Fundación Museos Nacionales celebra los 121 años del nacimiento de Carlos Raúl Villanueva

«Creo en una arquitectura que parta de la realidad, que elabore una interpretación crítica de ella y que vuelva a la realidad, modificándola, con dialéctica incesante».

Carlos Raúl Villanueva

Este 30 de mayo la Fundación Museos Nacionales (FMN) celebra el natalicio número 121 del más importante e influyente arquitecto venezolano del siglo XX, Carlos Raúl Villanueva, cuyo genio y talento dejó innumerables obras en varias partes del país, entre ellas la Universidad Central de Venezuela (UCV), los bloques multifamiliares del 23 de Enero, la Urbanización El Silencio, el Museo de Arte Moderno Jesús Soto y el pabellón de Venezuela en la Exposición Universal de Montreal 1967 (Canadá), entre muchas otras.

En especial, dentro del mundo cultural, Villanueva es recordado por ser el genio creador detrás de las sedes del Museo de Ciencias (MUCI) y el Museo de Bellas Artes (MBA), ambos adscritos al Ministerio del Poder Popular para la Cultura, a través de la FMN, y la posterior ampliación de este último. Ambas edificaciones, que conforman un conjunto arquitectónico y armonioso en su concepción y significado, se encuentran ubicadas en la Plaza de los Museos, justo a la entrada oeste del Parque Los Caobos, en Caracas.

Carlos Raúl Villanueva Astoul, nació en la ciudad de Londres (Reino Unido), el 30 de mayo de 1900. En ese momento su padre Carlos Antonio Villanueva -quien era ingeniero civil- ejercía como funcionario diplomático en la embajada venezolana en la capital británica, entretanto su madre Paulina Astoul, era una mujer de la alta sociedad de París (Francia). Este matrimonio tuvo además otros cuatro hijos: Marcel, Sylvia, Susana, Laureano. Carlos Raúl fue el menor de ellos.

Inició, en 1912, estudios de secundaria en la prestigiosa Lycée Condorcet de la capital francesa, tenía 7 años, de allí egresa en 1920. Dos años después, luego de un primer intento cuando fue rechazado, se matricula en los estudios del Departamento de Arquitectura de Beaux-Artes del DES de École de esa ciudad. Allí, bajo la tutela del arquitecto Gabriel Héraud obtiene una sólida formación en Arquitectura.

Su primer reconocimiento lo obtiene en 1928. Fue distinguido con el segundo premio Magnífico Prix de Roma, Italia gracias al trabajo «El d’ambassade de Hôtel los dans un grand pays d’Extreme Oriente», el cual fue desarrollado junto a otros estudiantes del taller de Héraud y Roger-Leopold Hummel. Ese mismo año obtiene su título de arquitecto y hace una primera visita a Venezuela, junto a su familia se establece por unos meses en una propiedad familiar ubicada en Cojedes.

Luego de esa estancia, Villanueva y su hermano Marcel se trasladan a New Jersey (Estados Unidos) donde trabaja en la oficina de proyectos arquitectónicos Guilbert & Betelle Architects, empresa especializada en el diseño de edificios educativos. Al culminar su labor allí, regresa a Venezuela en 1929, donde ingresa en el Ministerio de Obras Públicas (MOP), donde ejerce el cargo de director de Edificaciones y Obras de Ornato.

En 1932 conoce a Isabel Margarita Arismendi Amengual, hija de Juan Bernardo Arismendi e Isabel Amengual Caspers, ycontrae matrimonio con ella en 1933. De esta unión nacen Francisco, José Carlos, Paulina y Carlos Raúl.

Conociendo Venezuela

«Hay que recalcar que el urbanismo de hoy, como la misma arquitectura, se basa sobre un ideal social y no formal. La ciudad no es un conjunto de casas, amontonamiento de ladrillos, sino un fenómeno social, con gentes y grupos, cada uno con su sensibilidad, su vida, su personalidad y su alma».

Carlos Raúl Villanueva

Con motivo del centenario del fallecimiento de Simón Bolívar, conmemorado en 1930, el gobierno del presidente encargado Juan Bautista Pérez en el régimen gomecista  le encarga la remodelación del Hotel Jardín (Maracay, Aragua), además acomete los trabajos de la Plaza de Toros de esa ciudad y el Hospital Psiquiátrico de Lídice (Caracas) entre los años 1931-1933.

La Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales de Venezuela lo incluye en 1933 entre sus miembros, donde ocupa el sillón XXVIII. Participa en el proyecto del edificio El Comercio y la Plaza Carabobo –hoy Plaza Parque Carabobo- la cual incluye como elemento central una fuente con un grupo escultórico obra de Francisco Narváez, con quien establece una estrecha relación de colaboración y amistad.

Entre los años 1935 a 1939 trabaja en la realización de las nuevas sedes del Museo de Bellas Artes (MBA) y el Museo de Ciencias (MUCI) las cuales son inauguradas en 1938 y 1939 respectivamente.  De forma paralela colabora con Luis Malaussena con el pabellón de Venezuela para la Exposición Universal de París, celebrada en 1937.

Al siguiente año integra el equipo fundador de la Dirección de Urbanismo del gobierno del Distrito Federal (hoy Distrito Capital), junto a sus colegas Carlos Guinand, Enrique Maldonado y Gustavo Wallis, el cual contó con la asesoría de los franceses Henri Prost, Jacques Lambert y Maurice Rotival, además es nombrado miembro de Society of Baux Arts Arquitects (Francia). En 1939 inicia los trabajos de la Escuela Gran Colombia (actual Grupo Escolar Francisco Pimentel)  y ejecuta el proyecto de la Plaza La Concordia, ambas obras desarrolladas en Caracas.

En 1941 forma parte del cuerpo académico fundador de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Central de Venezuela, además es seleccionado como parte de la Sociedad Colombiana de Arquitectos. En ese período, el presidente Isaías Medina Angarita le asigna la reurbanización de El Silencio –conjunto que es inaugurado en 1944- donde colaboran el también arquitecto Carlos Guinand y el escultor Francisco Narváez. Además proyecta el Sanatorio Antituberculoso de la Ciudad de Mérida (Mérida)

Villanueva forma parte de los fundadores de la Asociación Venezolana Amigos del Arte Colonial, creada el 28 de octubre de 1942. El Museo de Arte Colonial es fundado en diciembre de ese año (San Bernardino, Caracas).

Arte en síntesis

«En el caso de la síntesis, las artes, conservando sus características tradicionales, particularmente la pintura y la escultura, confluyen en el espacio arquitectónico, dando cuerpo a una unidad nueva en calidad, pero antigua en características. En función de este espacio, cuyas determinantes arquitectónicas son esenciales, pueden estructurarse las demás expresiones artísticas, aceptando así la primacía arquitectónica y dando lugar a los mejores ejemplos de síntesis».

Carlos Raúl Villanueva

Para enero de 1945 inicia los trabajos de la nueva Ciudad Universitaria de la Universidad Central de Venezuela (ubicada en la antigua Hacienda Ibarra), inaugurada de forma parcial en 1954, durante el mandato de Marcos Pérez Jiménez, los trabajos –supervisados por el propio Villanueva- no concluyeron hasta el año 1960. Fue denominada «La síntesis de las artes» ya que conjuga la maestría arquitectónica y de ingeniería con el despliegue de varias obras de artes de renombrados artistas nacionales e internacionales en sus espacios.

El complejo académico incluye un total de 40 edificios repartidos en un poco más de 2 km² y es una muestra más representativa de la arquitectura moderna en América Latina y el mundo. En el listado de artistas que tiene obras en la Ciudad Universitaria se encuentran: Harry Abend, Jean Arp, Miguel Arroyo, Armando Barrios, André Bloc, Alexander Calder, Omar Carreño, Carlos González Bogen, Henri Laurens, Fernand Léger, Baltasar Lobo, Mateo Manaure, Ernest Maragall i Noble, Francisco Narváez, Pascual Navarro, Alirio Oramas, Alejandro Otero, Antoine Pevsner, Héctor Poleo, Braulio Salazar, Jesús Soto, Sophie Taeuber-Arp, Víctor Valera, Victor Vasarely y Oswaldo Vigas.

Por este trabajo Villanueva recibió el Premio de Honor y Diploma en la exposición del Congreso Panamericano de Arquitectos celebrado en Lima, Perú, en 1947, además fue designado miembro de honor del Instituto de Urbanismo de ese país.

La Ciudad Universitaria conjuga estos edificios modernos e inspirados en La Bauhaus en una interrelación arquitectónica y artística que tienen como máxima expresión el Aula Magna con sus Nubes acústicas, obra de Calder. Este gran trabajo de Villanueva fue declarado en el año 2000 como  Patrimonio de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, por sus siglas en inglés), lo que convirtió a la UCV en el primer campus universitario de América Latina en recibir esta distinción.

