la alta dirigencia gubernamental sino también desde los espacios del poder popular y de las bases.
“Afortunadamente esta Revolución no depende de un hombre. Hemos pasado etapas y hoy tenemos un liderazgo colectivo que se ha desplegado por todas partes”.
Relató Hugo Chávez que durante su convalecencia en La Habana constató el gran fervor con el que los factores revolucionarios condujeron para esa fecha la campaña que se desarrollaba para elegir gobernadores, con miras a un proceso comicial que se realizaría 8 días después de su mensaje.
Palabra y guía
En sus palabras en líder de la Revolución Bolivariana comentó que, durante su edstadía en Cuba, donde se sometería al procedimiento médico, y tal como lo contempla la Constitución Nacional de la República Bolivariana de Venezuela, estaría al frente el Vicepresidente Ejecutivo, Nicolás Maduro, en permanente contacto con el jefe de Estado.
Sin embargo, el comandante Chávez, con su característica visión de estratega, político y ser humano, fue aún más allá, con líneas de acción que orientarían la marcha del proceso revolucionario, en caso de que alguna situación adversa lo inhabilitara.
Tras describir al entonces vicepresidente Maduro como un revolucionario a carta cabal y hombre gran experiencia a pesar de su juventud, con gran capacidad para la conducción de grupo y para manejar las situaciones más difíciles, el líder pronunció estas palabras:
“Quiero decir algo, aunque suene duro, pero yo quiero y debo decirlo. Si como dice la Constitución (…) si se presentara alguna circunstancia sobrevenida que a mí me inhabilite, óigaseme bien, para continuar al frente de la Presidencia de la República Bolivariana de Venezuela, bien sea para terminar, en los pocos días que quedan y sobre todo para asumir el nuevo período para el cual fui electo por ustedes, por la gran mayoría de ustedes, si algo ocurriera, repito, que me inhabilitara de alguna manera, Nicolás Maduro no sólo en esa situación debe concluir, como manda la Constitución, el período; sino que mi opinión firme, plena como la luna llena, irrevocable, absoluta, total, es que —en ese escenario que obligaría a convocar como manda la Constitución de nuevo a elecciones presidenciales— ustedes elijan a Nicolás Maduro como presidente de la República Bolivariana de Venezuela. Yo se los pido desde mi corazón. Es uno de los líderes jóvenes de mayor capacidad para continuar, si es que yo no pudiera —Dios sabe lo que hace—, si es que yo no pudiera, continuar con su mano firme, con su mirada, con su corazón de hombre del pueblo, con su don de gente, con su inteligencia, con el reconocimiento internacional que se ha ganado, con su liderazgo, al frente de la Presidencia de la República, dirigiendo, junto al pueblo siempre y subordinado a los intereses del pueblo, los destino de esta Patria”.
Chávez no se equivocó
Con sus orientaciones el comandante Chávez plasmó el mapa para garantizar la marcha victoriosa y democrática de la Revolución Bolivariana, a pesar de cualquier circunstancia, “construyendo la vía venezolana al socialismo, con amplia participación, en amplias libertades”.
Aquel mensaje, el mensaje que Hugo Chávez nunca hubiese querido transmitir al pueblo –como él mismo lo dijo en esa ocasión-, su última alocución, su última proclama, es considerada otra magistral demostración de las cualidades políticas y del liderazgo estratégico del comandante.
El 14 abril de 2013 Nicolás Maduro se convierte en presidente Constitucional de la República Bolivariana de Venezuela, tras participar en una campaña electoral marcada por el profundo dolor que dejó la partida física del comandante un mes antes, el 5 de marzo.
Hoy, con tan sólo 20 meses al frente del Gobierno Bolivariano, el presidente Nicolás Maduro ha cumplido de manera fiel con el mandato que el pueblo venezolano le dio al elegirlo, según la línea que dejó el líder supremo de la Revolución: Hugo Chávez.
En este periodo muchos retos ha tenido que afrontar y superar el presidente Maduro porque, como lo vaticinó el comandante, no han faltado quienes tratan de aprovechar la difícil coyuntura que ha representado la pérdida del líder.
Dijo Chávez: “No podrán, ante esta circunstancia de nuevas dificultades -del tamaño que fueren- la respuesta de todas y de todos los patriotas, los revolucionarios, los que sentimos a la Patria hasta en las vísceras como diría Augusto Mijares, es unidad, lucha, batalla y victoria”.
La palabras del comandante siguen vigentes y el avance victorioso de la Revolución Bolivariana, ahora de la mano del presidente obrero, Nicolás Maduro, demuestra que en efecto “hoy tenemos Patria, que nadie se equivoque. Hoy tenemos Pueblo, que nadie se equivoque. Hoy tenemos la Patria más viva que nunca, ardiendo en llama sagrada, en fuego sagrado. ¡Hasta la victoria siempre!”.
Aquel 8 de diciembre es recordado por el pueblo revolucionario como una fecha especial, por lo que fue declarado el Día del Amor y la Lealtad a Hugo Chávez, mediante decreto presidencial número 541 en la Gaceta Oficial 40 mil 286.
Hace un año, al cumplirse el primer aniversario de la última proclama de Hugo Chávez, el presidente Nicolás Maduro expresó que el comandante estará siempre en nuestro corazón como una flor tricolor, “con la máxima expresión del amor y la lealtad de siempre: Amor con amor se paga, lealtad con lealtad se paga. Estará en nuestro corazón la flor que va retoñando del amor para lo que resta de este siglo y mucho más”.
Por José Manuel Blanco Díaz
