En imaginarios del continente quedó la huella de “El Gabo”

“Se ha dicho demasiadas veces que el llamado Boom literario latinoamericano fue una operación comercial de las editoriales. Pues bien, no fue así, fue al revés. Hubo una explosión creativa en toda América Latina que encontró eco en un sistema editorial vigoroso y soberano”.

Así lo comentó Roberto Hernández Montoya, presidente del Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (Fundación Celarg), a propósito de conmemorarse este sábado 17 de abril de 2021, el séptimo aniversario del fallecimiento del escritor colombiano, ganador del Premio Nobel de Literatura en 1982.

Señaló que “El Gabo” terminó de escribir “Cien años de soledad”, la envió por correo a la editorial Sudamericana y en tres semanas ya era un acontecimiento en todo el orbe latinoamericano. “Durante meses no se habló de otro tema en los ambientes literarios”, insistió.

Roberto Hernández Montoya destacó que Gabriel García Márquez fue el segundo ganador en la historia del Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos que otorga el Estado venezolano, precisamente con la obra “Cien años de soledad”. Aprovechó la ocasión para destacar que “América Latina tiene el deber consigo misma de recuperar esa soberanía editorial. Venezuela está en una posición privilegiada por su liderazgo en todo el continente. Tenemos la palabra”.

Macondo está en todas partes

Los poblados fueron naciendo a orillas de los ríos. El tren y las caravanas llegaron a comunidades lejanas. Familias crecieron y se mezclaron. Pasiones se manifestaron cíclica y sexualmente. Las luchas obreras y campesinas alcanzaron picos de rebeldía y fueron sometidas a sangre y fuego. Las guerras civiles se sucedieron de norte a sur del hemisferio. La llegada del hielo, la experiencia de ver el mar por primera vez, la ascensión a los cielos de los seres de espíritu leve; las historias de espantos, fantasmas y premoniciones se escuchaban en la voz de las abuelas, y las mariposas amarillas continúan rondando los cuartos de los amantes… En todas esas estampas de Macondo, el pueblo donde se desenvuelven los acontecimientos de “Cien años de soledad“, se ve reflejada la historia de América Latina y el Caribe.

“El Gabo” de América

Gabriel José de la Concordia García Márquez nació en Aracataca, departamento del Magdalena, Colombia, el 6 de marzo de 1927 y falleció en Ciudad de México, el 17 de abril de 2014. Fue escritor y periodista. Destacó en la novela y el cuento como expresión literaria, y en la crónica, la entrevista y el reportaje como géneros mayores del ejercicio periodístico. Incursionó en el guión cinematográfico y la dramaturgia.

Contrajo matrimonio con Mercedes Barcha en marzo de 1958, en la iglesia de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro de Barranquilla En 1959 tuvieron a su primer hijo, Rodrigo, quien se convirtió en cineasta. Su segundo hijo, Gonzalo, nació en 1964 y actualmente se desempeña como diseñador gráfico en Ciudad de México.

Cursó estudios de Derecho, carrera que no culminó. Luego se orientó hacia el ejercicio del periodismo, desempeñándose como reportero en diarios como El Universal, de Cartagena, El Heraldo, de Barranquilla, El Espectador y El Independiente. Trabajaba en Venezuela, en 1958, en la Cadena Capriles,, cuando lo sorprendió el golpe contra Pérez Jiménez. Poco después, tras el triunfo de la revolución cubana en 1960, García Márquez viajó a La Habana, donde trabajó en la agencia Prensa Latina (1961) e hizo amistad con Ernesto “Che” Guevara. También fue gran amigo de Fidel Castro Ruz.

La Universidad de Columbia de Nueva York, le otorgó un doctorado honoris causa en letras.

Cien años de éxito

La notoriedad mundial de García Márquez comenzó cuando “Cien años de soledad” se publicó en junio de 1967 y en una semana vendió 8.000 ejemplares. De allí en adelante, el éxito fue asegurado y la novela vendió una nueva edición cada semana, pasando a vender medio millón de copias en tres años. Fue traducido a más de veinticinco idiomas y ganó seis premios internacionales.

En 1972 le fue concedido el Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos. Diez años después recibió el Premio Nobel de Literatura, según el veredicto de la academia sueca, “por sus novelas e historias cortas, en las que lo fantástico y lo real son combinados en un tranquilo mundo de imaginación rica, reflejando la vida y los conflictos de un continente”. En el evento de premiación presentó el discurso titulado “Nuestro primer premio Nobel” (1983).

“El Gabo”, como cariñosamente se le llamaba, escribió las novelas “La hojarasca” (1955), “El coronel no tiene quien le escriba” (1961), “La mala hora” (1962), “Cien años de soledad” (1967), “El otoño del patriarca” (1975), “Crónica de una muerte anunciada” (1981), “El amor en los tiempos del cólera” (1985), “El general en su laberinto” (1989), “Del amor y otros demonios” (1994) y “Memoria de mis putas tristes” (2004).

Entre sus libros de cuentos se encuentran “Los funerales de la Mamá Grande” (1962), “La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y de su abuela desalmada” (1972), “Ojos de perro azul” (1972) y “Relato de un náufrago” (1970). Su obra periodística está comprendida en varios volúmenes de crónicas y reportajes.

En 1986, con apoyo del Comité de Cineastas de América Latina, fundó la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de Los Baños, en Cuba, y presidió desde ese mismo año la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano, con sede en La Habana.

 

Prensa Digital MippCI / Celarg

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