4 de febrero de 1992: Abajo cadenas…!! Muera la opresión !!

***La historia libertaria de Venezuela, tiene grandes episodios en este mes de Febrero; impulsos, luchas y victorias. Cada 4-F nos reencontramos los revolucionarios; los auténticos y los que hemos aprehendido en nuestras conciencias, corazón y venas los ideales de Bolívar, que siguieron Zamora, Fabricio Ojeda y otros tantos y cuyo velo rasgó Hugo Chávez para regar con ellos la Patria y así enmarcar nuestras luchas y batallas en un solo principio y fin: La Libertad.

Elizabeth Matherano

Febrero ha sido glorioso desde nuestras primeras gestas independentistas y nuestras posteriores luchas refundistas. Gloria al gran Ezequiel Zamora, primer caudillo social y revolucionario del siglo XIX, heredero del ideario bolivariano. Sus consignas: “tierra de hombres libres”; “respeto al campesino”. Cuando Zamora proclamó La Federación el 20-F de 1859, renació el esperanza de democracia e igualdad que el pueblo venezolano había mostrado en gestas heroicas como la lucha de Los Comuneros de los Andes en 1781; la de Leonardo Chirinos (1795); la insurrección de esclavos en 1812-1814, perdido en el proceso de descomposición de la sociedad colonial.

El Comandante Hugo Chávez lo consideraba uno de los pensadores y actores socialistas de mayor raigambre en el pueblo y que hoy nutre el proyecto socialista bolivariano. Sobre él expresó: “Zamora vive y tiene mucho por hacer en esta hora de la historia. Su causa la encarna hoy la Venezuela campesina, la Venezuela rural, la Venezuela pueblo, la Venezuela soldado, heredera de los vencedores y las vencedoras de Santa Inés”.

La gloria de Febrero sigue con Fabricio Ojeda, parido un 6-F, héroe de la lucha contra la dictadura de Marcos Pérez Jiménez; Presidente de la Junta Patriótica que le derrocó y militante comprometido que no dudó en asumir la lucha armada al desenmascarar el engaño que se urdía al pueblo venezolano a la caída del dictador, cuando los principales partidos políticos firmaron el Pacto de Punto Fijo para turnarse en el ejercicio de gobierno y no rendir cuentas jamás a la ciudadanía. Su pensamiento nos ha dejado orientaciones como la necesidad permanente de profundas batallas ideológicas que permitan ganar gradualmente las masas para la lucha, ahondar la conciencia revolucionaria del pueblo y una afirmación de indudable vigencia la encontramos en las inmaculadas líneas de su Carta de renuncia al Congreso donde expresó: “…más temprano que tarde civiles y militares nos encontraremos juntos en un mismo propósito fraternal y patriótico”.

Esta visión la compartía Hugo Chávez y aseguraba que todos los sectores civiles y militares tienen vocación para la conformación de una verdadera alianza nacional revolucionaria, como la que hoy hemos consolidado.

Terminó su carta Fabricio Ojeda así: “…yo he salido a cumplir el juramento que hice ante ustedes de defender la Constitución y las leyes del país. Si muero no importa, otros vendrán detrás que recogerán nuestro fusil y nuestra bandera para continuar con dignidad lo que es ideal y saber de nuestro pueblo”.

Y así ha sido; unos mueren y muchos recogen el fusil y la lucha sigue. El Comandante Chávez, entonces Tnte. Cnel., recogió fusiles, idearios, principios y valores y lideró, la madrugada del día 4 de febrero el rescate de la dignidad del país, activando la “Operación Ezequiel Zamora” que forzó la muerte del ya agónico Pacto de Punto Fijo, agonía que había comenzado en 1989, tras la explosión social, ahogada el 27-F por Carlos Andrés Pérez con balas y muerte, suceso que recorrió el mundo como “El Caracazo”, día en que el pueblo demostró que sigue siendo el Bravo Pueblo de Bolívar que merece una Patria libre y soberana. Entonces dirigió unos 2.300 efectivos militares, con emblemática banda tricolor en sus brazos, movilizados para derrocar al Presidente Carlos Andrés Pérez a su regreso del foro económico de Davos, donde había invitado a los participantes a invertir en “su” país. Un episodio en la historia que señala el punto más crítico de las luchas sociales y políticas acontecidas entre 1989-1992 en Venezuela.