En la década de los años 40 del siglo XX, el trabajo de Villanueva se centra en la construcción de varios desarrollos de índole social. Como parte del trabajo llevado a cabo  en el Banco Obrero se involucra en el levantamiento de 22 urbanizaciones en varias partes de Venezuela a cargo de varios arquitectos y colaboradores, siempre bajo la figura de la supervisión. Entre las más representativas se encuentran las urbanizaciones San Martín, Urdaneta, Francisco de Miranda y Coronel Delgado Chalbaud (todas en Caracas), Urbanización Los Morichales (Bolívar).

Efectúa en 1944 el proyecto para la urbanización General Rafael Urdaneta (Maracaibo, Zulia). Luego, en 1945 es nombrado miembro fundador de la Junta Conservadora del Patrimonio Histórico y Artístico de la Nación, ese año recibe la Orden del Libertador con el grado de Oficial y la Orden Francisco de Miranda. En 1948 es galardonado con la Medalla Aplauso al Mérito de la Creóle Petroleum Corporation (Caracas), es condecorado con la Legión de Honor de Francia y nombrado miembro de la Sociedad Francesa de Urbanistas.

Social / Funcional

«La Arquitectura es Acto Social por excelencia, Arte Utilitario, como proyección de la vida misma, ligada a problemas económicos y sociales y no únicamente a normas estéticas. (…) Para ella, la forma no es lo más importante: su principal misión: resolver hechos humanos».

Carlos Raúl Villanueva

Ya a principios de los años 50, Villanueva interviene  en el «Plan Nacional de Vivienda» que preveía la construcción de más de 12 mil viviendas en toda Venezuela. Construye «Casa Caoma», su segunda residencia familiar ubicada en La Florida (Caracas). Por otra parte, encabeza la Comisión del Distrito Federal para elaborar la Nueva Ordenanza de Arquitectura y Urbanismo de la capital del país. Es nombrado Miembro Honorario correspondiente de la American Institute of Architects (Estados Unidos), en 1952.

En esa década continúa su trabajo en el Taller de Arquitectura del Banco Obrero en el desarrollo de complejo de viviendas de índole social como la Unidad Vecinal Coronel Carlos Delgado Chalbaud, la Unidad Residencial El Paraíso, la urbanización Los Sauces y los edificios multifamiliares Cerro Piloto, todo ubicados en Caracas. Recibe la Orden Francisco de Miranda en su segunda Clase en 1954, ese mismo año es hecho miembro honorario de la Academia de Arquitectura de Francia.

El trabajo de Villanueva, en especial la Ciudad Universitaria de la UCV, forma parte de la exposición «Latin American Architecture since 1945», muestra fotográfica llevada por el Museum of Modern Art, MOMA, entre octubre y noviembre de 1954 en Nueva York, Estados Unidos, en la curaduría estuvieron el historiador de arquitectura, Henry-Russell Hitchcock y la fotógrafa Rosalie Thorne McKenna.

A mediados de esa década, se inician los trabajos de construcción de la Urbanización 2 de diciembre (actual 23 de enero), ubicado en Catia (Caracas). Este trabajo fue realizado en tres etapas, para lo cual se demolieron los barrios Monte Piedad, La Palestina, San José, Colombia, San Luis, Puerto Rico y Las Canarias. El desarrollo fue culminado en 1957.  Es nombrado socio del Instituto de Arquitectos del Brasil, en 1955 y formó parte del comité organizador del el IX Congreso Panamericano de Arquitectura, llevado a cabo en la Ciudad Universitaria (UCV).

El arquitecto, en 1956, levanta el proyecto de la Escuela de Ingeniería y Petróleo de la Universidad del Zulia (Maracaibo) y es nombrado miembro del Círculo de Estudios Arquitecturales de París. Entre 1957 y 1958, realiza el proyecto y construcción de su casa de playa «Sotavento», en Caraballeda (actual estado La Guaira). Al cierre de la década de los 50, alterna su trabajo de arquitecto con la asistencia a charlas y talleres en varias partes del mundo. Es nombrado en 1959, miembro honorario del Royal Institute of British Architects, Londres (Reino Unido).

