Julio Garmendia: Precursor de la literatura fantástica

Julio GarmendiaJulio Garmendia, uno de los escritores venezolanos más emblemáticos de la narrativa breve y fantástica, nació el 9 de enero de 1898 en una hacienda cercana a la población de El Tocuyo, en el estado Lara.

A los tres años de edad quedó huérfano de madre por lo que su padre lo llevó a El Tocuyo, a la casa de su abuelo, donde el joven fue puesto al cuidado de una niñera de nombre Rafaela Gil, que lo crió como si fuese su propio hijo.

Esta matrona, posteriormente, pasó a formar parte de los personajes de sus cuentos fantásticos, colmados de ternura, humor y genialidad literaria.

A la edad escolar es llevado a Barquisimeto, a la casa de su abuela, donde vivió hasta comienzos de su adolescencia. Posteriormente a Caracas para que terminara su bachillerato.

El escritor, crítico literario y principal biógrafo de Julio Garmendia, Oscar Zambrano Urdaneta, aseveró en el libro La tienda de múñecos y otros textos (Biblioteca Ayacucho, 2008) que «la hacienda San Rafael, la mansión del acaudalado abuelo en El Tocuyo y el hogar de la abuela Celsa en Barquisimeto, dejaron en el párvulo y el adolescente una impronta lo suficientemente profunda y estimulante» de sus futuros cuentos llenos de imaginación fecunda.

Garmendia divulgó sus primeros relatos en el diario El Universal de Caracas en 1917 a la edad de 19 años. En la década de sus 20 años publicó otros artículos, crónicas y cuentos en diversos periódicos y revistas de la capital venezolana, como el diario El Heraldo, el famoso semanario Fantoches y el periódico humorístico La cabeza del gallo.

Viajó a Europa. A su regreso salió a la luz pública su primera obra literaria, La tienda de muñecos, en 1927, cuando tenía 29 años de edad. Esa obra literaria, considerada un clásico de la literatura fantástica venezolana, está conformada por ocho cuentos.

Estos son «La tienda de muñecos», «El cuento ficticio», «El alma», «El cuarto de los duendes», «Narración de las nubes», «El librero», «La realidad circundante» y «El difunto yo». Luego de esta publicación Garmendia regresó a Europa.

A su regreso a Venezuela publicó su segundo gran libro, La Tuna de Oro, en 1942. Se trata de una obra compuesta por otros ocho hermosos cuentos: «Manzanita», «El médico de los muertos», «Eladia», «Las dos chelitas», «La pequeña inmaculada», «El temblor de medianoche», «Guachirongo» y «La tuna de oro».

Uno de sus biógrafos barquisimetanos, el crítico literario Yeo Cruz, aseveró que la obra de Julio Garmendia «fue corta desde el punto de vista cuantitativo, pero muy rica y fecunda desde el punto de vista de literario».

Resaltó que la propuesta literaria de este escritor larense trascendió las fronteras venezolanas y de América Latina, y se instaló en el ámbito de lo que conocemos hoy como Literatura Universal.

Cruz lo considera uno de los precursores del cuento fantástico en América Latina. Subrayó que Julio Garmendia abordó este género literario mucho antes de que lo hiciera el reconocido escritor argentino Jorge Luis Borges.

Oscar Zambrano Urdaneta aseveró, además, que Garmendia fue «sin proponérselo ni haberlo insinuado nunca, uno de los mayores y más originales antecesores del ‘boom’ de la narrativa latinoamericana» de la segunda mitad del siglo XX, que precedieron Gabriel García Márquez, Julio Cortázar y Mario Vargas Llosa, entre otros.

Julio Garmendia, que este 9 de enero cumple 117 años de haber nacido, es uno de los escritores que mayores aportes hizo a las transformaciones de la literatura venezolana y latinoamericana de la modernidad.

 AVN

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