Luis Alberto Lamata: “Con Carabobo, caminos de libertad queremos ganarnos el corazón y el cerebro de los venezolanos”

Luis Alberto Lamata Betencourt, realizador, productor y guionista audiovisual venezolano, está al frente de la miniserie histórica “Carabobo, caminos de libertad”, uno de los principales proyectos del Festival Cultural Carabobo 200 que lleva adelante el Gobierno Revolucionario para conmemorar los 200 años de la Batalla de Carabobo, fue el invitado del ministro del Poder Popular para la Cultura, Ernesto Villegas, este domingo en su programa “Aquí con Ernesto”.

De origen canario, sus abuelos paternos huyeron del régimen franquista, y con una juventud ligada al partido Movimiento al Socialismo (MAS) y a la Juventud del Partido Comunista, Lamata -aunque confiesa que ha cambiado como todo el mundo- quiere pensar que sus valores comunistas siguen estando en sus producciones. “Quiero creer que esos valores están en mis películas, que mi manera de ver al mundo sigue siendo la de alguien que aspira a una justicia social y a una democracia profunda y verdadera. No lo sé, todos cambiamos con el tiempo, eso es necesario e inevitable, pero el corazón de esos valores comunistas siempre me ha acompañado”.

En este momento Lamata está conectado en cuerpo y alma con esta producción en la que liga sus dos amores profesionales: el cine y la historia.

Es egresado de la Escuela de Historia de la Universidad Central de Venezuela (UCV), pero por gusto personal y ascendencia familiar, pues su padre también fue un importante productor audiovisual en el país, se dedicó a producir y dirigir telenovelas y miniseries, en Venezuela y otros países. Pero en su filmografía ha realizado obras históricas como Jericó (1991), su ópera prima, que narra la historia de un monje franciscano en la época pre independentista y fue nominada al premio Goya a la mejor película hispanoamericana, así como Taita Boves (2010) y Bolívar, el hombre de las dificultades (2013).

También ha incursionado en el documental, hizo uno sobre Andrés Galarraga, pero le gusta mucho la ficción pues disfruta mucho del trabajo con los actores, con quienes siempre ha estado muy relacionado desde la infancia.

Realidad y ficción en la historia                                  

Como cineasta e historiador, Lamata muchas veces se ha encontrado en el conflicto de si contar la historia desde un punto de vista estrictamente apegado a cómo ocurrieron los hechos históricos o si decidirse un poco por la leyenda. Describe, por ejemplo, que en el caso del encuentro entre Simón Bolívar y Pablo Morillo, en 1820, cuando iban a suscribir los Tratados de Regularización de la Guerra de Independencia, ambos personajes durmieron en la misma habitación y, desde el punto de vista de la ficción, el realizador debe imaginarse de qué hablaron ellos y contárselo a la gente, ponerle luz, respetando la historia, pero poniéndole leyenda.

En el caso de “Carabobo, caminos de libertad” explica que son varios guionistas que se tienen que poner de acuerdo, por ejemplo, ante sucesos como la muerte del Negro Primero, que Eduardo Blanco, en su novela “Venezuela heroica”, narra el pasaje de que él llega hasta donde está Páez y le dice “mi general vengo a decirle adiós porque estoy muerto”, historia que está muy arraigada en la cultura venezolana, pero cuya muerte no es narrada así en la autobiografía del mismo Páez. “Esa es una leyenda que está en el corazón de los venezolanos. Como guionistas nos preguntamos qué hacemos, nos vamos por la leyenda o por la verdad de los libros y, en este caso, nos vamos por la leyenda y yo creo que es válido”, explicó al defender las licencias que en algunos casos se deben tomar para contar una historia que cautive al público.

Agregó que en “Bolívar, el hombre de las dificultades” se tomó la libertad de colocar una escena en la que el Libertador se coloca una pistola en la sien, hecho que no fue cierto, pero aclaró que no fue una licencia gratuita sino que lo hizo tomando en cuenta una carta del héroe independentista en la cual confiesa que pensó en suicidarse.

“La grandeza de Bolívar para mí es incuestionable.  Admiro a un ser humano, con sus debilidades y errores que después se corrige porque eso es interesante en él . Hay una frase de Bolívar ´para hacer la cosas bien es menester hacerlo dos veces´, porque él decía que a veces te equivocas y la vuelves a hacer y el Bolívar que tratamos de trabajar es a ese Bolívar que se corrige”, relató.

Rescatar la telenovela

Lamata afirma que la televisión ha cambiado mucho, que no es lo que era antes y que participó en novelas muy populares, como Topacio o Señora, pero era un país donde solo habían tres canales. “Era una experiencia muy especial, cualquier novela que se grababa el martes, salía el jueves y eso lo veían millones de personas. Si yo me equivocaba lo veía medio país inmediatamente. Hoy en día hay muchas opciones, 200 canales, cable, streaming, entre otros, por eso la telenovela ha perdido peso. Las productoras privadas han sido conservadoras. Yo creo que el Estado debe hacer algo por recuperar un género que es tan importante para nosotros”, recomendó.

