Quito, Ecuador.- Hace casi diez años, en Mar de Plata, Argentina, en América del Sur se dejó claro que los ordenamientos políticos, económicos y sociales en América del Sur los deciden los gobernantes democráticamente electos por los pueblos.
Con esta reflexión, la presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner expuso que los cimientos más fuertes sobre los que se levanta el edificio sede de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) es la historia de esta Patria Grande, la historia sufriente.
Su reflexión evoca aquella cumbre en Mar de Plata, en 2005, cuando con firmeza el ex presidente Néstor Kirchner junto a los mandatarios Luiz Inácio «Lula» Da Silva (Brasil) y Hugo Chávez (Venezuela) rechazaron enérgicamente el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA).
La jefa de Estado de la Argentina aseguró que «quizás eso no nos perdonan» desde los centros de poder internacionales, pero enfatizó: «preferimos que nos recuerden nuestros pueblos y no que nos perdonen la vida desde otras latitudes».
Para Fernández de Kirchner «esta construcción es la de hombres y mujeres elegidos democráticamente por sus pueblos».
Agradeció profundamente que se le rinda tributo a Néstor Kirchner al colocarles su nombre al edificio grande de América del Sur, y colocar su estatua en el centro del mundo a un hombre a quien nunca le gustó estar en el medio, por considerar que era la posición de temerosos.
Para la jefa de gobierno de Argentina, que la sede de Unasur es una “construcción del día a día, año a año y golpe a golpe históricos” y agradeció a los jóvenes que vinieron desde las distintas partes de la Unasur”, quienes son los verdaderos dueños de la sede donde se forjará con paciencia la integración.
Por: Marynés Ladera