Con el 4-F de 1992, germina con sólida raíz la revolución bolivariana, cuya semilla había sido sembrada por el Líder de la Rebelión y Líder del Proceso Bolivariano, Hugo Chávez, en el alma y venas de muchos militares patriotas.
El G/J Henry Rangel Silva, hoy Gobernador Bolivariano del Estado Trujillo, ha rememorado en innumerables oportunidades aquellas horas de angustia pero también de esperanza y ha dicho: “… el 4-F fue un día muy difícil para todos nosotros, para esa juventud militar al mando de este hombre-militar en quien creíamos enormemente por sus condiciones morales, por su capacidad, su carisma, y su liderazgo…nos fuimos tras él porque vivíamos en un país muy difícil, las condiciones de Venezuela eran terribles, tan terribles que hicieron que un grupo de oficiales de la Fuerza Armada, (cuando en el aquel entonces la Fuerza Armada era formada por la derecha), que normalmente se rigen por la obediencia, decidieran salir porque el país no aguantaba esa situación. Eso hay que recalcarlo siempre que vayamos a hablar del 4 de Febrero, recalcar las condiciones del país y que no fue un día fácil”. Refiere condiciones puntuales: “Había muchas necesidades, el pueblo pasaba hambre, nuestros niños estaban desnutridos, pero sobre todo, reinaba la exclusión, la corrupción y el sectarismo”.

Claros estaban los actores principales de la Rebelión que era el camino; que frente a la crisis política, económica y moral que vivía el país, la respuesta de la Fuerza Armada, abrazando el pensamiento de Fabricio Ojeda, era necesaria y no había espacio para más mora. Había llegado la Hora.

Para Francisco Arias Cárdenas, hoy también Gobernador Bolivariano, el 4 de febrero “rompió la columna vertebral de la dominación oligarca. Agotado el acuerdo social, la fe perdida en las instituciones y líderes políticos, lo que le quedaba al gobierno la Fuerza Armada y la probaron con toda la fuerza el 27 y 28 de febrero del año 89, pero esa acción denigrante, antipatriótica, solo sirvió para que el pueblo entendiera y comprendiera, y para que el ejército y el pueblo se sincronizaran y salieran a decir no más…”

Sabemos que el fin inmediato de la Rebelión no fue posible pero fue la sentencia definitivamente firme de muerte al modelo político impuesto por el neo-liberalismo. Aquel día Hugo Chávez asume su responsabilidad y ante las cámaras de televisión se dirige a los venezolanos y pronuncia: «Compañeros: lamentablemente, por ahora los objetivos que nos planteamos no fueron logrados (Â…) vendrán nuevas situaciones».

Palabras de aliento y esperanza. Un mensaje de trascendentales consecuencias políticas, que hoy sigue impulsando los cambios que nos llevan a la consolidación de este nuevo modelo político–económico que nos garantizará independencia económica, libertad plena, igualdad, paz mundial y la supervivencia en el planeta: El Socialismo.
A 23 años de la Rebelión Cívico-Militar Chávez vive y la lucha sigue.

Diosdado Cabello, actor también principal de esta histórica acción, hoy más que nunca mantiene vivo el impulso de la Rebelión, y ha expresado que era tal la situación que incluso se fraguaba en ese entonces un golpe. “El golpe venía –declaró-, inclusive desde la derecha; nosotros lo que hicimos fue evitar algo peor. Nos llamaban los suicidas de febrero”. Su compromiso con el Líder de la Revolución Bolivariana y Chavista y con el pueblo heredero de su legado, se muestra en estas líneas: “Él que quiera traicionar a Chávez que se aparte porque le vamos a pasar por encima… el que quiera traicionar su legado se encontrará con un pueblo unido defendiéndolo. No permitiremos que eso ocurra jamás porque por él estamos aquí, y nuestros hijos y nietos pueden soñar con la Patria y sienten que forman parte de un país libre”.

La historia libertaria de Venezuela, tiene grandes episodios en este mes de Febrero, impulsos, luchas y victorias. Cada 4-F nos reencontramos los revolucionarios; los auténticos y los que hemos aprehendido en nuestras conciencias, corazón y venas los ideales de Bolívar, que siguieron Zamora, Fabricio Ojeda y otros tantos y cuyo velo rasgó Hugo Chávez para regar con ellos la Patria y así enmarcar nuestras luchas y batallas en un solo principio y fin: La Libertad. Hoy los militantes de la Revolución Bolivariana y Chavista rememoramos esta historia, para ratificar el compromiso con la Patria y con Hugo Chávez y su legado, que es el patrimonio del pueblo venezolano y faro en la niebla a los países del mundo.

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