Respecto de cuánta telenovela tendrá “Carabobo, caminos de libertad” el realizador confesó que “el ansia es llegar al gran público  venezolano, de ganarse el corazón y el cerebro de los venezolanos, y eso lo logras rodeándote de un grupo de profesionales y jóvenes con talento, sobre todo los que elaboran el guion; que entiendan que una miniserie tiene una característica distinta a una película, que cada capítulo de los nueve que tendrá la miniserie levante el interés sobre el siguiente”.

Y, en cuanto a atrapar a las personas refirió que “creo que tengo un equipo que me respalda para lograr eso. Pero el reto es eso: que llegue al gran público, que la gente la quiera, la aprecie y que entienda que existe una cantidad de carabobos que siguen a lo largo de nuestra historia en la vida colectiva e individual y que queremos estar a la altura de ese Carabobo”.

Adelantó que, con base en el hecho histórico de que en la Batalla de Carabobo también participaron mujeres, van a recrear algunas historias de amor entre ellas y algunos soldados, así como las historias individuales de personajes como el Negro Primero, Simón Bolívar o José Antonio Páez, así como el contexto de que esa batalla ocurrió el día de San Juan y Lamata no se imagina ese amanecer del 24 de junio de 1821 sin unos tambores, unas fulías o unos joropos, a pesar de que lo principal de la batalla, como lo fue la toma del Cerro de La Mona, ocurrió en solo 40 minutos.

Jóvenes promesas

Lamata no se sorprende del exitoso casting que está precediendo a la producción de la miniserie porque afirma que “en Venezuela siempre se ha tenido mucho talento e interés en la artes”. Refirió que luego de un proceso tan fuerte como la pandemia, más de dos mil actores y actrices interesados en participar en la miniserie llegan a la audición describiendo sus cualidades y talentos y que el casting está recorriendo el país porque la miniserie debe mostrar la diversidad del país que a su vez estaba reflejada en esa batalla.

En referencia a la idea que se quiere posicionar en cuanto a que los jóvenes no están motivamos a hacer cosas positivas en el país en este momento, el cineasta afirma que una lección de la historia es que “hay que regresar a mirar a Carabobo para volver a mirar al futuro. El pasado tiene sentido cuando lo relacionas con lo que estás viviendo y si tú logras que ese Carabobo sea relevante para nuestros jóvenes, y para los venezolanos en general, creo que habremos logrado algo muy importante”.

Explicó que en sus producciones siempre trabaja con actores experimentados y con caras nuevas. Que para escoger el casting prevalece el talento, el que sea el mejor para interpretar a un personaje y luego el parecido físico del actor para acercarse a la caracterización y que nunca toma en cuenta las consideraciones sexuales o políticas de la persona.

Respecto del rodaje en medio de la pandemia, afirmó que se van a tomar las experiencias exitosas de otros países que ya están filmando para ser muy rigurosos y evitar contagios, con mucha desinfección y pruebas, pues es inevitable el contacto físico y cercano entre los actores y que al Covid 19 hay que respetarlo, mas no temerle, porque es necesario recuperar la cotidianidad en medio de la pandemia.

El cineasta es de los que afirma que en estos 20 años de Revolución es cuando se han hecho más películas, a pesar de que hacer cine siempre ha sido dificultoso y, más ahora, en medio de un país asediado y bajo sanciones; que es necesario que la Ley de Cine se adapte siempre a las nuevas circunstancias y, respecto de la piratería, si bien es de los que afirma el mundo tiene que encontrar la manera de que se respeten los derechos de autor, no se puede encerrar las películas, que tienen que circular pues las mismas se hicieron para que el público las vea.

No se arrepiente de nada de lo que ha hecho, ni de lo que ha rechazado y reivindica haber rodado Salserín y Muchacho solitario pues fueron las películas más vistas de los años 90 del siglo pasado.

Le recomienda a los nuevos productores y realizadores que tienen que arriesgarse, que hoy se puede hacer una película con un celular, que se reúnan con unos amigos y formen equipos para producir algo, aunque se equivoquen, pero que igual muestren su realización al público porque es la única forma de aprender.

En cuanto a la Venezuela de hoy reflexiona que “cuando me acerco a Carabobo veo esa gesta, una victoria militar que reafirmó la victoria moral y la política, porque la libertad es algo por lo que se tiene que jugar completo. Nadie que no se juegue completo por la libertad merece tenerla. Y yo siento que Venezuela está en un momento similar, en el sentido de que las amenazas que tenemos son muy serias y que como pueblo tenemos que estar conscientes de que aquí hay un legado de libertad que es necesario defender. Yo espero, y creo que lo esperamos todos, que podamos defenderlo en paz y que se respeten nuestra paz y nuestros anhelos de justicia social y democracia verdadera”..

 

Prensa Digital MippCI / MPPC

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