Alrededor del mundo

«Creo que el arquitecto debe ser un humanista. Su visión debe ser global, universal y por lo tanto local (…) El Arquitecto es un intelectual, por formación y función. Debe ser un técnico, para poder realizar sus sueños de intelectual. Si tales sueños resultan particularmente ricos, vivos y poéticos, puede ser un artista».

Carlos Raúl Villanueva

Con la llegada de los años 60, Villanueva sigue trabajando de forma intensa en el diseño de nuevos espacios como el edificio de la Fundación La Salle (Caracas) y en 1961 recibe el «Doctorado Honoris Causa» de la Universidad Central de Venezuela.  En esa década, al igual que el decenio pasado, Villanueva continúa dando una serie de charlas y asistiendo a congresos donde expone su visión, sus logros y proyectos en países como Argentina, Brasil, Colombia, Cuba, Estados Unidos, España, Francia, Puerto Rico, Reino Unido y Venezuela. En 1962 es nombrado Miembro del National Institute for Architecture Education (EUA) y Miembro de la Comisión de Ejercicio de la Profesión, perteneciente a la Unión Intrnacional de Arquitectos (París).

 

Para 1964 es nombrado miembro honorario de la Sociedad Colombiana de Arquitectos. Recibe la Placa de Oro, distinción en mayor grado de la sociedad Venezolana de Arquitectos y Diploma de Conocimientos y Homenaje a la labor desarrollada en el Urbanismo de Venezuela. En el año 1967 es distinguido con el Premio Nacional de Arquitectura –en su primera edición- por el conjunto de sus obras.

Le es otorgado el Diploma al Mérito, conferido por el Consejo Municipal de Caracas, en 1965. Luego de esa distinción participa en el V Salón del Colegio de Arquitectos de Venezuela, con la obra Pic-nic. Por este ensamblaje realizado con materiales de desecho, recibe el Premio de Escultura de la Fundación Mendoza. Con motivo de las celebraciones por el cuatricentenario de la fundación de Caracas, es designado presidente honorario del Colegio de Arquitectos de Venezuela en 1967.

Ese mismo año crea -en colaboración con el ingeniero Ricardo de Sola, el arquitecto Arthur Erickson, así como la intervención de los artistas Jesús Soto y Antonio Estévez- «El pabellón de Venezuela», edificio temporal para la Exposición Universal de Montreal (Canadá). Una de sus obras más célebres. Al año siguiente comienza el proyecto de ampliación del Museo de Bellas Artes, el cual durante muchos años fungió como sede de la Galería de Arte Nacional, la obra fue concluida en 1973.

La Universidad de Los Andes (Ciudad de Mérida, Mérida) le otorga el Doctorado Honoris Causa, además es elegido para integrar el Comité Internacional de la Asociación Internacional Le Corbusier (Francia). La Sociedad Venezolana de Urbanistas lo nombra Miembro Honorario de la organización, todo ello ocurrió en el año 1972.

Para 1973 Villanueva emprende el que fue su último gran proyecto: el Museo de Arte Moderno Jesús Soto (Ciudad Bolívar, Bolívar). La pinacoteca –que integra dos espacios, el paisaje y el hombre a través de siete salas- fue inaugurada en 1973 por el presidente Rafael Caldera. En ese mismo periodo se retira de la docencia de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Central de Venezuela (UCV), aduce razones de salud,

En sus últimas apariciones públicas, Villanueva recibe un gran homenaje durante la celebración del Día de Arquitecto de 1974 de parte de la UCV, el Banco Obrero y el Colegio de Arquitectos de Venezuela. Ese año, la Plaza Cubierta de la máxima casa de estudios del país recibe el nombre de «Carlos Raúl Villanueva», al igual que el bloque N°1 de la Urbanización El Silencio. Su fallecimiento se produce el 16 de agosto de 1975, dejando tras de sí un gran legado y una impronta imborrable en la arquitectura y el paisaje urbano de Venezuela.

De acuerdo con muchos expertos, Villanueva forma parte de los grandes arquitectos latinoamericanos del siglo XX, lugar que comparte con los brasileños Oscar Niemeyer y Lucio Costa, y el mexicano Luis Barragán, gracias a que fue un pionero y a la dimensión creativa de su obra, considerada como una de las más significativas propuestas urbanas en Latinoamérica. Luego de su fallecimiento, Villanueva ha sido objeto de innumerables homenajes, estudios, exposiciones y publicaciones de diversa índole tanto en el país como en el extranjero.

 

Prensa Digital MippCI / Prensa FMN

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