ESPECIAL | Voces del pueblo recuerdan al Libertador y su pensamiento a 188 años de su siembra

Este lunes, se cumplen 188 años de la siembra de Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Palacios, ocurrida el 17 de diciembre de 1830, en la quinta San Pedro Alejandrino, Cartagena, Colombia.

Bolívar tras liberar a cuatro naciones, gracias a su pensamiento integracionista, unionista de la América india y mestiza y de la Patria Grande, plasmado en su concepción de la Gran Colombia, murió enfermo, traicionado y acusado de tirano, por las ruines apetencias de sus contemporáneos, quienes, después de lograda la Independencia política del Imperio Español, solo se concentraron en saciar sus apetencias de poder personalistas y tacañas.

Fue perseguido, vilipendiado, olvidado por sus detractores políticos: la oligarquía regional, cipaya del imperialismo estadounidense, desde los primeros tiempos de las repúblicas que liberó, cuando factores divisionistas e individualistas, como José Antonio Páez y Francisco de Paula Santander, se aliaron a los agentes foráneos, enviados por el imperialismo, como Irving, para impedir el Congreso Anfictiónico de Panamá, convocado por Bolívar en 1826, como el primer paso de lo que sería una gran nación, una América unida, capaz de hacerle frente a la ambición neocolonilista de EEUU, que bajo el argumento de la Doctrina Monroe, se aducía a «América para los americanos».

A 14 años de la creación de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, mecanismo multilateral de integración regional, gracias a la iniciativa de los Gobiernos de Venezuela y Cuba, este organismo se plantea profundizar en la integración regional, hasta llevarla incluso al área económica, ante la la asechanza permanente, aún en este tiempo, de EEUU, para imponer su tradicional esquema neocolonialista, con el que dominó América Latina por décadas, instaurando una dependencia económica, a través del Área de Libre Comercio para las Américas; política, concebidos los gobiernos de la región como satélites de ese país; cultural, por la alienación, trasculturación y globalización.

En este contexto, buscamos las voces del pueblo venezolano, para que a todas luces, nos muestren la vigencia del pensamiento bolivariano y libertario, y cuán profunda está la presencia del Libertador en nuestros días y en la Patria Grande.

Dayeling Rivero, vocera del Bloque de Comunas por el Distrito Capital:

Dayeling Rivero
Foto: Héctor Terán.

Me imagino al Libertador como un hombre alto, sé que suena contradictorio debido al conocimiento histórico que tengo, soñador, despeinado, una persona que cambiaba de ánimo con mucha rapidez, una persona que de repente estaba pensando y luego saltaba efusivo, como lo haría cualquier vocero del Poder Popular.

En este momento que está bien duro, el pensamiento del Libertador que más me gustaría resaltar es: “A cada quien según su necesidad y a cada cual según su capacidad”. Este es un momento, para nosotros saber quiénes somos los que más necesitamos y quiénes somos los que más tenemos, y con eso poder avanzar a un espacio de equidad, más que de igualdad.

Betzabe Azuaje, parlamentaria de la Comuna Socialista «Simón Bolívar», parroquia 23 de Enero:

Betsabé Azuaje.
Foto: Héctor Terán

Me imagino a nuestro Libertador guiándonos, orientándonos, en las duras batallas que hemos enfrentado, en las que nos queda por enfrentar, y por supuesto, en nuestra gloriosa victoria venciendo al capitalismo.

El pensamiento del Libertador que mayor coherencia tiene en nuestro momento histórico es: “Echemos el miedo a la espalda y salvemos la Patria”, porque hoy más que nunca, estamos llamados a superar el miedo y a defender nuestra Patria y nuestra soberanía, la que nos dejó nuestro amado Bolívar.

David Méndez, dibujante y comerciante:

Davin Méndez Foto: Héctor Terán

Me imagino a nuestro Libertador más antiimperialista que nunca y difundiendo sus pensamientos, el detalle donde él precisa que los «Estados Unidos está destinado a plagar la América de miseria en nombre de la libertad».

Me lo imagino cerca del Comandante Chávez, y éste replicándole: “El individuo vale más que mil autopistas. De qué sirven las mil autopistas si están llenas de individuos sin saberes. Eduquémonos, formemos la educación para que esta sea nuestro mayor valor a fin de que el individuo valga más que mil autopistas”.

En una Venezuela rumbo a ser una potencia, Bolívar va junto a Chávez, llevando el timón, y el Presidente Nicolás Maduro logrando alianzas con Rusia, China, Irán y Cuba, entre otras, buenas relaciones militares y vamos pa´ lante, como decía nuestro Comandante, que nunca morirá.

Mauribel Bravo, licenciada en Historia, guía de la red del Museo Bolivariano:

Mauribel Bravo.
Foto: Héctor Terán

Para mí, el Libertador Simón Bolívar lo considero como un hombre tenaz, de temple, con muchas virtudes, visionario, un estratega político. Ha tenido muchos detractores, oligarca o no, sin embargo, dentro de la Historia, podemos ver que siempre la intención fue unificar, más que apoderarse o dividir naciones.

Recuerdo de su pensamiento: “Moral y luces son nuestras primeras necesidades”, hay que tenerlo presente, cuando hablamos de moral, vendría siendo la ética del ciudadano individual, los valores; deberíamos tenerlos siempre presente, han decaído, hace falta el rescate, cultivarlos desde la infancia.

Y cuando hablamos de luces, nos referimos al pensamiento, la inteligencia, cultivarlos y prepararnos cada día más, para poder desarrollar cada vez más nuestra sociedad, la que se construye a partir de la evolución del ciudadano, que es que hace que una sociedad sea posible y mejor cultivada.

«Colombianos: Habéis presenciado mis esfuerzos para plantear la libertad donde reinaba antes la tiranía. He trabajado con desinterés, abandonando mi fortuna y aun mi tranquilidad. Me separé del mando cuando me persuadí que desconfiabais de mi desprendimiento. Mis enemigos abusaron de vuestra credulidad y hollaron lo que me es más sagrado, mi reputación y mi amor a la libertad. He sido víctima de mis perseguidores, que me han conducido a las puertas del sepulcro. Yo los perdono.

Al desaparecer de en medio de vosotros, mi cariño me dice que debo hacer la manifestación de mis últimos deseos. No aspiro a otra gloria que a la consolidación de Colombia. Todos debéis trabajar por el bien inestimable de la Unión: los pueblos obedeciendo al actual gobierno para libertarse de la anarquía; los ministros del santuario dirigiendo sus oraciones al cielo; y los militares empleando su espada en defender las garantías sociales.

¡Colombianos! Mis últimos votos son por la felicidad de la patria. Si mi muerte contribuye para que cesen los partidos y se consolide la Unión, yo bajaré tranquilo al sepulcro».

Simón Bolívar. Última proclama.

Prensa Digital MippCI

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