Palo Negro, estado Aragua El presidente Nicolás Maduro sostuvo este jueves que el conocimiento científico-tecnológico aplicado en la industria militar garantiza la paz.
El mandatario entregó aviones militares Y-8 en la base aérea Libertador, ubicada en Palo Negro, estado Aragua; provenientes de la hermana República Popular China.
“Queremos el conocimiento científico-tecnológico aplicado en la industria militar para garantizar la paz en el país, su soberanía y la estabilidad de la Patria”, indicó.
Ratificó que quien vulnere “nuestros espacios y la Constitución, se conseguirá con la capacidad de una Fuerza Armada bien cohesionada para actuar con contundencia y claridad”.
A los integrantes de la Aviación Militar Bolivariana dijo que son la generación joven y los dueños del futuro de la Patria: “A ustedes les corresponde asumir una orden que le he dado hoy al Alto Mando de la Fuerza Armada”.
Maduro consideró que en el marco del Plan de la Patria hay que llevar al más alto nivel el desarrollo científico y tecnológico de la industria militar venezolana.
“Tenemos que pasar de la fase de consumidores de tecnología y equipos a creadores, mediante el conocimiento científico (…). Les digo a ustedes los jóvenes: sí se puede. Tenemos que cultivarnos, formarnos en el conocimiento, el estudio”, les invitó.
En ese sentido, pidió enviar a los jóvenes oficiales a formarse en las mejores universidades del mundo, “con la mayor disciplina, entrega y amor por la Patria. Ustedes verán el milagro que se va a obrar en nuestra Patria en lo que resta de la segunda década del siglo XXI”.
“Tenemos que constituir un poderoso centro de investigaciones y tecnología aplicada a todo lo relacionado con el conocimiento en el área aeronáutica y aeroespacial. Hemos dado los primeros pasos junto a China para la instalación de satélites y algunos equipos de aviones no tripulados. Son los primeros pasos de un conjunto de eventos que hay que planificar para el fortalecimiento científico, tecnológico, con vista a una industria militar”, ejemplificó el Presidente.
Por: Anaís Pérez
