ESPECIAL | Pandemia de COVID-19 empeora situación en mala gestión de desechos plásticos

Foto: National Geographic

Palacio de Miraflores, Caracas.- Sin duda alguna, las medidas de aislamiento a escala mundial,  la suspensión de la actividad industrial y la reducción de desplazamientos, han devuelto a las principales ciudades del mundo sus cielos azules y reducido los niveles de contaminación.

Sin embargo, el Coronavirus (COVID-19) además de ser una amenaza para la salud pública se está convirtiendo en un riesgo real para el medioambiente si no se actúa a tiempo y con responsabilidad.

Esta enfermedad ha obligado a instancias internacionales y gobiernos del mundo a modificar sus prioridades, dejando en segundo plano el trabajo por la reducción del uso del plástico en todo el mundo, asumiendo así el gran reto de combatir esta pandemia.

En la actualidad, las mascarillas, guantes, geles y toallas desinfectantes son provisiones que no pueden faltar en la cartera o morral de las personas, para usarlas inmediatamente salen de sus hogares y así evitar el contagio con el virus.

Estos materiales, todos desechables, se han transformado en esenciales para la humanidad, no obstante, son muy peligrosos si no se procede con responsabilidad a la hora de desecharlos.

Foto: Telesur

Es así como lo que hoy protege a todos los seres humanos contra la pandemia de COVID-19 está al mismo tiempo contaminando los océanos y poniendo en peligro la vida silvestre, sumada la mala gestión en el uso del plástico.

La situación se hace más desafiante cuando los números que maneja el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) se traducen en que cada año se producen 300 millones de toneladas de plástico, de las cuales se estima que ocho millones desembocan directamente en los mares y océanos.

A partir del surgimiento del nuevo virus, el consumo de plásticos sigue aumentando considerablemente y ello poniendo en alerta a todo el planeta; la contaminación por plástico es ahora mismo uno de los principales problemas ambientales en el mundo, de acuerdo con el último informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) publicada en 2019.

¿Qué advierten los estudios científicos?

Foto: Caracol

La Investigadora Científica del Departamento de Química Ambiental del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA – CSIC), ubicado en Barcelona, España, Ethel Eljarrat, refiere que aparte de las mascarillas, guantes y material desinfectantes, usadas cotidianamente por las personas, están los denominados equipos de protección individual (EPI), es decir, las batas impermeables, lentes, vísceras y pantallas protectoras faciales que se usan en los hospitales.

El uso del material plástico – señala Eljarrat – no se reduce a los EPI, incluye piezas para equipos médicos como respiradores y ventiladores, jeringas de policarbonato, tubos médicos de PVC y bolsas de sangre. Y es a causa de la pandemia que la generación de residuos hospitalarios ha aumentado de manera exponencial.

Estadísticas sobre residuos plásticos

Las estadísticas hablan de que los residuos generados en los hospitales asturianos se han multiplicado por cuatro, estimándose en unas 185 toneladas durante el mes de abril del año en curso.

A estos residuos hospitalarios se suman los generados en las residencias de adultos mayores. Por ejemplo, en Valencia capital se han recogido 134 toneladas de residuos procedentes de 20 residencias en menos de un mes.

La situación se agrava cuando al material plástico utilizado en los centros sanitarios se le añade el plástico del ámbito doméstico. Hoy, miles de millones de personas están utilizando mascarillas de plástico, que además son de un solo uso.

Solo en Italia, por ejemplo, en su momento pico y más peligroso frente al nuevo virus, se llegaron a usar 90 millones de mascarillas al mes.

Foto: Oceans Asia

Ya para el mes de mayo de 2020 se empezaban a ver mascarillas flotando en las playas del Archipielago de Soko, situado en Hong Kong y Lantau, como un indicativo de mala gestión de este residuo, refiere la investigación realizada por Ethel Eljarrat.

La pandemia de COVID-19 también ha incrementado el consumo de otros plásticos desechables como botellas de agua y recipientes para enviar comida a domicilio o embalajes del comercio por internet.

Eljarrat enfatiza acerca de la importancia de asumir con consciencia lo que está sucediendo, porque de no tomarse las acciones inmediatas acerca de la gestión en el uso del plástico, “se seguirá empeorando el problema ambiental a raíz de la  inundación de plásticos de mares y océanos”.

“De no tomarse medidas, existe un elevado riesgo de deterioro de los ecosistemas marinos y, por consiguiente, de la biodiversidad marina”, expresa.

El impacto físico de las basuras plásticas en la fauna es evidente. Es frecuente encontrar animales, como las tortugas, que han quedado enganchados con redes o cuerdas, quedando estrangulados en sus extremidades y sufriendo falta de riego sanguíneo.

Además, muchas especies marinas han incorporado plásticos en su organismo, incluyendo cetáceos, aves, tortugas, peces y plancton. Muchos mueren por la ingestión de plástico que les ha bloqueado el sistema digestivo.

Foto: Econoticias

Se calcula que más del 6 por ciento de todas las especies de aves marinas tienen rastros de plásticos en sus intestinos y se han encontrado plásticos en los estómagos de casi 700 especies de vertebrados animales.

Frente a la oleada de desechos plásticos, activistas ambientales se han hecho sentir y temen que el impacto que ha tenido el que todo ese material termine en los océanos, signifique solo la punta de un iceberg, y que la pandemia genere una serie de desafíos serios a los esfuerzos para reducir la contaminación por plástico.

La preocupación más profunda es que el COVID-19 revertirá el impulso de una batalla global de años para reducir el uso de plástico de un solo uso.

“Entiendo que las personas tienen miedo porque no saben qué está pasando con este virus, pero es un gran revés para la protección del medio ambiente”, refiere el activista ambiental, Gary Stokes, quien por ciento encontró, en una playa en las islas deshabitadas de Soko, en medio de botellas de agua desechadas y bolsas de compras, decenas de mascarillas desechables.

Este año 2020, muchas naciones habían prometido reducir el uso del plástico, sin embargo, la pandemia ha obligado a algunos a desplazar esta tarea y  priorizar en la lucha contra el virus.

Consumo de plástico en los países

En Tailandia, que había prohibido las bolsas de plástico desechables en las principales tiendas en enero y planeaba recortar los desechos de plástico en 2020, ahora espera ver que aumente hasta en un 30 %.

Infografía: Iberdrola

La capital de esa nación, Bangkok, sólo consumió 62 % más de plástico en abril que 12 meses antes, la mayor parte contaminó los envases de alimentos que no se reciclan fácilmente, según el Instituto de Medio Ambiente de Tailandia.

Investigadores en Bangladesh estimaron que el país produjo casi 16.000 toneladas de desechos plásticos peligrosos durante el primer mes de su aislamiento por el coronavirus.

Según un sondeo, durante un cierre de ocho semanas que se relajó el 1 de junio, los 5.7 millones de residentes de Singapur generaron 1.470 toneladas adicionales de desechos plásticos sólo en empaques para llevar y entrega de alimentos.

Entre tanto, el Banco Asiático de Desarrollo proyecta que Manila genera diariamente 309 toneladas adicionales de desechos médicos, incluidos batas de plástico desechables, mascarillas y guantes quirúrgicos, pero advierte que “pocas ciudades tienen la capacidad de lidiar” con el exceso, poniéndose en evidencia la deficiente gestión que existe en cuanto a las grandes cantidades de desechos plásticos que han surgido a partir de la lucha contra el COVID-19.

Prensa Presidencial / Anaís Pérez 

 

Send this to a friend