Con honores se realizó ceremonia de Estado para el comandante Chávez

Pasadas las 9:00 de la mañana de este viernes comenzaban a llegar los Presidentes y delegaciones internacionales a la Capilla Ardiente en honor al presidente de la República Bolivariana de Venezuela y líder de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez, en el salón de honor El Libertador General en Jefe Simón Bolívar, de la Academia Militar de Venezuela, en Caracas.

Mientras continuamente ingresaban amigos del mundo de 54 delegaciones internacionales, 33 de ellas encabezadas por Jefes de Estado y de Gobierno, el pueblo se mantenía a las afueras del lugar para ondear sus banderas y con los ojos enjugados en lágrimas expresar sentimientos de amor a Chávez. Así le daban la bienvenida a quienes hicieron un alto en su agenda para asistir a la ceremonia oficial en memoria al gran impulsor de la integración latinoamericana y caribeña.

Tras la bienvenida a los invitados internacionales, la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar, dirigida por el maestro Gustavo Dudamel, interpretó las notas del Himno Nacional para dar comienzo a la ceremonia.

Cuando los asistentes de pie escucharon el «Gloria al Bravo Pueblo», fue inevitable la emoción. Entre manifestaciones de notables se apreciaron a mandatarios como Alexander Lukashenko, de Bielorrusia, que sacaba de su bolsillo un pañuelo para secar sus lágrimas.

Unidad, unidad, unidad

Seguidamente, el vicepresidente de la República, Nicolás Maduro, hizo entrega de la réplica de la espada del Libertador Simón Bolívar al comandante en Jefe de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), Hugo Chávez Frías.

La ofrenda fue colocada sobre el féretro del líder de la Revolución Bolivariana. A Maduro lo acompañaron miembros del gabinete ejecutivo y otras autoridades de Estado y cada uno de ellos colocó una mano sobre el acero libertario, una encima de la otra para formar un puño de fuerza colectivo, de compromiso por la continuación de la letra revolucionaria, bolivariana y socialista.

A coros, con potentes aplausos, se escuchó: «¡Alerta, alerta, alerta que camina, la espada de Bolívar por América Latina».

Guardia de honor

A ambos lados del sarcófago hicieron la Guardia de Honor los jefes de Estado de la Comunidad de América Latina y del Caribe (Celac) y los de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba).

Entre otros, también hicieron lo propio el presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko; y de Irán, Mahmud Ahmadineyad, éste último llamó la atención con su gesto personal a su amigo Hugo: hizo una venia, recostó su cabeza sobre el féretro y lo besó.

La juventud de oro y niños de la Revolución Bolivariana también fueron guardias firmes al comandante, entre ellos: el maestro Gustavo Dudamel; la atleta olímpica y diputada a la Asamblea Naciona, Alejandra Benítez; la gloria deportiva del esgrima y medallista de oro olímpico, Rubén Limardo; los peloteros Maglio Ordoñez y Carlos Guillén, así como pastor Maldonado, piloto de la Fórmula 1.

Ofrenda musical

La emblemática pieza criolla Linda Barinas, del maestro Eladio Tarife, fue interpretada por el cantautor Cristóbal Jiménez, quien regaló con su voz llanera esta ofrenda musical en recuerdo a esa tierra que parió a Hugo Chávez Frías.

Otra pieza fue el Corrido de Maisanta, el último hombre a caballo, una de los sones predilectos del Jefe de Estado que en vida interpretó repetidas veces junto a Jiménez.

A esta ofrenda musical le siguió la versión sinfónica de Vestida de Garza Blanca, Linda Barinas, Alma Llanera y Venezuela, bajo la batuta de Dudamel.

«Hasta luego» en oración

Monseñor Mario Moronta, arzobispo de San Cristóbal, estado Táchira; el pastor evangélico de la Guardia de Honor Presidencial, Alexis Romero Valera, y el reverendo norteamericano Jesse Jackson encabezaron el momento ecuménico

Moronta resaltó la fe que en vida terrenal aferraba el comandante a Cristo, «al que hoy le pedimos que le abra las puertas definitivas a la vida».

El pastor Romero extendió condolencias a la familia Chávez Frías y a quienes seguirán amando al comandante, «quien ahora mismo está en las manos del Señor».

El reverendo Jackson invitó a los presentes a unir sus manos en oración por el descanso en paz del Presidente y porque Dios lo reciba en su seno. «No nos reunimos aquí porque Hugo Chávez ha muerto, sino porque sigue vivo».

«Aquí estamos, comandante»

El vicepresidente Maduro destacó el amor a Cristo que siempre acompañó al comandante Chávez y con lágrimas agradeció la palabra de aliento de líderes mundiales, de miembros de movimientos sociales, de dirigentes políticos y sociales del planeta de todas las religiones.

«Con el dolor más inmenso, aquí estamos al frente de él, como nunca hubiésemos querido estar. ¡Aquí estamos, comandante!¡Aquí están sus hijos, comandante! Hombres y mujeres leales, de pie. Aquí está su Fuerza Armada Nacional Bolivariana, un ejército de paz de libertadores y libertadoras», dijo Maduro mientras las lágrimas se le agolpaban en los ojos y le quebraban el verbo.

Recalcó que el testamento del comandante es su palabra, su acción, su obra y su pueblo, «y la Constitución es la palabra suprema de la Patria y la carta de todos y todas; es nuestra guía de unión, de paz y convivencia, una carta para hacer revolución democrática. La batalla continua. ¡Hasta la victoria siempre, comandante!».

Madre, hijos y hermanos del comandante recibieron de manos de Maduro y tren ejecutivo una réplica de la espada del Libertador. La sinfónica cerró con las notas del Alma Llanera.

AVN

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